Ara Malikian: «Mi mensaje es más humanitario que político, así que en China no les va a molestar»
El violinista, que en enero se irá de girá por el gigante asiático, debuta esta noche en el Wizink Center de Madrid
Cuando se dio a conocer parecía uno de esos frikis que intentan modernizar la música clásica al estilo saltimbanqui. Pero su propuesta, sincera, instructiva y emocionante, se ha ganado el respeto y la admiración del gran público y ha convertido al violinista libanés en una estrella mundial. Esta noche, Ara Malikian vivirá una noche de consagración en la ciudad en la que reside desde hace años, Madrid , antes de comerse las uvas y prepararse para la conquista de China.
¿Ha preparado algo especial para su debut en el Wizink Center?
Vamos a llevar la escenografía de toda la gira «La Increíble Historia de Violín», pero con el montaje que preparamos para nuestros conciertos más multitudinarios. Va a ser muy especial porque tendremos aforo completo, con más de 10.000 personas.
Después se va de gira a China.
Sí, ya he tocado allí alguna vez pero esta gira va a ser mucho más a lo grande, porque estaré en los escenarios principales del país. Entrar en este gigante para hacer conciertos más masivos es muy inspirador para mí.
¿Se ha preguntado cómo calará su mensaje de libertad y solidaridad en un país sin libertad de expresión?
Por supuesto. En mis conciertos hay mucho texto, y siempre intento sensibilizar al público sobre causas humanitarias. Por eso va a estar todo un poco controlado. Quieren saber lo que voy a decir, los mensjes que voy a lanzar... Pero bueno, mi mensaje es más humanitario que político, así que supongo que nos les va a molestar.
¿Diría que este ha sido su mejor año como artista?
Sí, ha sido maravilloso, pero el año que viene tiene que ser aún mejor. Lo que he conseguido en 2017 me dice que voy por el buen camino.
Se ha implicado mucho con la crisis humanitaria de los refugiados. ¿Qué piensa al ver que acaba el año y los gobiernos no cumplen las cuotas de acogida?
Es muy preocupante, muy triste. Y muy desesperante también porque conozco bien la situación que están viviendo, y lo más duro no es lo precario de su situación, sin comida, ni agua, ni sanidad. Lo más preocupante es que cada día se habla menos de ellos en los medios de comunicación. Se los está dejando en el olvido. Podrían pasar veinte años más así, sin esperanza de tener una oportunidad de trabajar, de tener una oportunidad de estudiar. En definitiva, sin oportunidad de tener una vida tras huir de la muerte.
