Frankie Goes To Hollywood, del porno duro a la señal de la cruz

No le hizo falta internet a Frankie Goes To Hollywood para desplegar hace treinta años una de las campañas más sonadas de la historia del pop, marca de la casa Zang Tumb Tumb, que dedicaba tanto o más tiempo tiempo a las variedades parainformativas y la contrapropaganda con las que vestía a sus grupos que a la producción musical. Anuncios en prensa, camisetas serigrafiadas con mensajes, publicidad exterior y escandaleras televisivas conforman una de las obras maestras de la comunicación de finales del siglo pasado. Con Frankie Goes To Hollywood tocaron techo.

Fue entonces cuando el hombre del logo de Frankie Goes To Hollywood, versión invertida del creado en los años veinte por Erwin Reusch para la compañía Delbag Filters, agarró y levantó la cruz.

Amén. Dibujado para sostener una bandera triangular, el hombrecillo silueteado por los diseñadores de XL Design tuvo en sus manos, según tocara, estrellas de cinco puntas, corazones, preservativos, antorchas o coronas. En la Navidad de 1984, abrazó la fe y alzó la cruz cristiana en un ejercicio de redención o de marketing.