Entrevista

Ilegales: «No me importa reconocer que soy un vividor»

La banda del Jorge Martínez presenta su nuevo disco, «La vida es fuego», el sábado 23 de abril en el Teatro Barceló de Madrid

MADRID Actualizado: Guardar
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El asturiano Jorge Martínez mantiene un humor espléndido y una sorna vitalista. Nos recibe con una perla «Parezco una vedete» mientras el fotógrafo dispara sus instantáneas. Y eso pese a que el pasado 12 de marzo falleció Alejandro Espina, bajista del trío desde hacía 23 años. «Alejandro completó su crecimiento con Ilegales. Ha sido un golpe bajo para el corazón. Lo llevamos mal. Pero es infinitamente mejor tocar rock que entrar en depresión. El rock no es precisamente algo dulzón, sino algo con un poso amargo. No digo que sea un antídoto total pero sí que sirve de mucho tocar. Se lo aconsejo a todo el mundo. Además la gente necesita una vitamina fuerte. Y sabemos proporcionarla. En este momento, dadas las circunstancias, estamos tocando con especial rabia», subraya.

«La vida es fuego» (La Casa del Fuego / Pop Up, 2015) supuso el regreso discográfico de los asturianos tras 13 años sin grabar. «Todas las fórmulas se acaban agotando. No parábamos de tocar. Pero hubo que disolverse porque no había canciones. La fuente se había secado. Y luego se abrió de manera torrencial y llegó este disco, y muchas más canciones que tengo. Todavía estoy aquí. Y “La vida es fuego”, porque sé que estoy ardiendo, pero sé que voy a ser cenizas. Aprovechar la vida es inexcusable. El deber que con más facilidad olvidamos es ser felices. Nos complicamos. Estamos ardiendo. Esto es una combustión y no vamos a sobrevivir a ella», nos suelta Martínez. «Creo que las canciones de este disco son canciones urgentes, y son canciones valientes aunque Ilegales siempre lo han sido», remata.

Canta a la modernidad en «Hipster», donde dice «en mi nuevo yo por el Primavera Sound / marcando tendencia reviento de satisfacción». «Fue un automatismo. Estuve en 2010 en Nueva York en una coctelería que se llama Hipstertown. Lo hipsters ya nacieron en los años 40 con el cool jazz. Ya tocamos en un FIB. Nosotros podemos tocar en cualquier sitio. Y eso me gusta», reconoce.

El sencillo «Regresa a Irlanda», un auténtico hit, recuerda a los Ramones, pero Martínez reivindica antes a bandas anteriores como The Chocolate Watchband, o el single «She Lied» de los Rockin’ Ramrods que le encantaba. Conecta con la actualidad musical versionando «De la monarquía a la criptocracia» de la banda gallega Triángulo de Amor Bizarro (TAB). «La parte ruidosa de TAB me gusta mucho. La parte más pop no. Y Rodrigo tiene letras son muy buenas».

En «Voy al bar» canta «El bar la verdadera patria con la que puedes contar». «El bar es un buen sitio para descansar. Lo malo que tiene el bar es que hay que saber salir de él. Y hay personalidades muy adictivas que nunca encuentran la puerta de salida, encuentran la entrada pero nunca la salida. Y generalmente están en el mismo sitio (risas)».

Martínez siempre ha tenido un punto canalla. «No me importa reconocer que soy un vividor. Es que vivir es un deber. Ya que se te ha dado la vida, joder no te la hundas. Disfrútalo y tal. No hagas daño a nadie pero vive. Que eres un accidente en el universo. Y ese accidente puede ser afortunado o desafortunado según lo enfoques. Las circunstancias desde luego que influyen, porque depende de donde nazcas o de donde vivas la cosa se puede poner más fácil o más difícil. Yo a veces soy feliz con la simple respiración. Buceando en el Cantábrico».

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