Triunfal reencuentro de Isabel Pantoja con Sevilla

El «sigo estando aquí» con el que Isabel Pantoja comenzó anoche su concierto de reencuentro con Sevilla tras pasar casi dos años en la cárcel no fue ni mucho menos casual. Sonó lapidario. Por un instante, y obviando las insalvables distancias, recordó al «como decíamos ayer» de Fray Luis de León, aquella frase para la posteridad que pronunció el gran poeta conquense en el siglo XVI el primer día que volvió a dar clase en su cátedra de la Universidad de Salamanca después de pasar cuatro años en prisión por una denuncia de la Santa Inquisición.

Al igual que el humanista, la tonadillera actuaba por primera vez en su casa después de todo lo sucedido y quiso con esa frase pasar página, mostrar su fortaleza y reivindicarse como la primerísima figura de la copla que es tras su larga ausencia en los escenarios a causa de su condena y posterior encarcelamiento en la prisión de Alcalá de Guadaira por la archiconocida Operación Malaya.

La artista nacida en El Tardón hace ya sesenta años ha retomado su brillante carrera artística como si no hubiese pasado nada. Tal es la línea continuista, que el trabajo que presentó anoche en la capital hispalense, «Hasta que se apague el sol», fue grabado justo antes de entrar en prisión y ha permanecido inédito hasta que la Pantoja recuperó la libertad el pasado año. El disco está escrito, compuesto y producido por el mexicano Juan Gabriel, fallecido hace casi un año.

Ante más de 12.000 incondicionales llegados de toda España y entregados a su ídolo, la tonadillera interpretó en primer lugar «Del olvido al no me acuerdo», «Abrázame muy fuerte», «Luna», «Hasta que te conocí», «Por la señal de la cruz» o «Hasta que se apague el sol»; todos ellos clásicos del artista azteca que sonaron de manera formidable cantadas por Isabel Pantoja y la soberbia orquesta sinfónica que le acompañó durante toda la noche dirigida magníficamente por el maestro Carlos Checa y compuesta por ochenta y tres músicos que mezclaron con sutileza instrumentos de formación con otros menos convencionales como el bandoneón, bajo eléctrico, batería, saxos o guitarra eléctrica.

La cantante, que se mostró visiblemente emocionada durante numerosos momentos del concierto, estuvo toda la noche muy conectada al público, que no paró de corear su nombre y de lanzarle piropos entre canción y canción.

Además de las ya mencionadas novedades en su repertorio, no faltaron sus clásicos «Marinero de luces» o «Se me enamora el alma», coplas como «Nací en Sevilla» o «Ten compasión de mí», y las sevillanas «Cuando paso por el puente», «Algo se muere en el alma», «Ese vestío que llevas» y «Que también es de Sevilla»; dejando para el final, ya bien entrada la madrugada, una emotiva «Salve rociera».

De este modo, la trianera regresó a su ciudad de manera brillante, igualando o incluso superando conciertos de esta gira en los que ya ha deslumbrado, como son los casos de Madrid, Barcelona, Santiago de Chile y Viña del Mar (Chile) y Lima (Perú) ante auditorios hasta la bandera. Tras la apoteosis de anoche, Isabel terminará la parte del tour que le está llevando por toda España en Murcia y Bilbao, antes de continuar en octubre con su reconquista de las américas, donde ya ha confirmado fechas en Miami y San Juan de Puerto Rico.