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Vista de la instalación «Earthworks» - SONAR

Jean-Michel Jarre, New Order, James Blake y ANOHNI pilotan un Sónar con acento social

El festival inaugura hoy su XXIII edición con el estreno de «Become Ocean» en el Auditori

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Llega el Sónar, ese festival de música electrónica (o avanzada, según el gusto) cada vez más cerca del laboratorio de ideas y la feria tecnológica, y un año más queda claro que hay algo en lo que el festival barcelonés sigue sin tener rival: en su habilidad para trazar líneas temáticas y organizar toda su programación en torno a ejes conceptuales. Una estrategia que no no ha hecho más que perfeccionarse en las últimas dos décadas y que este año ha cristalizado en lo que la propia organización define como «un Sónar con acento social».

No es casualidad, por ejemplo, que el concierto inaugural de esta noche en el Auditori de Barcelona esté protagonizado por «Become Ocean», obra sinfónica con la que John Luther Adams obtuvo el premio Pulitzer de la Música en 2014 y que la OBC interpretará como un clamor contra el cambio climático.

El estadounidense, cartógrafo musical de los paisajes de Alaska, no podrá estar en Barcelona, por lo que será Brad Lubman quien dirija a la OBC en el estreno de gala de un festival que, a esas horas, ya llevará unas cuantas horas a la espalda en el recinto diurno, el de la la Feria de Montjuïc.

Ese componente de crítica social estará muy presente también en dos de los conciertos estrella del festival: el de Jean-Michel Jarre y el Anohni, reencarnación en femenino de Antony Heagerty. El primero, que ya dedicó el avanzado «Oxygène» al ecologismo y siempre se ha mostrado muy crítico con los excesos del capitalismo, estrenará en Barcelona el cuidado montaje de luces, proyecciones, mappings e ingenios visuales que acompañan a «Electronica 2: The Heart Of Noise», trabajo el que carga contra la vigilancia masiva y el espionaje acompañado por Edward Snowden. La segunda, de vuelta a las texturas electrónicas tras su aventura con Hercules & The Love Affaire, llega al Sónar de la mano de «Hopelessness», trabajo en el que conjuga el baile con críticas a la administración Obama y el uso de drones en los bombardeos y alerta contra el calentamiento global.

Los sonidos de la tierra

También desde un punto de vista algo más abstracto el festival sirve para canalizar preocupaciones concretas como la intervención abusiva del hombre en la tierra. Ahí está, por ejemplo, la espectacular «Earthworks», del colectivo Semiconductor, una instalación creada especialmente para SonarPlanta que quiere estudiar el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas terrestres. Para ello, los británicos han recopilado datos de terremotos, movimientos sísmicos, erosiones, volcanes y glaciares y también de actividades humanas y han trazado una suerte de recorrido visual y sonoro por la evolución geológica hasta llegar al Antropoceno. «En lugar de traer tierra y crear un paisaje en una galería, hemos recogido datos de lo que sucede en la tierra para mostrarlos», explicaron ayer los responsables de un proyecto que, como apuntó uno de los directores del festival, Enric Palau, acerca el festival más que nunca al universo científico.

A pocos metros de la instalación tendrá lugar otro de los acontecimientos del festival: la conferencia inaugural de Sónar+D a cargo de Brian Eno, eminente productor que se presentará en el festival para departir sobre creatividad y tecnología y abrirá la puerta a charlas de otros músicos como Jean-Michel Jarre, Richie Hawtin, Carsten Nicolai y Kode9. El Sónar+D es, de hecho, el pilar teórico y con ramificaciones hacia la realidad virtual y los algoritmos de prescripción musical de una cita que sigue haciendo de los directos y las sesiones de discjockeys sus mejores armas.

Es ahí donde brillan clásicos como Laurent Garnier y Four Tet, que estrenarán espacio en el Sónar de Noche con dos sets de siete horas; leyendas en pleno proceso de refundación como los británicos New Order, de vuelta con el rejuvenecedor «Music Complete»;nombres ya consolidados de la nueva electrónica como James Blake y su abrazo tecnológico al soul;o anomalías con pedigrí como James Rhodes, que ofrecerá un recital de música clásica acompañado tan solo por un piano.

No faltan tampoco infalibles representantes de la electrónica de baile como Matías Aguayo, Kenny Dope o Richie Hawtin, aunque el factor sorpresa habrá que buscarlo, siempre con permiso de aventureros de la vanguardia como King Midas Sound y Fennes o el sello alemán raster+noton, en los pases de Santigold y Kelela;en los nuevos montajes de El Niño de Elche y los Volubles y El Guincho; o en esa brecha africana que abrirán Mikael Seifu, Nozinja y Ata Kak.

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