Patxi Fréitez y Llum Barrera
Patxi Fréitez y Llum Barrera - ABC
CRÍTICA DE TEATRO

«Las bicicletas son para el verano», una obra cívica, sensata y amarga

El teatro Fernán Gómez celebra sus cuarenta años de vida con esta nueva producción de la obra del autor que le da nombre

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Una obra de Fernando Fernán Gómez en el teatro al que da nombre; todo un acierto. «Las bicicletas son para el verano» permanece en nuestro imaginario escénico reciente como una reflexión cívica, sensata y amarga sobre lo vivido en Madrid durante la guerra civil. Y, por encima de esa situación histórica, crece como profunda indagación sobre la condición humana en situaciones extremas; es una de esas obras que merecen ser repuestas cada cierto tiempo. Diálogos muy bien concebidos, una asunción poética del realismo, apuntes costumbristas, incardinación de la tragedia en el relato, reconstrucción de una memoria... Elementos que se conjugan en un sabio ejercicio de escritura teatral.

«Las bicicletas son para el verano» (***)
Autor: Fernando Fernán Gómez. Dirección: César Oliva. Esceno-grafía: Francisco Leal. Vestuario: Berta Grasset. Iluminación: Jesús Palazón. Intérpretes: Llum Barrera , Patxi Freitez

César Oliva pone en escena el texto treinta y cinco años después de su estreno y lo hace con pulcritud y buen gusto.

Las peripecias de una familia de clase media en esa cercada capital republicana donde la contienda desata los instintos, acrecienta la codicia y siembra el miedo avanzan con el ritmo, a veces moroso a veces urgente, con que fluye el caudal de los recuerdos. Patxi Freitez compone con brío un padre lleno de verdad y hondura, Llum Barrera da al personaje de la madre aires de sólida cotidianidad y Álvaro Fontalba es un adecuado adolescente zangolotino; estupendo también el resto de los componentes del reparto.

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