Muere Tom Petty, leyenda del rock americano con pedigrí

El rockero se encontraba inconsciente y sin respirar cuando fue encontrado, aunque los servicios de emergencia lograron que recobrara el pulso. Fue hospitalizado, pero finalmente ha fallecido

Tom Petty durante un concierto en 2016 REUTERS

DAVID MORÁN

Era la gran asignatura pendiente de los escenarios españoles, uno de esos artistas con los que había que armarse de paciencia y un buen puñado de euros para conseguir ver en directo: su aparente fobia a los aviones y la dificultad de encontrar un promotor dispuesto a jugársela con un artista cuyo estatus cambiaba a marchas forzadas según el continente y la franja horaria hizo imposible verle en acción por aquí. Quedaba la esperanza, sí, espoleada casi siempre por alguien que había peregrinado hasta Londres o Milán para rendirle pleitesía y, ya puestos, verle arrimarse por millonésima vez a «Free Fallin’» y «American Girl» . Una esperanza que se esfumó ayer cuando trascendió que Tom Petty, icono del rock americano, había fallecido a los 66 años en su casa de Malibú (Los Ángeles) tras sufrir una parada cardiorrespiratoria.

Al principio las noticias de su muerte fueron contradictorias y, después de que el portal TZM, infalible a la hora de anunciar los decesos de otras estrellas como David Bowie o Prince, anunciase el fallecimiento del rockero, la policía de Los Ángeles desmintió la información. Lo que ocurrió en realidad fue que Petty fue hallado inconsciente en su domicilio y se le dio por muerto cuando aún se encontraba en el hospital en estado crítico. «Estamos desolados de anunciar la muerte prematura de nuestro padre, esposo, hermano, líder y amigo Tom Petty», confirmó finalmente su representante, Tony Dimitriades. «Murió en paz rodeado de su familia, sus compañeros de banda y amigos», añadió en un comunicado.

Nacido el 20 de octubre en Gainesville (Florida), Petty fue, como buen producto de su época, un músico precoz que empezó a trastear con la guitarra después de quedar prendado primero por Elvis Presley y después por The Beatles y que acabó echando raíces en el pelotón de cabeza del rock americano de finales de los setenta y principios de los ochenta. Su elegancia como compositor y su finura a la hora de aromatizar el rock californiano con ciertos toques sureños no tardaron en convertirlo en una de las voces más destacadas de su generación.

Habrá quién le recuerde por ser el quinto en discordia junto a Bob Dylan, Roy Orbison, George Harrison y Jeff Lyne en ese supergrupo que fueron The Travelling Wilburys. Otros, en cambio, seguirían su huella de manera indirecta para acabar llegando a esa insólita colaboración que Teenage Fanclub y De La Soul firmaron sobre un sample de «Free Fallin’». Para la mayoría, sin embargo, Petty era el rockero de los 80 millones de discos vendidos; un músico de barras y estrellas que, por más que jamás llegase a alcanzar la popularidad de Bruce Springsteen, siempre cotizó al alza en el panteón de leyendas estadounidenses. Como ocurre con John Mellencamp, su dificultad para verlo en directo, al menos por estas tierras, no hacía más que reforzar su valía.

Al frente de The Heartbreakers, banda con la que se estrenó en 1976 y que lideró de forma intermitente hasta el pasado 25 de septiembre, cuando ofreció su último concierto en el Hollywood Bowl, Petty se convirtió en una de las voces señeras de una manera de entender el rock que picoteaba por igual de la tradición estadounidense de Bob Dylan, The Byrds y Creedence Clearwater Revival que de la british invasion de The Animals y The Kinks y la nueva ola que encarnaba n The Faces y The Jam. Rock americano con aromas sureños y las raíces bien hundidas en la tradición que dejó cumbres como «Damn The Torpedoes» (1979) o «Full Moon Ever» (1989), disco firmado en solitario pero con abundante presencia de The Heartbreakers en los créditos.

Marcado desde crío por una relación distante y tempestuosa con unos padres que, según revela el documental «Runnin’ Down A Dream», fueron culquier menos cariñosos y con un historial de adicciones que a punto estuvo de dar al traste con su carrera musical –los noventa fueron años especialmente oscuros–, Petty empezó a brillar justo cuando Springsteen exprimía su talento en «Born To Run» y Patti Smith hacía lo propio con «Horses». De hecho, fue en 1975 cuando probó fortuna con su primera banda, Mudcrutch, proyecto que reactivó por sorpresa en 2007 y en 2016 en un intento por renovar a base de pinceladas country y honky-tonk una leyenda que se despide acumulando distinciones de lo más variadas, desde nominaciones a los Grammy, una estrella en el paseo de la fama de Hollywood o el ingreso en el Rock And Roll Hall Of Fame en 2002. En su haber, una quincena de discos que son historia de la música americana y una leyenda discreta apuntalada por canciones inolvidables por «Learning to Fly» o «Mary Jane’s Last Dance».

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