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Pitingo: «La gente insulta auténticas barbaridades en twitter, pero no me afecta»

El cantante ha presentado con seis conciertos en Madrid un nuevo disco de versiones, esta vez con clásicos del soul de los 60 como «Ain't no mountain high enough» o «Stand by me»

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Pitingo abre un nuevo capítulo en su carrera con «Soul, bulería y más», un nuevo trabajo que acaba de presentar con seis veladas consecutivas en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía, y que contiene una selección de clásicos del pop y del soul pasados por su filtro y su alma flamenca. Temas conocidísimos como «Stand by me», «Ain't no mountain high enough», «Sentado en el muelle de la bahía», «My girl», «Noches de blanco satén», «Don't worry be happy» e incluso «Cucurrucucú Paloma» son las versiones a las que se ha enfrentado el cantante onubense, que ya hizo se enfrentó a un reto parecido con «Killing me softly» o «Smell like teen spirit», no sin generar cierta polémica entre propios y extraños.

¿Cómo surgio la idea de volver a las versiones?

Ha sido una idea conjunta, de la discográfica, de mi productor y mía, que yo personalmente estaba barajando desde hacía tiempo. Unir en un solo disco todas estas joyas es complicado, sobre todo por el temas de los permisos, etc. Pero estamos muy contentos con el resultado.

¿Cómo obtuvieron los permisos? Muchos de los artistas están muertos.

Claro, en ese caso teníamos que hablar con los familiares de los autores. Los artistas vivos que he versionado, Bobby McFerrin, Stevie Wonder y Omar Alfanno, no pusieron ningún problema cuando hablamos con sus discográficas.

¿Se quedó fuera alguna versión por no obtener permiso?

Se quedaron algunas canciones fuera, pero no por eso, sino porque después de grabarlas no acabábamos de verles el encaje en el disco. Quizá las reserve para otro disco.

O sea, que puede que haya un segundo volumen de «Soul, Bulería y más»

Seguramente, seguramente...

Imagino que la popularidad de su versión de «Killing me softly» le animó a hacer este disco.

Por supuesto, acercarme a la música negra y tener tan buena respuesta siempre anima, especialmente cuando te ayuda a darte conocer al gran público. Pero de aquello hace ya ocho años, y esta vez quería hacer otra cosa, más soul, más Motown, aunque sin dejar de lado esa parte flamenca con palmas y cajones, sutiles pero presentes. Creo que con el tiempo he aprendido a hermanar los dos géneros. No me gusta fusionar, sino hermanar. Es una palabra que ayuda a entender mucho mejor el concepto de lo que hay detrás de mi trabajo.

«Siempre tendré detractores, pero hay una gran mayoría a la que le gusta lo que hago. Si no, no comería de esto»

Eso tiene sentido, ya que ambas músicas son hermanas en su origen, humilde y bastante caracterizado por el sufrimiento vital.

Eso lo aprendí con 14 años, tocando con gente negra y aprendiendo las virtudes del soul. La negra y la gitana son dos razas que históricamente han pasado muchas penurias, y eso se nota muchísimo al cantar. El sufrimiento y la desgracia suelen devenir en muy buena música.

¿Sintió el peso de la responsabilidad por lo icónico de los temas?

Sí, por supuesto, responsabilidad e incertidumbre, también porque no es lo mismo un icono del pop que un icono del soul. Los clásicos del pop son más conocidos, los del soul son, quieras que no, algo más lejanos para la mayoría. Pero cuando hablamos de hacer versiones de canciones icónicas, sabes de antemano que van a salir detractores, eso lo tengo yo muy claro. Lo asumo e incluso lo entiendo, sobre todo cuando me dan una explicación de por qué algo no ha gustado. Pero siempre hay una gran mayoría a la que le gusta lo que hago, si no no comería de esto. Cuando ha habido algún problema con alguna canción yo he entendido la postura de los detractores, pero tienen que entender que hacer música no tiene delito, ni tiene límite. Hay gente que insulta auténticas barbaridades en Twitter, pero no se ma va a ir la vida en ello, porque no lleva a nada. Ni me va a enfadar ni me va a afectar.

¿Cuál será su próximo proyecto?

El otro día hablaba con un artista de que nos encantaría hacer más discos de flamenco puro... pero es muy complicado. Si hago un disco así, los medios de comunicación no me lo cogen. Y si gastas un dinero en un disco y luego no lo recuperas, las cosas se complican. Ojalá todo funcionara de otra manera, pero por ahora es así. Fuera de España no, te compran todo el flamenco que quieras llevarles, pero aquí es más complicado. Quedan bastantes años para que el público se abra de verdad al flamenco, para que los medios lo apoyen. Porque por ejemplo, el flamenco que sale en la tele no es flamenco. A mí me encantaría salir con una bulería, con unos fandangos de Huelva... pero es muy complicado.

Pero hubo un momento en el que sí parecía que el flamenco ganaba cada vez más popularidad.

Puede que sí, pero eso ya pasó. Ahora mismo, cuando me junto con artistas flamencos de peso, importantes, y nos ponemos a hablar del tema, llegamos a la conclusión de que para qué hacer discos de flamenco, si sólo les van a gustar a los críticos de flamenco. El gran público no consume flamenco, pero porque los medios no dan ese paso. ¿Qué nos queda? Irnos fuera de España a cantar. Y no todos tenemos la suerte de poder hacerlo. En nuestro país debería haber una gran mayoría que sintiera el flamenco como una música suya. ¡Que no es lolai-lolailo y gitanos con pelos largos, es mucho más que eso! Es Historia, es patrimonio, y la música más importante que tenemos en España.

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