Jacobo Serra: «Cambiar de idioma ha implicado pasar por momentos de pánico»

El músico de albacete presenta «Fuego Artificial», producido por Juanma Latorre de Vetusta Morla

Jacobo Serra ABC
Nacho Serrano

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La carrera musical del albaceteño Jacobo Serra comenzó con el EP «The word i never say» y el LP «Don’t give up», ambos cantados en inglés . Pero en el año 2015 , este artista treintañero registró uno de los cambios de idioma más brillantes de aquel año con «Icebergs» , un «hit» en toda regla con el que se estrenó en castellano .

Ese nuevo camino ahora sigue con «Fuego Artificial» , álbum concebido con nocturnidad pero sin alevosía y facturado con la ayuda de Juanma Latorre, guitarrista y compositor de Vetusta Morla . «En los períodos de composición he pasado por momentos de miedo, pánico, abismo, ansiedad , pero al final, haciendo las cosas con calma y sin prisas luego todo vuelve a su sitio», confiesa Serra. «Cuando estás en casa componiendo pierdes la sensación de realidad y no sabes si lo que estás haciendo vale o no. Juanma hace que todo sea más llevadero y, sobre todo, me ha ayudado mucho con las letras, haciéndome ver que mi voz funcionaba en castellano igual que lo hacía en inglés».

Los cambios en «Fuego Artificial» no se quedaron sólo en lo lingüístico, pues Serra también ha hecho cosas con las que nunca había experimentado a nivel sonoro . «Sin embargo, en ese aspecto todo fue muy rodado desde el principio», asegura. «Compuse toda la música en dos o tres meses y creo que eso da más entidad propia a este disco, porque en el anterior recopilé varias canciones que había escrito a lo largo de mucho tiempo, pero esta vez todas pertenecen casi a un mismo momento . Armónica y estilísticamente, incluso a nivel de afinación, se nota que forman un grupo definido . He tenido mucha suerte de estar tan inspirado en ese sentido». Aun así, asegura que no ha sido nada autocomplaciente sino «muy perfeccionista» y ahí « Juanma Latorre ha sido mi roca, como dicen en inglés. Su experiencia ha marcado el baremo ».

El guitarrista y compositor de Vetusta Morla también le echó una mano en su «redescubrimiento de la guitarra eléctrica», como dice el propio Serra. «Me había pasado toda la vida con la guitarra acústica, y de pronto me dio por comprarme una eléctrica, un amplificador, y empezar a jugar con ella, a jugar, a tocar con los dedos, a grabar, a hacer demos... Eso me inspiró muchísimo porque de repente descubrí un nuevo mundo, el de los frikis de las guitarras eléctricas, los pedales y todo eso. Yo sólo tenía un pedal, pero un día llegó Juanma con varios pedales suyos y me los dejó "para probar experimentando". Fue una gozada, como si fueran nuevos juguetes». No obstante, Serra se marcó un límite para que todos estos nuevos elementos no sepultaran su estilo original, y para ello escribió los temas «de forma que funcionaran solas. Eso para mí sí que es intocable. No concibo una canción que se sustente con los arreglos, eso es un error. La música buena es la que se deja meter mano, la que se dejar moldear en cualquier situación, que funcione tanto en acústico como plagada de elementos y ritmos».

Otro de los objetivos que se marcaron autor y productor fue «lograr que las canciones se quedaran de atrezzo para las historias, para las letras. Eso es algo que yo nunca había hecho, intentar que la música fuera un elemento narrativo, de manera que las sensaciones también quedaran explicadas de forma instrumental. Esa construcción del atrezzo ha sido muy divertida».

Este segundo álbum supone una vuelta de tuerca no sólo en lo idiomático y lo musical , «sino también en lo visual », pues Serra es un apasionado del cine y le gusta mucho cuidar ese aspecto. «Cuando hago canciones me imagino el videoclip, la portada del disco... Sí que soy muy cinematográfico. Me inspiran mucho las películas de Visconti, de Kubrik o Fellini , pero también la fotografía y la pintura. Todo eso genera un cóctel de emociones en mi cabeza que luego se plasma en mi música».

Serra ha actuado con éxito en varios festivales, pero sus próximos conciertos en salas «serán muy emocionantes porque es en ellas donde puedes ver bien las caras del público. Y, con este disco, al ser en español, la gente canta mucho más, les llegas más hondo y es muy bonito verlo». Así ha ocurrido en todos los conciertos que ha dado desde la publicación de "Fuego Artificial", hace dos semanas. «El primer experimento fue con la canción "Icebergs", donde ya empecé a notar ese cambio en el feedback del público. Vi que sí, que efectivamente era muy diferente al que recibía cuando cantaba en inglés. La conexión era más profunda. Y ahora, en Alicante o en Bilbao, que fueron los primeros conciertos de esta gira, veo que todo el mundo se sabe las letras de principio a fin, y te quedas como diciendo: "Pero bueno, ¿qué está pasando aquí"?».

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