Roger Waters, el rock siempre a lo grande

El músico británico visita Barcelona con suo gira mundial «US + THEM»

Roger Waters dará dos conciertos en el Palau Sant Jordi AP

PABLO CARRERO

Su ambición creativa y su sólido y saludable ánimo innovador, pero también la fortaleza de un ego de sobresalientes dimensiones y sus aficiones megalómanas llevaron a Roger Waters a convertir a su banda en una de las más emblemáticas e influyentes de la década de los 70.

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Pink Floyd se habían formado unos años antes, incorporándose a la burbujeante escena londinense de mediados de los años sesenta. Liderada por Syd Barrett , un talentoso e imaginativo compositor y guitarrista adictivamente obsesionado con el «Revolver» de los Beatles y con el LSD , la formación original produjo formidables ejemplos de refinado y poderoso pop psicodélico, logrando uno de los grandes clásicos del género, «The Piper At The Gates Of Dawn», lanzado en agosto de 1967. El disco fue casi ignorado en Estados Unidos –donde el movimiento psicodélico estaba también en pleno auge–, pero alcanzó los primeros puestos de las listas de éxitos de su país, convirtiéndose en una referencia en el cada vez más complejo mapa de la música pop de la época. Los excesos lisérgicos de Barrett, sin embargo, fueron haciendo mella en su salud mental y, en consecuencia, en la estabilidad del grupo, que pocos meses después decidió reemplazarlo por el también guitarrista David Gilmour .

Hacia el «prog-rock»

Roger Waters ocupó entonces el significativo hueco dejado por Barrett y se hizo con el timón de la banda, que, sin abandonar por completo sus raíces psicodélicas, avanzaría en nuevas direcciones para constituir la punta de lanza del rock progresivo y el rock sinfónico del momento. La inocencia y espontaneidad del pop deja paso a partir de entonces a una música más ambiciosa, sofisticada y grandilocuente, que se siente a gusto flirteando con el cine, el teatro o la ópera, y que incorpora arreglos orquestales, largos desarrollos instrumentales y puestas en escena cada vez más recargadas.

Después de algunos discos algo dubitativos, los cuatro álbumes de la década de los 70 («The Dark Side Of The Moon», «Wish You Were Here», «Animals» y «The Wall») constituyen la obra más significativa de una banda a la que, después, Waters empieza a tener la sensación de haber exprimido todo su jugo.

Así, Roger Waters abandonó el grupo en 1985, viendo con disgusto que David Gilmour y Nick Mason seguían produciendo material nuevo bajo el nombre de Pink Floyd , lo que dio lugar a la correspondiente batalla legal. Waters, en cualquier caso, editó tres álbumes en solitario entre 1985 y 1992, pero siguió explotando su rentable cosecha en la legendaria banda, volviendo recurrentemente, sobre todo, a «The Wall»: en 1990. Poco después de la caída del muro de Berlín, organizó «The Wall: live in Berlin», al que acudieron cerca de 300.000 personas. Después de numerosas giras y algún esporádico encuentro con sus ex compañeros, el pasado año, Waters volvió al estudio para hacer su primer disco en solitario en los últimos veinticinco años, el atractivo y sugerente «Is This The Life We Really Want?».

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