Sevilla recibe al Monkey Week con los brazos abiertos

La capital respondió a la primera jornada íntegra de su nueva cita festivalera con un respaldo absoluto de público

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Se acabaron las especulaciones y las cábalas sobre cómo sentaría a Monkey week su mudanza a la gran ciudad. Sevilla respondió a la primera jornada íntegra de su nueva cita festivalera con un respaldo absoluto de público. El festival del mono llegó a la capital de Andalucía con unas señas de identidad muy bien definidas y que se mantienen vigentes en su nuevo emplazamiento. Si las seis ediciones anteriores habían marcado una clara vocación universal y heterogénea, la edición de 2016 no va a suponer un retroceso en los pasos andados.

Sevilla no es El Puerto de Santa María, para lo bueno y para lo malo, pero ofrece un abanico amplio de posibilidades del que la dirección del festival ha sabido sacar provecho.

No faltan los espacios patrimoniales, como el Espacio Santa Clara y tampoco a esta edición se le puede achacar falta de imaginación. Un aparcamiento subterráneo en plena Alameda o una pista de coches de choque dan habida cuenta del talante invasivo que tiene la cita.

El ambiente fue de menos a más desde mediodía. Tras las jornadas profesionales que se están desarrollando en Santa Clara durante las mañanas del festival, la música rompió a mediodía para disfrute de los abonados y de una multitud que no escondía su asombro ante el desparpajo simiesco de músicos y asistentes.

Más de una decena de escenarios esparcidos desde la Cartuja al mismo centro acogieron ininterrumpidamente el carrusel sonoro que mezcla sin nigún tipo de complejos el hip hop quejoso y carnavalero de la Fundación de Raperos Atípicos de Cádiz, que recogieron el aplauso unánime del público que llenaba la alameda, al desparpajo garajero de unos jovencísimos Los Vinagres, que abarrotaron la mítica sala Fun Club.

Poco después de las 10 de la noche subió al escenario gratuito de la Alameda un esperado Chencho Fernández, que, arropado gentilmente por su banda "All la glory", compareció ante la parroquia local para volver a entonar las canciones de su celebrado "Dadá estuvo aquí", que le ha llevado a girar por medio país. No desperdició la ocasión el bardo local para interpretar una personal adaptación del clásico de Dylan, Love minus Zero, que sirvió de celebración al reciente galardón. Al cierre de esta edición, Makandé y el Canijo de Jerez se preparaban para presentar su nuevo proyecto en Sevilla, Estricnina.

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