Steven Wilson: «Es deprimente ver que ya está todo dicho»

El londinense presenta «To the bone»

Steven Wilson ABC

PABLO CARRERO

Es un músico ciertamente singular. Sus influencias abarcan un amplio abanico en el que caben desde el más sofisticado rock psicodélico y progresivo hasta la esencia pop que deja traslucir buena parte del material incluido en «To the bone», su más reciente entrega: «Todos los artistas dicen que su último disco es el mejor, y me temo que no voy a ser una excepción. Creo que realmente es una de la s mejores muestras de mi personalidad como compositor y productor. Esta vez hay un énfasis especial en el trabajo de composición del que estoy particularmente orgulloso».

Con una larga y prolífica carrera a sus espaldas, Wilson no es particularmente amigo de revisitar su propia obra: «Me cuesta escuchar mis antiguos discos; es como mirar viejas fotos, en las que no ves la personalidad, sino la ropa pasada de moda y el corte de pelo. Cuando tengo que escucharlos para preparar una gira o para hacer alguna nueva mezcla, tengo una sensación rara en la que se combinan el orgullo y el horror». Su proyecto más popular fue Porcupine Tree , una suerte de reinvención del rock progresivo de los setenta: «Ahora se nos ve como un grupo que inspiró a toda una generación de bandas con un sonido parecido, pero en aquella época no parecía haber mucho interés; vendíamos pocos discos y durante años las giras fueron realmente difíciles».

Y es que el éxito de Wilson no ha sido precisamente el de las grandes campañas promocionales y las ventas millonarias: «Yo mismo me he hecho esta pregunta a menudo a lo largo de los años. ¿Habría preferido tener un gran éxito o es mejor no haberlo tenido y haber podido seguir mi propio camino sin estar condicionado por las listas de éxitos? No tengo ningún éxito que todo el mundo conozca y que esté obligado a tocar en todos los conciertos, así que puedo tocar lo que me apetezca más en cada momento, y supongo que eso es bastante liberador. También me permite cambiar de dirección siempre que quiero, ya que no estoy anclado a ninguna canción ni a ningún tipo de sonido en particular. Quizá sea ese uno de los secretos de la longevidad de mi carrera».

ADN musical

Nacido en 1967, Wilson era un adolescente ávido de nuevas músicas cuando el punk y la nueva ola estaban dándole la vuelta a la escena del momento. Sin embargo, sus querencias por el rock de los setenta se acabaron imponiendo en su propio estilo: «No es exactamente así. Como un montón de otros chicos de mi generación, crecí escuchando nueva ola y postpunk, y eso es una parte de mi ADN musical. De hecho, “To The Bone” tiene muchas influencias de los 80. Crecí escuchando a The Cure, Joy Division, Magazine, XTC, Tears for Fears, Kate Bush, A Certain Ratio y muchos otros. La diferencia es que mientras la mayoría se centraba en esa música nueva, a mí me interesaba también la música de la década anterior, en parte gracias a los gustos de mis padres».

Habiendo tocado casi todos los palos del pop y el rock de las últimas décadas, Wilson es consciente del poco margen que existe para hacer algo realmente diferente: «Es un poco deprimente darte cuenta de que el vocabulario musical está bien establecido desde hace al menos veinte años, que ya está todo dicho, de manera que es prácticamente imposible hacer algo que no haya sido escuchado antes».

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