Andrew Lloyd Webber
Andrew Lloyd Webber - The Really Useful Group

Lloyd Webber acusa a la escena británica de ser «espantosamente blanca»

El autor de «El fantasma de la Ópera» asegura que la supervivencia del teatro inglés pasa por la diversidad racial

Londres Actualizado: Guardar
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Andrew Lloyd Webber, compositor de musicales de éxito como «Jesucristo Superstar», «Evita» o «El fantasma de la Ópera», ha acusado a la escena británica de ser todavía «espantosamente blanca», y ha asegurado que la supervivencia del teatro británico pasa necesariamente por reflejar la diversidad racial de la problación.

El músico ha encargado, a través de la Fundación que lleva su nombre, un informe acerca de ese asunto; en las conclusiones de este estudio, sus autores, los analistas Danuta Kean y Mel Larsen señalan que las clases medias blancas son todavía mayoría en el público, aunque la población BAME (siglas que, en inglés, significal Black, Asian and Minority Ethnic: negros, asiáticos y minorías étnicas) es ahora del 44 por ciento en Londres.

El informe asegura también que «los teatros especializados y los grupos teatrales siguen siendo abrumadoramente blancos».

Lloyd Webber, en su introducción a este informe, señala que cree «apasionadamente» que «la escena necesita reflejar la diversidad de la población británica o corre el riesgo de quedar marginada».

Para ello, la citada Fundación Andrew Lloyd Webber financia una serie de proyectos que ayuden a resolver la situación, desde becas escolares de teatro hasta programas de divulgación escénica. Lloyd Webber insiste en la necesidad de emprender acciones efectivas para producir un cambio significativo en la situación, y anima a productores, escuelas de teatro, actores, filántropos y equipos creativos a «asumir su responsabilidad y emprender acciones en ese sentido».

El informe, titulado « Centre Stage» es tajante: «Si la situación continúa así, existe el peligro real de que no solamente los jóvenes negros y asiáticos se mantengan alejados del teatro como profesión, sino también como clientes. Y sin ellos entre el público, los teatros se harán insostenibles, porque se verán obligados a competir por un público blanco y de clase media gradualmente envejecido».

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