RAROS Y MALDITOS

Curva de Zésar, el barrendero que construyó un teatro con desechos y encandiló a Madrid

Componía y representaba sus propias obras en una sala iluminada por candiles de carburo. Sus obras llegaron a ser tan populares que se reseñaban en las páginas de espectáculo de ABC

Curva del Zésar durante unas de sus representaciones en su propio teatro ABC
Pedro García Cuartango

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El tiempo es el gran aliado del olvido. Ésta es una de las causas por la que nadie recuerda hoy a Desiderio César Fernández , natural de Torrubia del Campo (Cuenca) y barrendero de la ilustre villa de Madrid. Ni siquiera se puede datar cuando murió este hombre, al parecer en una miserable buhardilla de la capital hace alrededor de un cuarto de siglo, aunque hay quien apunta que volvió a su pueblo en sus días finales.

Todo es misterio en torno a la figura de Curva de Zésar , que era el nombre artístico con el que se le conoció. Pero de lo que sí hay constancia a través de numerosos documentos, testimonios y fotografías es del teatro que construyó con sus propias manos en la ribera del Manzanares, junto a un antiguo vivero que había muy cerca del Puente de Toledo.

Curva de Zésar utilizó ladrillos, cascotes, piedras, mármoles, cerámicas, escayolas y materiales abandonados para edificar una sala de teatro, mezcla de estilos entre Churriguera y Gaudí , que tenía una capacidad para 70 personas. En un anexo, estaba su propia casa con bar, biblioteca, dormitorio y un patio con una fuente.

El barrendero de Torrubia era autor, actor, empresario, taquillero y acomodador en su teatro del Manzanares , que se iluminaba con candiles de carburo y disponía de una estufa de leña para caldear el local en invierno. Había función todos los domingos a las siete de la tarde y no era raro ver por allí a comienzos de los años 60 a Gonzalo Torrente Ballester , César González Ruano o al fotógrafo Alfonso.

Las representaciones de Curva de Zésar, que él calificaba de « dramas sintéticos », llegaron a ser tan populares que se reseñaban en las páginas de espectáculo de ABC, en cuya hemeroteca he rastreado la figura de este Shakespeare del Manzanares , como le llamaban sus amigos. Una de sus últimas comedias autobiográficas se estrenó con el expresivo título de «Desiderio V, Rey de la Esperanza».

«Hay por todas partes hombres que fueron tratados como locos, pero que contribuyeron al progreso. Yo siempre he creído en lo que hacía y he luchado por vencer a la indiferencia , que ha sido mi gran enemigo», declaró en una de sus entrevistas. Solía expresar su admiración por el teatro clásico español, que era una de sus fuentes de inspiración.

He encontrado un recorte de periódico que menciona que el teatro de Curva de Zésar fue demolido en 1963 tras ser expropiada la finca en la que se hallaba para construir la canalización del Manzanares. La sala había estado funcionando durante una década. Hoy sus ruinas, si queda alguna, están debajo de la M-30 . Según una de las pocas personas que todavía le recuerdan, fue un golpe mortal para quien se había convertido en uno de los personajes más curiosos del mundo cultural de Madrid.

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