CULTURA

Jorge Pardo: «El jazz y el flamenco pueden gustar tanto o más que el pop»

El intérprete madrileño, Premio Nacional de las Músicas Actuales 2015, toca por primera vez en Vejer en el estreno de su festival de jazz

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Su nombre va indisolublemente unido a otros. Dolores, Paco y José. El primero, el grupo que formó junto a Pedro Ruy Blas y otros músicos de la escena madrileña. De Paco, de Lucía, fue compañero de gira por dos décadas. Y con José, de sobrenombre Camarón, participó en ese hito del flamenco titulado ‘La leyenda del tiempo’. Jorge Pardo es otro grande de la música española. Un alquimista de las melodías, un genio. Y de éxito internacional. En 2013, la Academia Francesa de Jazz le distinguió como mejor músico europeo de jazz, y hace apenas unos meses recibió el Premio Nacional de las Músicas Actuales. Hoy deja su ‘Huellas’ en el Festival Internacional Jazz Vejer. Lo hace en formato cuarteto junto a Josemi Carmona, excomponente de Ketama, José Manuel Ruiz Motos, Bandolero, uno de los percusionistas más reconocidos del flamenco y las manos del contrabajista Pablo Báez.

–¿En qué consiste ‘Huellas’?

– ‘Huellas’ nació en 2011-2012.Grabé este disco, doble, con un montón de material con la vocación de ser tocado en directo y desarrollado por diferentes músicos. La nómina de músicos del disco es grandísima y más aún la de músicos que han pasado por diferentes directos de ‘Huellas’ (más de 200 conciertos) en todos los confines del planeta. Nació con una vocación comunicativa, para poder ser tocado y disfrutado por músicos de diferentes estilos y creo que está cumpliendo su cometido. Vejer es una vuelta de tuerca más en este proceso.

–¿Ha cambiado el proyecto de cuando empezó?

–Por supuesto que ha cambiado. La esencia no, pero a medida de que vas tocando esos temas se va modificando. Es una música que deja mucho espacio a la improvisación, y muy permeable a lo que esté ocurriendo y a quien la esté tocando, sufre múltiples cambios.

–Aunque es antiguo ya, recibió el reconocimiento de la academia francesa, y el año pasado el Nacional de las Músicas Actuales. ¿Le sorprendieron?

– Antiguos no son los premios, antiguos soy yo, y tampoco, yo soy vintage. Con gran agradecimiento recibe uno esas atenciones. Me encanta por quien estaba en el jurado y por lo que dijeron de mí. Como todos los premios, premian a toro pasado, a lo que ya has hecho, a la larga trayectoria que uno ha llevado. Y esos reconocimientos me habrían ayudado mucho hace 20 años. Ahora se recibe con agrado y con una sonrisa, pero yo ya mi premio lo había obtenido con poder seguir haciendo música y estar ahí.

–Es una pregunta recurrente para los artistas. ¿Es complicado vivir de esto?

– Es muy complicado, cualquier profesión es muy complicada, no quiero decir que esta lo sea más que otra. Pero sí es muy difícil en esta profesión aguantar. Es muy bonita, pero muy inestable e inesperada, aunque eso también lo hace muy atractivo. Hay que apretar los dientes y tener mucho coraje y fe en lo que haces. Hace falta grandes virtudes quijotescas y dosis de ilusión y de ver donde a lo mejor nadie lo ve y defender tu visión.

–¿Cree que el flamenco ha contribuido a popularizar el jazz?

– El flamenco es una de las grandes músicas del mundo, ya del siglo pasado y, por lo que se ve, aborda este nuevo siglo con una vitalidad increíble. Digamos que ‘su pequeño mundo’ es grandísimo en el universo. También hay que tener en cuenta los nuevos intérpretes, la calidad de la música que están haciendo las nuevas generaciones. Me duele la boca de echar piropos a esto.

–Pese a todo, siguen siendo géneros residuales...

– Son géneros que están apartados del prime time. Se dice lo de que el jazz o el flamenco es sólo para entendidos. Y he de decir aquí alto y claro que es mentira. Pueden gustar tanto o más que la música pop. No hay una frontera en cuanto al tamaño o una exquisitez de público. Como en todo, cuanto más sabes, pues más lo disfrutas, pero el jazz y el flamenco son músicas populares basadas en ritmos ancestrales que te sumes dentro de ellos y no hay que entender nada, simplemente te entregas.

–Dicen algunos expertos que el flamenco no se explica. ¿Es también su opinión?

– La música no se explica. La música se oye con la cabeza y el corazón, hasta con la piel, te hace vibrar. La música hay que sentirla. Lógicamente cuanto más te adentras en ella y sabes de sus intríngulis, más te interesa.

–Ha hablado de las nuevas generaciones. Creo que conoce bien a un gaditano, con el que hoy comparte escenario, Antonio Lizana.

–Le echaría mil flores. Es un músico de nueva generación con un gran vitalidad, un talento increíbley gran preparación.Está haciendo mucho en tan poco tiempo. Es un placer tocar con él. Estamos en contacto muy a menudo y no será la última vez que nos encontremos. Antonio tiene mucha fe en lo que hace.

–Le voy a decir otro nombre, de otro músico de aquí: Paco de Lucía...

– No tendría espacio suficiente este periódico para que yo dijera lo que ha significado para mí. Han sido 20 años de gira, juntos. Su gran calidad como músico está fuera de todo lo que yo pueda decir, pero su trato familiar para la gente que iba con él en aquel momento, y lo que vivimos juntos -ya más de una vez lo hablamos- fue un regalo del destino. Aparece en mis sueños, en cualquier momento en el que estoy tocando me aparece una frase suya... Está siempre presente.

Ver los comentarios