El robot YuMi roba la escena a Andrea Bocelli

En el Teatro Verdi de Pisa, las miradas de todos los asistentes se posaron en el debut como director de la orquesta de un androide

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

El célebre tenor italiano Andrea Bocelli ofrecía un concierto en el Teatro Verdi de Pisa, pero todas las miradas de los espectadores se dirigieron al director de la orquesta. Se llama YuMi, robot humanoide diseñado por la Firma suiza ABB que estuvo al frente de la filarmónica de Lucca, en el primer Festival internacional de robótica de la ciudad toscana. YuMi fue el director en tres de las dieciocho arias de ópera que componían el programa : «La donna è Mobile», del «Rigoletto» de Verdi; «O mio babbino caro», del «Gianni Schicchi» de Puccini, y el Intermezzo de «Cavalleria rusticana» de Mascagni, tres temas que conforman el primer programa lírico robotizado.

YuMi, como los auténticos directores, también tuvo que prepararse con la ayuda de un maestro, el director Andrea Colombini : «Fue muy difícil entrenarlo; para enseñarle seis minutos de música son necesarias 17 horas de trabajo, pero es una tecnología muy adelantada que garantiza una suavidad y un matiz expresivo increíbles», aseguró Colombini. Se ha avanzado mucho en tecnología desde que en el 2008 por primera vez el robot humanoide ASIMI, fabricado por Honda, dirigió la Filarmónica de Detroit. En esta ocasión, YuMi con la batuta en su mano derecha marcaba el «tempo» y con la izquierda replicaba suavemente algunos movimientos de la derecha. Fue una dirección un tanto «mecánica», según la irónica expresión de uno de los comentarios en redes sociales. Viendo a YuMi como fiel ejecutor de una partitura, hay quien ha recordado a Arturo Toscanini (Parma, 1867 – Nueva York, 1957), uno de los más grandes directores de orquesta. Toscanini era considerado el dictador de la partitura, por su extraordinaria rigurosidad en la interpretación de los compositores, sobre todo de Verdi y Beethoven.

Toscanini era también admirado por su absoluta precisión rítmica. Como un robot. Ahora, con las fotos de YuMi como protagonista en las redes sociales , algunos se preguntan si el concierto de Pisa puede ser una etapa fundamental de la historia de la música . Probablemente sí en la tecnológica. Pero en el Teatro Verdi todos los músicos estaban de acuerdo en que, si bien los robots están sustituyendo al hombre en muchas actividades, nunca podrán ser un director de orquesta. Consideran que el robot no es capaz de improvisar y cualquier cambio inesperado en el «tempo» de los músicos habría sido un desastre. «Detrás de los gestos de un robot está siempre un hombre, con su sensibilidad y creatividad», afirmó Bocelli, quien ayer fue hospitalizado de urgencia en Pisa después de sufrir un golpe en la cabeza al caerse mientras montaba a caballo. «Quizás –añade el tenor– dentro de cincuenta años pueda aparecer un robot junto al director de orquesta, para las pruebas, pero la música, como voz del alma, será siempre expresión y privilegio del hombre». A YuMi le falta el alma. Así que hoy nadie imagina a Riccardo Muti o Zubin Mehta cediendo la batuta a un robot.

«Detrás de un robot está siempre un hombre, con su sensibilidad y creatividad», dijo Bocelli

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