El Barclaycard Center de Madrid acoge desde las 21:30 horas el concierto de Estopa
El Barclaycard Center de Madrid acoge desde las 21:30 horas el concierto de Estopa - MAYA BALANYÁ

Estopa: «Seguimos siendo igual de ignorantes»

Los hermanos Muñoz cierran en Madrid la gira de presentación de su último trabajo «Rumba a lo desconocido»

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El 14 de mayo de 2001 los hermanos Muñoz saltaban al escenario del antiguo Palacio de los Deportes de Madrid en medio de un griterío ensordecedor. Por aquel entonces, el boom de Estopa —la «estopamanía»— solo era el embrión adolescente de una generación —generación «walkman»— camelada al calor de arte y calle que sus letras desprendían. Quince años después, los tiempos han cambiado. David es padre y José... ¿José? mantiene su rasta. Aunque se empeñen en reiterar que ya tienen una edad, no parece pasar el tiempo por ellos. Y para demostrarlo, nada mejor que una vuelta al origen.

Esta noche Estopa aterriza en el rebautizado Barclaycard Center de Madrid para poner el broche de oro a la gira de presentación de su último trabajo «Rumba a lo desconocido».

Desde las 21.30 horas y hasta que el cuerpo aguante, el dúo de Cornellá promete una noche repleta de sensaciones. En el menú, dos platos muy a la moda en estos tiempos que corren: lo nuevo frente a lo viejo, pero esta vez sin debate posible. Pase lo que pase, el ganador será Estopa. Recientes éxitos como «Pastillas para dormir» o «Nadie sabe» se mezclarán con temas de siempre, «himnos» hoy de la historia musical española.

Homenaje a la rumba

Aunque no se den la importancia que merecen, David y José -Josele- han conseguido perpetuar el carisma en un mundo cada vez más tendente al extremo. «De vez en cuando si que caemos mal. Es verdad que delante de nosotros no nos lo han dicho, pero la realidad es que no puedes gustar a todos. Además, ni siquiera perseguimos ese objetivo. Si cayéramos en la trampa de gustar a todos, al Papa, a Obama... acabaríamos locos». Bendita locura, dirían algunos. «Ya estaría guay», dice José, pero de momento «nos gustamos a nosotros mismos y con eso nos vale para estar satisfechos».

«Este disco es un homenaje a la rumba. Lo desconocido ya vendrá, es el futuro. Es el mar abierto», señalaban el día del lanzamiento en una entrevista con ABC. Mes y medio después, los Muñoz navegan con paso firme tras cruzar una senda repleta de peligros. «Es como cuando llega una tortuga madre cualquiera y deja sus huevos en la típica playa australiana. Al cabo del tiempo salen del cascarón las crías y durante la travesía hasta el mar deben hacer frente a un montón de depredadores».

«Si cayéramos en la trampa de gustar a todo el mundo, acabaríamos completamente locos»

Son las ganas de componer lo que mantiene unido a Estopa. Eso y el buen ambiente entre ambos. «Otros grupos se separan porque no son hermanos...», aunque como en todas las familias, hubo un tiempo en que los capones estaban a la orden del día. «Él ha pillado más que yo, ¡que para eso soy el mayor!», reconoce David, al tiempo que suelta una carcajada. La complicidad es clave, más aún si se les pregunta por algo que nunca puede faltar en su nevera: «¡Birra!», repiten al unísono con cierta dosis de musicalidad.

Tras su paso por México en 2013, donde grabaron un álbum recopilatorio, el sonido Estopa regresó este otoño a través de 12 nuevas canciones producidas por ellos mismos. Con más de 50.000 copias vendidas, iba a resultar poco creíble que justo ahora se creyeran los reyes del mambo. Raro sería si de observar su trayectoria se trata. «El tiempo te va moldeando y erosionando, pero hay cosas innegociables», cuenta David, algo a lo que José apostilla: «Seguimos siendo igual de ignorantes».

Con la humildad por bandera y una mochila a la espalda cargada de kilómetros, el último martes del año dejarán atrás una caravana efervescente que en apenas cincuenta días les ha llevado a lo largo y ancho de la geografía española. Málaga, Granada, Barcelona, Zaragoza, Bilbao y Valencia han sido testigos de un ciclón que ahora amenaza con trasladar el éxtasis al corazón de la capital.

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