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Residente, durante su actuación en La Mar de Músicas, en Cartagena - SERIO RUIZ LÓPEZ

LA MAR DE MÚSICASEl reguetón rebelde de Residente «conquista» Cartagena

El exlíder de Calle 13 reventó el Auditorio Parque Torres en la jornada inaugural de La Mar de Músicas, con un concierto de más de dos horas donde hubo palabras y canciones para los oprimidos y los emigrantes

CARTAGENA Actualizado: Guardar
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Menos de 10 segundos fue lo que aguantó sentado el público tras la aparición de René Pérez sobre el escenario. El Auditorio Parque Torres de Cartagena estaba lleno a reventar. La gente abarrotaba los pasillos, las escaleras y cualquier pequeño hueco del recinto en el que pudiera echarse unos bailes con esta nueva “guerra” de Residente, dos años después de que pusiera fin a la banda con más premios Grammy Latino de la historia. “No es que Calle 13 se acabara sin más. Es como si el concepto hubiera evolucionado, porque son canciones que yo escribí y que voy a seguir tocando en mis conciertos”, advertía el músico puertorriqueño a ABC hace un mes.

Dicho y hecho. Tras comenzar la batalla con “ Somos anormales”, tema que abre su reciente primer disco en solitario, y que los veinteañeros y los de más de sesenta —que también los había— bailaron juntos y bien avenidos como si de un viejo éxito se tratara, gritaron después aquel estribillo de 2010: “¡Aquí se baila como bailan los pobres!”.

La fiesta había comenzado por todo lo alto, antes de que Residente dijera sus primeras palabras: “Hola mi gente. Esta noche vamos a brindar por todo lo que hemos aguantado”, para iniciar un viaje de más de dos horas al pasado y al presente de este músico que no dudó en recomendar a la gente que se descargara su último disco, con tal de que lo escucharan.

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Y sonaron “ El aguante” y “Desencuentro”, al tiempo que explicaba el viaje de dos años que realizó alrededor del mundo para componer estos dos y los otros 11 cortes que componen su álbum homónimo. Una aventura con documental incluido —que también se proyectará en La Mar de Músicas— en la que, tras unas pruebas de ADN, buscó sus raíces musicales en Siberia, el Cáucaso, Pekín, Níger, Ghana o Barcelona, además destinos que incluyeron zonas de guerra o escenarios de atentados como la escuela de Beslán, donde fueron asesinadas 334 personas en 2004. Lugares muy dispares donde grabó con músicos de la ópera china, guitarristas tuareg como Bombino, cantantes de la tribu dagomba o el mismo Goran Bregovic, para el que también tuvo palabras cuando sonó “ El futuro es nuestro”.

La energía era tan alta en ese momento, que los conciertos que habían dado a lo largo de la tarde Carla Morrison y Kanaku y El Tigre, en esta jornada inaugural del festival de Cartagena dedicado a Latinoamérica, eran apenas ya un rumor. La gente gritó al cielo y cantó durante gran parte del concierto… ni que fuera a ser el último de su vida. Da igual que sonara “ Adentro”, el himno crítico con los pandilleros y la violencia de Calle 13, o “ Apocalíptico”, compuesta por René para su último trabajo.

Parece que todo lo que toca este puertorriqueño se convierte en oro, que manejó al público a su antojo desde la atalaya en la que se ubica el castillo árabe de la Concepción del siglo XIII, dominando las increíbles vistas de la ciudad murciana iluminada al fondo. Y ondeaban banderas españolas, pero también mexicanas y ecuatorianas. Como si Residente y su sexteto, formado con músicos de todo el mundo, hubieran venido a conquistar y convencer, además de a divertir.

Por eso hubo palabras y canciones en homenaje a los oprimidos, los emigrantes o los gitanos víctimas del racismo, de este artista al que “The New York Times” definió como “el primer intelectual que llega al estrellato del reggaetón”. Y por eso sonó “ Guerra” y habló de los conflictos de Osetia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. O interpretó “ Dagombas en Talames”, dejando claro que “todos venimos de África”. Y por eso también hizo alusiones a “las mentiras” de las potencias del mundo con respecto al maltratado hemisferio sur en “La sombra”. Unas reivindicaciones marca de la casa, desde que Calle 13 sacó su primer disco en 2005 o se hizo mundialmente famoso, cinco años después, con “ Latinoamérica”, un tema capaz de superar los 40 millones de reproducciones en YouTube y hacer saltar ayer a todo el auditorio al mismo tiempo que grababan vídeos con el móvil. Sí se puede.

Residente dejó a los más de 2.000 asistentes con ganas de fiesta y no volvió a salir a pesar de las ovaciones. Algo que aprovecharon tanto el DJ francés de raíces ecuatorianas, Nicola Cruz, y, sobre todo, Puerto Candelaria, que despachó su “cumbia rebelde” unos metros más arriba, en esa acertada versión colombiana de The B-52's, de los que hicieron alguna versión, y sus contagiosas coreografías. Una resaca perfecta para la farra de Residente: “¡Que viva Puerto Rico…!”.

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