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Daniel Doña, en un momento de su espectáculo - celia de coca

Flamenco Madrid: tacones contemporáneos

El festival acoge los trabajos de tres voces del joven baile flamenco: La Lupi, Daniel Doña y Manuel Liñán

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La Lupi, Daniel Doña y Manuel Liñán son los tres protagonistas esta semana del ciclo Flamenco Madrid, que ha organizado Ángel Rojas en el teatro Fernán Gómez. Son tres voces del joven baile flamenco y clásico español, de generaciones similares, y que forman parte -especialmente los dos hombres- de la renovación de este arte en los últimos años con propuestas llenas de raíz y contemporaneidad.

La Lupi es la primera en subir -lo hace hoy- al escenario del teatro Fernán Gómez. La bailaora malagueña ya abrió el ciclo como artista invitada junto a Rojas y Rodríguez, en el espectáculo «El arte por delante», y acaba de estrenar unos tangos -«Fonda de Carmencita»- dentro de «Zaguán», uno de los trabajos presentados por el Ballet Nacional de España en el teatro de La Zarzuela.

En Flamenco Madrid presenta «Cartas a Pastora», un homenaje a la legendaria Pastora Imperio (la mujer que estrenó «El amor brujo»). «Me he inspirado -dice la bailaora- en sus fotografías y en los pocos documentos visuales que se conservan de ella, y en lo que mi madre me contaba de Pastora desde que era pequeñita; de cómo movía sus brazos, su elegancia, su porte, su majestad... Mi admiración fue creciendo más y más y sentí la necesidad de decírselo a Pastora, y de ahí que le esciba cartas en mi espectáculo». Ángel Rojas firma la dirección artística y baila junto a La Lupi.

«No pausa» es el título del trabajo que presenta Daniel Doña. El artista granadino, que baila junto a su compañía -Cristina Gómez, María Alonso y Cristian Martín-, basa esta coreografía en el ensayo físico llamado «móvil perpetuo»: una máquina hipotética que sería capaz de continuar funcionando eternamente, después de un impulso inicial, sin necesidad de energía externa adicional. «En el campo de la ciencia -dice Liñán- se le considera un objeto utópico, pero en mi actual universo creativo lleno de desgastes y casi sin estímulos externos, mi móvil perpetuo es la curiosidad, una fuente de energía inagotable que se presenta como el único camino posible para continuar en movimiento».

Daniel Doña ha compartido a menudo proyectos y escenario con Manuel Liñán, el tercero en presentarse en el ciclo madrileño con un espectáculo titulado «Sinergia», en cuya creación, dice el artista granadino, hay tres pilares: «Reflexión, meditación y regresión». La influencia que tienen en su baile otros artistas antiguos y contemporáneos es la génesis de este espectáculo, en el que Doña actúa acompañado solo por tres músicos -Miguel Ortega y David Carpio, cantaores, y Víctor Márquez «El tomate», guitarra-. «En este viaje -dice- pretendo resaltar que mi campo de emociones está habitado por las vuestras , que mis sentimientos tienen que ver con los tuyos, que una simple reacción puede estar provocada por tu sonrisa y que las aportaciones que los demás me han ofrecido, esas que a veces no vemos, o no somos conscientes de necesitarlas, han llenado una parte interior en mi, que por sí sola, no tendría el mismo significado ni el mismo color».

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