Muere Benito Moreno, músico, poeta y pintor de una Sevilla diferente

Autor de «España huele a pueblo» y la conocida sintonía del Larguero

Máximo, Josele y Benito Moreno, durante el concierto de homenaje al primero en 2012 PEPE ORTEGA

MARTA CARRASCO

A Benito Moreno España le olía a pueblo, por eso lo escribió así y consiguió que sonara a verso. Benito Moreno, Sevilla 1940, ha muerto esta mañana en San Juan de la Palma . Al final de su vida ha vuelto al lugar donde todo empezó.

Benito Moreno nació en la plaza de Mengíbar , donde vivía su familia, y donde también nacieron sus hermanos Josele y Máximo, mientras Meli nació en Madrid. San Juan de la Palma fue su patio de recreo de la infancia, y allí ha ido a morir, según relata su hermano Josele. «Había estado ingresado en traumatología porque perdía el conocimiento de vez en cuando, así que los hermanos le convencimos de que se fuera a una residencia para estar más controlado, aunque siguiera manteniendo el piso que tenía en la plaza del Museo. Así que ayer ingresó en la residencia de la Casa de los Artistas, en San Juan de la Palma, y se murió esta madrugada. A mí me han llamado sobre las ocho y media de la mañana».

A partir de las 16 horas , su cuerpo será velado en la Sala 10 del tanatorio de la SE-30 y este miércoles será la incineración.

Su hermano Josele dice que e ra un luchador y tenía ganas de vivir , «le quitaron un pulmón y un riñón, le dieron seis meses de vida, y ha durado cuatro años. Era un grandísimo artista que ha dejado una obra de pintura impresionante,de canciones, de poemas… Estuvo muchos años en Francia, como catedrático de Dibujo, Grabado y Fotografía».

Benito Moreno se crió en la Sevilla de los años cuarenta, entre el Jueves y la Encarnación, hasta que sus padres se trasladaron a los Remedios y allí se forjó un grupo de amigos entorno a Don Gonzalo el pub que abrió en ese barrio Gonzalo García Pelayo y que fue centro de tertulias y músicos.

Estudió en la Escuela de Arte Dramático donde tuvo como compañero a Juan Diego, y un día le dijeron que en la Universidad Agustín García Calvo montaba una obra sobre Lorca, y allá que fue para ver de qué iba todo aquello y para implicarse. Hombre de creatividad inagotable y curiosidad desbordante, poco a poco Sevilla y España se le quedaron pequeñas y sobre todo en aquella época de agobiante dictadura. Así que cogió las maletas y se fue a Francia. En el país galo se empapó de la movida de la «chanson française», pero sobre todo conoció a Christiane Decaillet, su mujer, su inspiración, una admirable y deliciosa compañera de vida que falleció hace unos años y a la que Benito Moreno le dedicó un amoroso epitafio en forma de poemario, «Poemas de amor», que editó otro de sus amigos de toda la vida, el librero José Manuel Padilla.

Precisamente en la librería de Padilla hizo también en 2016 su última exposición de dibujos y óleos, «Entre libros y cuadernos», en los que retrataba algunos de sus fetiches.

Ra, ra, ra y otras canciones

Confesaba que en Francia llegó a echar mucho de menos a España, y además tenía curiosidad por ver cómo había cambiado, así que con su mujer y sus hijos se volvió a Sevilla, y allí en 1975 el productor musical Luis Baquero , entonces en La Voz del Guadalquivir, organizó en el teatro Lope de Vega un concierto donde reunió a dos cantautores, Carlos Cano y Benito Moreno . En aquel recital, que llenó el teatro, cantó Carlos Cano por primera vez «Verde blanca y verde» y Benito Moreno, «España huele a pueblo», donde Benito retrataba su propia rebeldía con aquellas estrofas, de «niño no hagas eso« o «no me da la gana». «En aquel concierto que fue un mes después de la muerte de Franco -recuerda Josele- Carlos Cano se presentó diciendo, «me llamo Carlos Cano y soy de Granada», y dedicó canciones a los del proceso 1001, algunos de ellos sentados en la primera fila del teatro. Benito cantó «España huele a pueblo» y «Ra,ra,ra» . Josele dice que le gustaría mucho editar aquella grabación y organizar una exposición con la obra de Benito.

Y la fama nacional le llegó de repente a Benito Moreno de forma inesperada precisamente por el balompié, que decía con sorna, a través del «Ra,ra,ra», famosa sintonía del programa deportivo de la Cadena SER, el Larguero, que media España empezó a tararear y hasta hoy.

Antonio Zoido , hoy director de la Bienal de Flamenco de Sevilla , participó hace un año en un programa homenaje que le rindió a Benito Moreno Radio Sevilla.

Zoido señaló sobre el artisa que «Benito creaba música y poesía, pintaba, es hijo de un padre de los antiguos que estuvo muy preocupado de darle cultura a sus hijos. Es una familia de creadores . Logró meter las rimas de Bécquer , que es lo más difícil del mundo, por sevillanas. ¡Y se cantaban en la Feria! Eran muy cultas y populares a la vez».

En ese sentido añade que «Benito representa la Sevilla que comienza a construir la libertad en los últimos años de Franco y que buscaba, lo que decía Labordeta , una tierra llamada libertad. Benito era lo que quería, conseguir, libertad para crear. Su pintura, por ejemplo, era muy detallista pero con otro aire, despojada de oropel».

Además, explica, «musicalmente, estaba dentro de esa corriente que crea el rock andaluz y todo lo que lleva aparejado, lo que era la música de Gualberto , la movida y esa Sevilla diferente que emergía con fuerza».

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