El director de orquesta Zubin Mehta en Viena
El director de orquesta Zubin Mehta en Viena - AFP

Zubin Mehta: «Lleven a Santos y las Farc a mis conciertos y se darán la mano»

El director de orquesta indio dirigirá hoy la Orquesta Filarmónica de Israel en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá

Bogotá Actualizado: Guardar
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La música es para el director de orquesta indio Zubin Mehta un activo por la paz, por eso cree que si el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y los miembros de las Farc acudieran a su próximo concierto en Bogotá terminarían dándose la mano y con una sonrisa.

«¿Por qué no llaman a ambas partes al concierto, a las Farc y al presidente? Después de escuchar a (Franz) Schubert se sentirían mejor y sé positivamente que terminarían dándose la mano y con una sonrisa en la cara. Eso es lo que hace la música», ha dicho Mehta en una entrevista.

Mehta, que hoy dirigirá la Orquesta Filarmónica de Israel en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, ha afirmado que la música «de todo tipo» eleva el espíritu y ha destacado que en cada lugar hay música de manera continua.

En este sentido, ha señalado que «La Gran Sinfonía» de Schubert que interpretará hoy es muy especial para Suramérica, donde es necesario elevar el espíritu.

Los suramericanos «son gente adorable», pero políticamente necesitan hacer cambios, «no es que en Europa sea mucho mejor», y «una pieza como esta de Schubert» hace que la gente se sienta bien después, ha explicado sobre la obra que eligió hacer en su gira por el continente.

Música pop Vs. Música clásica

Preguntado por la música pop y su efecto en la sociedad, ha destacado que puede generar una respuesta similar o incluso mayor que la que genera la música clásica, especialmente entre los jóvenes.

«Solo tienen que tocar una cuerda de guitarra una vez y el estadio completo estalla. (Los intérpretes de música clásica) no estamos en esa categoría, tocamos lo que un maestro escribió en un papel», ha señalado Mehta.

Sin embargo, ha aclaro que la música pop es más efímera, mientras que la clásica está y seguirá en el panorama mundial durante siglos. Pese a ello, ha destacado la capacidad de llevar gente joven a los conciertos, una pelea que él también mantiene con su orquesta.

Destinos conflictivos

Entre sus músicos, todavía no hay palestinos, si bien ha mostrado su esperanza de que alguno de los estudiantes árabes que hoy se están formando en Israel alcancen a estar junto a su orquesta. «Un día espero que el telón sea abra y haya un palestino», ha asegurado el director nacido en Bombay hace 80 años y considerado uno de los mejores en su oficio.

El deseo se expande no solo a los músicos sino a la audiencia, ya que con la Filarmónica de Israel no ha podido visitar países vecinos debido a las tensas relaciones que mantienen con sus vecinos árabes. Mehta querría tocar en Egipto o Jordania, cuando haya «una paz completa», pero alberga un deseo especial por hacerlo en Bagdad.

Vinculación con Hitler

La música también vive una situación inversa en el país natal de la orquesta, donde hasta el momento solo en una ocasión ha podido interpretar piezas de Richard Wagner por la vinculación que se asocia entre el compositor alemán y Adolf Hitler.

La única vez que lo intentó fue en 1991, donde al concluir un concierto advirtió a la audiencia de que este había terminado y les ofreció salir antes de interpretar una pieza de Wagner.

Nadie abandonó la sala, pero algunos de los asistentes comenzaron a berrear y «no se puede tocar música cuando la gente grita», declaró Mehta. Pese a ello, concluyeron la pieza y no lo han vuelto a repetir aunque casi todos los miembros de la orquesta están de acuerdo en hacerlo.

«Los compositores deben de involucrarse en la situación política y social de su época»

«Todavía hay gente en Israel con los números en los brazos y en respeto a ellos no podemos tener un debate intelectual. Es un tema emocional, han sufrido de una manera que no podemos imaginar y la música les lleva a esa era», ha argumentado en referencia a los supervivientes de los campos de exterminio nazis, a quienes les tatuaban su número de prisionero.

Pese a la polémica, ha destacado que los compositores deben de involucrarse en la situación política y social de su época y recordó que la mayoría lo hicieron, pese a que eso se volviera contra ellos. «Los compositores siempre han tomado partido. Están muy involucrados y si no lo están, deberían», ha concluido.

Como parte del programa, la Orquesta Filarmónica de Israel interpretará también «Andante Cantabile», de Piotr Ilich Tchaikovski y «Concierto para Cuatro Vientos y Orquesta», de Robert Schumann.

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