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Xolela Sixaba (Porgy) y Nonhlanhla Yende (Bess), durante un ensayo de la ópera - javier del real

«Porgy and Bess»: ópera y jazz en la Sudáfrica del «appartheid»

El Teatro Real presenta la obra de Gershwin en una producción de la Ópera de Ciudad del Cabo situada en Soweto

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Se estrenó en 1935 en Broadway (tras su preceptivo preestreno en Boston) y a Broadway ha vuelto en varias ocasiones. Pero «Porgy and Bess» es una ópera, y como tal la presenta el Teatro Real ( por segunda vez desde su reapertura). La compuso George Gershwin a partir de un libreto de su hermano Ira y de DuBose y Dorothy Heyward.

«“Porgy and Bess” es una de las obras maestras de la ópera del siglo XX; está a la altura de títulos como “Wozzeck” o “Lulú”, de Alban Berg, o “Peter Grimes”, de Benjamin Britten», dice Tim Murray, el director musical de la producción que se presenta en el Real; ésta procede de la Ópera de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), y de allí vienen también los solistas y el coro, que contarán en el foso con la Orquesta Titular del Teatro Real.

Ayer, en la estación del Norte, los sudafricanos presentaron un pequeño aperitivo y el día 13 de junio ofrecerán un concierto de gospel y música tradicional africana en la catedral de Toledo.

La ópera se presentará en el escenario del Teatro Real los días 10, 12 y 16 de junio, y 1, 4, 5, 7, 8 y 10 de julio. La dirección musical es de Tim Murray y la dirección escénica de Christine Crouse. Michael Mitchell firma la escenografía y los figurines, y Sibonakaliso Ndaba la coreografía. Presenta un doble reparto, con los siguientes intérpretes en los principales papeles: Porgy: Xolela Sixaba y Lindile Kenneth Kula. Bess: Nonhlanhla Yende y Philisa Sibeko. Crown: Mandisinde Mbuyazwe y Mandla Mndebele. Serena: Arline Jaftha y Tina Mene. Clara: Siphamandla Yakupa y Noluvuyiso Mpofu. Sporting Life: Lukhanyo Moyake y Makudupanyane Senaoana.

Soweto

Christine Crouse, directora artística de la compañía además de directora escénica de la producción, ha trasladado la acción desde los suburbios de Catfish Row en los primeros años del siglo XX hasta el gheto de Soweto, en Sudáfrica, en la década de los setenta. «Cuando empecé a trabajar con mis colaboradores, nos inspiramos en una revista sudafricana, «Drum», y en el trabajo de un fotógrafo, Jürgen Schadeberg, y vimos las similitudes entre los dos lugares. En los setenta, el jazz se había instalado en Sudáfrica, donde reinaba Louis Armstrong; el gansterismo era la norma. También el aspecto religioso era similar, e incluso el gullah, el dialecto que se habla en la ópera de Gershwin, tiene su origen en Angola. No fue difícil trasladar la ópera».

Varios de los temas de «Porgy and Bess» son enormemente populares: «I’am plenty of nuttin’», «It Ain¡t Necessarily So» y, sobre todo, «Summertime»; son canciones que han derivado con el tiempo en «standards» y han sido interpretadas por decenas de artistas. Hay en el mundo del jazz, además, distintas versiones, instrumentales y vocales, como la que llevaron al disco Ella Fitzgerald y Louis Armstrong. Sin embargo, según Tim Murray, «la ópera no es conocida en realidad. Lo son algunas canciones y dúos, pero en “Porgy and Bess” hay una gran paleta musical con numerosas influencias, desde el swing y el blues hasta Puccini, y que se luce más en los momentos de crisis, como el asesinato del primer acto o la tormenta del segundo».

En parecidos términos se expresa el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, para quien «Porgy and Bess» es una obra «crucial en el desarrollo del teatro musical; es una partitura específicamente americana, con un lenguaje propio que tiene sus raíces en los ritmos de la música popular estadounidense. Es el ejemplo perfecto del mestizaje musical, con influencias de la música yiddish, de los clubs de jazz y de la vanguardia europea -sentía fascinación por Alban Berg-». «También por Arnold Schönberg, con el que jugaba al tenis», apunta Murray, que completa: «El lenguaje del blues está en todas las frases de la ópera, en sus ritmos, en sus cadencias».

Compañía viajera

Escrita para ser íntegramente interpretada por un reparto de raza negra, «Porgy and Bess» se ha convertido en mascarón de proa de la Ópera de Ciudad del Cabo, una compañía privada no muy grande -la componen setenta personas, de los cuales la mitad son cantantes- y con vocación viajera. El pasado año realizó, según el productor de la compañía, Roy Hunter, cuatro giras internacionales. Cuando montaron esta producción de «Porgy and Bess», en 2009, tuvieron que contratar fuera a los principales protagonistas. Hoy la pueden interpretar con artistas surgidos de sus filas. Y es que su coro y la formación de jóvenes cantantes es una de las principales dedicaciones de la compañía. De allí han salido artistas cada vez más consolidados como la soprano Pretty Yende, con una creciente carrera internacional (actualmente prepara «Così fan tutte» en el Liceo barcelonés).

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