Joaquín Sabina en una imagen de 2004
Joaquín Sabina en una imagen de 2004 - VICTORIA IGLESIAS

Joaquín Sabina, verso a verso

El escritor y periodista Javier Menéndez Flores analiza todas las canciones del músico de Úbeda publicadas hasta el momento en su libro «No amanece jamás»

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Si ellos tienen a Dylan, nosotros tenemos a Sabina. Es nuestro gran maestro de la poesía cantada, así que era hora de que alguien pusiera manos a la obra para analizar sus canciones una a una, de forma pormenorizada, desde los recursos estilísticos empleados a significados latentes, situándolas además en su contexto histórico o, al menos, en la historia personal de su autor. Y quién mejor para llevar adelante esta tarea que Javier Menéndez Flores, periodista y escritor que ya va por su tercera obra dedicada al músico de Úbeda: «Joaquín Sabina. Perdonen la tristeza» y «Sabina en carne viva. Yo también sé jugarme la boca».

En «No amanece jamás» se analiza la obra inconclusa del autor de «Donde habita el olvido» desde todas las perspectivas posibles, y poniendo en evidencia su evolución como escritor: de crónica periodística y novela cantada a la búsqueda de una «lírica casi pura».

Eso sí, Javier reconoce en el libro que todo este trabajo «no ha sido más que una excusa para poder deleitarme y compartir de paso semejante placer con el lector».

¿Ha descubierto algo que le haya sorprendido analizando sus letras? Sobre todo conociéndolo de antemano tan a fondo.

Para escribir este libro he tenido que volver a escuchar (y a leer) todas sus canciones muchas veces, y claro que he descubierto guiños y claves en los que no había reparado antes, pese a que ya había escrito, como bien dices, dos libros sobre él. Pero quiero señalar, por encima de todo su absoluto amor por el lenguaje, por la palabra escrita, algo que se advierte en la construcción de sus canciones en general y a partir del ecuador de los noventa en particular.

Habla en el libro de las diferentes facetas como poeta de Sabina. ¿Nos haría un breve resumen?

En realidad, más que de las diferentes facetas como poeta lo que sostengo, y lo demuestro con múltiples ejemplos, es que en sus canciones hay poesía, alta poesía en algunos casos. Y eso le viene por las lecturas de toda una vida y por un talento natural, regalo de los dioses. Que conoce a los clásicos está claro. Si no, de ninguna manera podría haber escrito muchas de sus canciones. Él considera que la de poeta es una dignidad que le viene grande, pero yo no lo comparto. En absoluto. De hecho, estoy casi seguro de que él lo dice sin creerlo de veras.

¿Y sus grandes temas?

El primero, por el número de veces que aparece en sus canciones, es la noche, en la que él ha militado y a la que se ha encomendado como a un sacerdocio, y de ahí precisamente el título del libro, tomado de un verso de su canción «Negra noche». Después, el amor/desamor, los retratos y los autorretratos, el desprecio por la rutina y los convencionalismos, la delincuencia y la marginalidad, la policía, Madrid… Ahí, alrededor de esos asuntos, está su universo como creador.

¿Cree que ha evolucionado en sus letras? ¿Cómo se nota el paso del tiempo, la acumulación de los años y experiencias?

Joaquín se ha ido literaturizando cada vez más, solo hay que poner uno de sus últimos discos y compararlo con los de los ochenta. Él empezó contando historias, es decir, planteamiento, nudo y desenlace, y ha acabado haciendo letras sin apenas coartadas narrativas, poesía del lenguaje, más interesada en el aspecto formal que en el contenido. Es normal, puesto que él mismo reconoce que cada vez escucha menos música y lee más libros. Eso quizá le haga pagar un peaje, ya que es posible que el público prefiera sus canciones-novela. Aunque él sostiene que al público hay que traicionarlo siempre, y vive Dios que predica con el ejemplo.

¿Qué poetas o músicos han representado las mayores influencias en Sabina?

Los poetas que siempre le han acompañado, desde que los descubrió en la universidad, en Granada, a principios de los setenta, son Neruda y César Vallejo. También la Generación del 27. Su mayor influencia musical ha sido Dylan, que le fue descubierto por una novia escocesa que se echó en Granada y con la que vivió un tiempo en Escocia, tras exiliarse. Pero en los últimos años el músico que más le ha pellizcado el corazón ha sido Leonard Cohen.

¿Cuál dirías que es su mayor mérito?

Haber llegado a donde ha llegado sin hacer concesiones de ningún tipo; manteniéndose fiel a su ideario artístico y vital. Como artista es alguien de consenso: gusta tanto a la izquierda como a la derecha, algo que acreditan distintas encuestas y las zonas VIP de sus conciertos.

En 2017 Sabina publicará nuevo disco. ¿Le ha dicho algo de él?

No, pero no es de extrañar. Cuando trabaja en un nuevo disco este está siempre envuelto en el secretismo. Aunque no descarto que más adelante lo haga, cuando la criatura esté a punto de ver la luz.

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