CLÁSICA

Pérez Floristán: «Crear público para la clásica no es ni un reto imposible ni elitista»

El pianista sevillano, figura emergente en la escena internacional, da un nuevo paso en su carrera con un CD con obras de Beethoven, Schumann y Liszt

Juan Pérez Floristán en la plaza del Salvador JUAN JOSÉ ÚBEDA

JESÚS MORILLO

El pianista Juan Pérez Floristán está en Sevilla, donde vino a acompañar a Plácido Domingo en la ceremonia, celebrada días atrás en el Real Alcázar, de entrega de la distinción de Hijo Adoptivo de la ciudad. Pero no solo por eso es noticia este pianista sevillano de 24 años radicado en Berlín y que es una de las figuras emergentes de la música española, cuya carrera internacional recibió un gran espaldarazo tras ganar en 2015 el premio Paloma O’Shea . Pérez Floristán acaba de publicar, como parte de ese galardón, un CD con Naxo s con obras de tres grandes del piano romántico: Beethoven, Schumann y Liszt .

Venía a Sevilla a acompañar a Plácido Domingo al piano, pero al final se ha quedado con las ganas.

No pasa nada. El día anterior había cantado «Don Carlo» y al día siguiente lo cantaba otra vez en Valencia, tenía un evento en el Ateneo… Evidentemente, él no estaba para cantar. Toqué yo, simplemente. Me ilusionó mucho verle emocionado por el evento.

¿Lo conocía de antes?

No.

¿Qué impresión le dio?

Lo que toda la gente me había comentado: cercano, amabilísimo, cariñoso… una persona muy sincera, sencilla…

¿Le dio algún consejo?

Estábamos entre toda la marabunta de gente, pero lo que sí que hizo fue alabarme en su discurso. Me dijo que le había encantado lo que había tocado y que teníamos que hacer música juntos. Después, en privado, me dijo que tiene un concierto con una de las mejores orquestas americanas y con otros solistas españoles y que va a intentar meterme a mí, a ver si está a tiempo, y que si no en un futuro veremos. Plácido, por lo que me han dicho, no es una persona que hable por hablar. Me dijo que iba a ayudarme en lo posible y yo estaré superagradecido en lo que pueda salir.

Lo habitual es que a los pianistas españoles les pidan grabar repertorio nacional, usted acaba de grabar a tres grandes del piano romántico.

La sonata de Liszt era una obra que tenía que tocar antes de morirme, incluso, grabar. La «Fantasía» de Schumann, igual. Naxos me preguntó qué quería grabar en el CD. Se lo dije y me dijeron: vale. Y lo vine a completar con esta pieza de Beethoven, que es «A la amada lejana», que es de un ciclo de lieder, arreglado por Liszt para piano. El CD tiene una temática como de hermanamiento. Schumann compone la «Fantasía» y se la dedica a Liszt, que siempre quiso devolverle esa dedicatoria con una gran obra, la sonata. Y después la «Fantasía» la compuso Schumann para recaudar fondos para un monumento para Beethoven, donde cita extensamente melodías de «A la amada lejana».

«En enero grabo con la BBC Concert Orchestra “Noches en los jardines de España”, de Manuel de Falla»

¿Tiene más discos en cartera?

He grabado uno de música de cámara con obras de Brahms junto con Pablo Barragán, genial clarinetista; y Adrei Ionita, chelista ganador del premio Tchaikovsky. Saldrá este año. El otro lo grabé con mi trío, el Vibrart, con el segundo trío de Shostakovich y el segundo de Schubert. En enero grabo con la BBC Concert Orchestra «Noches en los jardines de España», de Falla.

¿Con qué otras orquestas tiene conciertos en agenda?

Con la Orquesta Nacional de la Radio Polaca y, en Monterrey, el segundo de Brahms, con Max Bragado. Tengo conciertos con la Orquesta de Murcia, con la de Córdoba... Eso lo alterno con recitales. Hago debut en la Fenice de Venecia con música de cámara, toco en el festival de Úbeda, vuelvo a tocar en marzo en la Herkulessaal de Munich y, junto a Pablo Ferrández y Cristina Gómez Godoy, en el Auditorio Nacional en marzo.

Vuelve a Sevilla en julio con la ROSS, con la que interpretará a Gershwin.

Es un programa en el que mezclo los dos géneros que me apasionan: la música llamada clásica con el jazz, con uno de los mayores genios compositivos que hay del jazz. La «Rapsodia in Blue» la he querido tocar desde pequeño.

¿Cómo ve a la ROSS?

Es una orquesta a la que tengo muchísimo cariño y tocar con ellos siempre es un placer.

¿Estima que tiene un buen nivel?

Lo tiene, es una orquesta de referencia en España, sin ninguna duda.

¿Como para hacer giras por Europa?

Hay que ser realista. Yo vivo en Berlín y escucho a muchas orquestas europeas. El realismo mezclado con un poco de idealismo y con mucha ambición es sanísimo, pero partiendo del realismo. La ROSS es una gran orquesta española y una muy buena orquesta, que comparada con muchas europeas está a ese nivel e incluso más. Pero sería contraproducente dormirse en los laureles que no existen. Este tipo de orquesta tiene que mirar a largo plazo, a un trabajo de día a día, disciplinado y artístico que le vaya haciendo subir de nivel.

«La ROSS es una orquesta de referencia en España, pero si la situación económica fuese mejor, todo iría mucho mejor»

¿Cómo se conseguiría ese trabajo?

Si la situación económica fuera mejor, todo iría mucho mejor.

¿Es una cuestión más económica que artística?

Todo lo es hoy en día. Hay que ser realista, pero tampoco tenemos que flagelarnos en exceso. Esto tiene que ser un proyecto a medio o largo plazo de creación de públicos, de que poco a poco el nivel musical vaya subiendo también… Es un puzzle, tienes que ir invirtiendo energías y dinero en cada parte, en la educación, en la seguridad institucional de la orquesta, en convocar plazas cuando se necesite…

¿Uno de los retos sería crear un público para este tipo de música?

Eso es un reto, pero no se puede decir que sea imposible o, peor aún, elitista. Pero hay que ser realista. ¿Cuál es la tradición musical de Francia o de Alemania? ¿Cuál es la de España? Siempre se me saca el nombre de Palestrina y hemos tenido a Falla, Albéniz... pero la tradición de clásica, de ópera, está en Alemania en los últimos tres siglos. Eso se nota allí, en la cantidad de público y la percepción que tienen de la música. En España, históricamente, es algo nuevo. Para eso es fundamental que el pueblo sienta la cultura como parte de su patrimonio, algo de lo que se está orgulloso y hay que cuidar, eso sí se da en otros países. Para ellos ir no a la Filarmónica de Berlín, sino al teatro de su pueblo, es parte de su actividad y de su responsabilidad con orgullo, de algo que entienden que tienen que cuidar. Por ello, es un proyecto a largo plazo.

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