Juan Echanove y Marta Ribera, en una escena de «Sueños»
Juan Echanove y Marta Ribera, en una escena de «Sueños» - Javier Naval

Juan Echanove vuelve a encarnar a Quevedo en «Sueños»

El montaje, incluído en la temporada de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, está dirigido por Gerardo Vera

Madrid Actualizado: Guardar
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No fue Francisco de Quevedo, uno de los grandes nombres de la literatura española, un destacado autor teatral. Ha tardado en entrar en el repertorio de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y lo hace con la adaptación escénica de uno de sus más singulares textos: «Sueños». Juan Echanove, que ya interpretó a Quevedo en la película «Alatriste», es el protagonista -e impulsor- de este montaje, para el que ha contado con la adaptación de José Luis Collado y la dirección de Gerardo Vera. Completan el reparto Óscar de la Fuente, Markos Marín, Antonia Paso, Lucía Quintana, Marta Ribera, Chema Ruiz, Ferrán Vilajosana, Eugenio Villota y Abel Vitón (la mayoría de ellos formaban parte del reparto de «Los hermanos Karamazov», que también reunió a Vera y a Echanove).

«Un monumento literario, moral, filosófico y político», dice Gerardo Vera de la obra de Quevedo. «Es un Informe Semanal del siglo XVII», añade gráficamente. «Es un tratado sobre la corrupción, la indignación moral... Sobre la condición humana, en definitiva». Define a Quevedo como un «gran cronista de la realidad española» y asegura que se ha sumergido en él «sin adornos, sin coartadas, yendo a lo más profundo de la herida aunque te empapes en su sangre».

Precisamente «el dolor físico y el amor desbocado» son los dos rasgos que se destacan en el Quevedo que interpreta Juan Echanove. «A mí me duele hacer de Quevedo; cuando termino la función me duele hasta el pelo», asegura el actor. También Gerardo Vera -con quien Echanove explica que tiene una conexión que resulta inexplicable-, cuenta que tras los ensayos termina «con el cuerpo roto. Pero con el alma rejuvenecida. Éste ha sido el mayor reto de mi carrera», sigue el director, que debutó, precisamente, en el Teatro de la Comedia hace ya cerca de medio siglo. «A mí me duele el teatro, y a través de él me duele España -filosofa el actor-: al teatro se viene a temblar» .

José Luis Collado asegura que realizar la traslación a la escena de los «Sueños» de Quevedo era en principio «un planteamiento imposible. Hemos hecho más de veinte versiones del texto» donde, relata, se han volcado la poesía, la vida real e imaginada del escritor, así como personajes de su vida o de su obra que sirvieran para integrar la dramaturgia. Todo ello mezclado en el espectáculo con distintas influencias, como la de Federico Fellini.

Añade Gerardo Vera que «Sueños» no es un espectáculo sobre Quevedo. «Es el sueño de un creador contemporáneo, que nos permite además la mezcla de lenguajes escénicos». Vera se ha rodeado de su equipo artístico habitual: escenografía y vestuario de Alejandro Andújar, montaje musical de Luis Delgado, iluminación de Juan Gómez-Cornejo, movimiento escénico de Eduardo Torroja y video-escena de Álvaro Luna.

También tiene cabida en «Sueños» el amor. A Quevedo se deben, sigue Vera, los más hermosos versos de amor, y éste está representado por una mujer, Aminta (Lucía Quintana), que es coprotagonista de la función, y que representa la vena lírica dentro del dolor.

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