El director Nacho de Paz
El director Nacho de Paz - PABLO ALBACETE
CRÍTICA DE CLÁSICA

La ROSS y sus magníficos solistas

El director Nacho de Paz dirigió un programa centrado en su segunda parte en Ginastera y Piazzolla

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Cierto que las limitaciones económicas dificultan la contratación de solistas para los conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS); pero también es indiscutible que la Sinfónica posee un elenco de solistas de primera categoría, como se ha demostrado en este programa.

La primera parte fue una exhibición de hasta seis de ellos de la propia Orquesta, en tres dúos concertantes del período romántico: «Dúo brillante para flauta, oboe y orquesta», un «collage» compuesto por J. Dessermann y F. Berthélemy sobre algunos temas -incluyendo fragmentos de la famosa obertura- de «Guillermo Tell» de Rossini.

Aquí fueron la flauta de J. Ronda y el oboe de J. M. González los protagonistas instrumentales de la pieza. El «Konzertstück nº 1 para dos clarinetes y orquesta» de F.

Mendelssohn, toda una lección de «bel canto» aún sin la presencia de la voz humana, fue servido magistralmente, casi como un dúo operíatico, por P. Szymyslik y M. Domínguez.

Y el famoso «Gran dúo concertante para violín, contrabajo y orquesta» de G. Bottessini, fue un feliz abrazo sonoro, perfectamente entrelazado, a cargo de V. Dmitrienco y L. Ciorata (que añadieron como regalo un «Ragtime» de Scott Joplin). Ni que decir tiene que, en los tres casos, el «tutti» orquestal acompañó con solvencia y buen gusto a los solistas.

En la segunda parte, se nos ofrecieron obras de los dos compositores argentinos más ilustres, los dos del siglo XX: las cuatro danzas del ballet «Estancia» de Alberto Ginastera, basado en el poema épico nacional «Martín Fierro» deJosé Hernández, que trata sobre la vida de los gauchos (formidable la primera, «Los trabajadores del campo», con un total empleo de la percusión, en todos los instrumentos; lírica la segunda, «Danza del trigo», evocación de canciones criollas; la electrizante «Los peones de la hacienda»; y «Malambo», la página más célebre de su autor), y tres creaciones del «Bach argentino», Astor Piazzolla: «Tangazo», «Libertango» y «Oblivion» («Olvido»), melancólica y misteriosa. Interesante velada.