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Pablo Heras-Casado interpreta y graba la integral de «Selva Morale e Spirituale», el testamento de Claudio Monteverdi

Pablo Heras-Casado Alfredo Aguilar
Julio Bravo

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Antes de convertirse en el director español con (probablemente) mayor proyección internacional, Pablo Heras-Casado echó sus primeros dientes artísticos en la música antigua. No es extraño, por lo tanto, que le guste volver a este repertorio, y no puede ocultar su satisfacción cuando presenta conciertos como los que este fin de semana ha estado ofreciendo en Madrid y en Oviedo -el Auditorio Nacional acoge hoy el tercero-, en el que ha interpretado fragmentos de la monumental « Selva Morale e Spirituale », de Claudio Monteverdi . Heras-Casado dirige a la , una prestigiosa formación alemana especializada en este repertorio. No ha tenido el director granadino ni un minuto libre, porque además ha grabado el segundo y tercer volúmenes de la integral de la obra monteverdiana; se completa así el proyecto que se inició con la grabación, en mayo de este año, del primero de los cedés, que publica Harmonia Mundi y que saldrá en los próximos días.

Los conciertos del Auditorio han inaugurado además el ciclo Universo Barroco del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), que dirige Antonio Moral , y forman parte del ciclo «Monteverdi 4.5.0.», de cuyo nacimiento se cumplen cuatrocientos cincuenta años. «Son -dice Moral- veintiún conciertos en seis ciudades españolas; además de Madrid, León, Salamanca, Badajoz, Oviedo y Sevilla, a las hay que sumar Bogotá». La intención es «reinvindicar esta música religiosa monumental que apenas se interpreta; Heras-Casado es el primer director español que graba la integral de esta obra».

En el estrado de la Sala de Cámara del Auditorio Nacional, rodeado de atriles y de micrófonos, Pablo Heras-Casado explica que «no hay que reivindicar a Monteverdi ; es un compositor que tiene su propio peso. Pero sí creo que estamos viviendo el principio de una resurrección de su música que deje claro quién fue y cómo se ha de valorar a Monteverdi. No acabamos de entender todavía la modernidad de este compositor , su importancia capital en la historia de la música».

«Selva Morale e Spirituale» es una colección de obras religiosas que Monteverdi escribió durante sus años de Maestro di cappella en la Catedral de San Marcos de Venecia y publicó en el año 1640. Se trata de cuarenta piezas muy distintas entre sí, donde hay salmos, himnos, madrigales e incluso una misa. «Es una obra a descubrir; incluso para los propios músicos que frecuentan este repertorio es muy desconocida», explica el director granadino, que añade que «el hecho de que estemos presentando la integral de la “Selva Morale e Spirituale” es un acontecimiento de primer orden ; y lo digo sin rubor. No ya porque sea una partitura poco conocida, sino porque se trata de la obra de un compositor capital».

Dice Heras-Casado que el músico italiano decidió, al final de su vida, «publicar este testamento en el que recopiló treinta años de música escrita en Venecia, el lugar donde siempre soñó estar. Y este testamento muestra todo lo que la música sacra podía dar en ese tiempo. Es la enciclopedia, la biblia de la música de ese período , y así debe ser considerada».

Son, cuenta el director granadino, más de tres horas de música dividida en varios bloques. «No había un estilo definido. Era un momento fronterizo entre el Renacimiento y el Barroco, en una ciudad, Venecia, que a todos los niveles -político, religioso, artístico...- era un cruce de influencias y un ejemplo de cosmopolitismo. La música también era así. Igual se componía en estilo antiguo severo y trayendo el estilo operístico a la iglesia, que para grandes catedrales usando efectos de texturas y volúmenes; todo valía y todo se probaba. En “Selva Morale” están todos los estilos posibles. No hay unidad en las cuarenta piezas recopiladas».

Sobre la vigencia de Monteverdi y de la «Selva Morale e Spirituale», asegura el director que «hay una conexión espiritual entre el compositor y el oyente, pero también visceral. Monteverdi compone de una manera directa , emocional, y es una música tan humana, tan terrestre, tan de tripas, tan de corazón, tan sensorial, que el público de cualquier época lo comprende y lo puede sentir. Al margen de la modernidad técnica del propio Monteverdi, un compositor revolucionario, rompedor».

En los últimos días, dice Heras-Casado, el Auditorio Nacional ha sido su casa. « Solo me ha faltado dormir aquí : hemos estado grabando once o doce horas diarias». No sabe sin embargo cuándo aparecerá la grabación; depende de las necesidades editoriales de Harmonia Mundi, concluye.

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