Una «Bohème» nostálgica y evocadora llega al Liceu

Después de varias reposiciones en el escenario liceísta de la producción que Giancarlo Del Monaco firmara para el Teatro Real de Madrid, «La Bohème» de Puccini vuelve ahora al Gran Teatre en un montaje de Jonathan Miller para la English National Opera (ENO) inspirada en las nostálgicas y brumosas fotografías de Brassaï sobre el París de los años treinta del siglo pasado.

De una belleza cautivadora y de gran contenido emotivo, la propuesta ha sido aplaudida por ese realismo que acerca la historia al público de hoy. El Liceu ha contratado a dos repartos alternativos para dar vida a las 14 funciones programadas entre el 18 de junio y el 8 de julio y que cuenta con las sopranos Tatiana Mongarova y Eleonora Buratto y los tenores Matthew Polenzani y Saimir Pirgu en los papeles de Mimì y Rodolfo, mientras defenderán a Musetta y Marcello Nathalie Manfrino y Olga Kulchynska y Artur Rucinski y el español Gabriel Bermúdez.

Se trata de jóvenes artistas que darán verosimilitud a sus personajes ante la batuta experimentada de Marc Piollet, quien estuvo en el podio de la ENO en el estreno de la propuesta escénica en 2009, «una instantánea, un retrato de la vida que tenía lugar en el París de los años treinta» según explicó en rueda de Prensa la encargada de la reposición liceísta, Natascha Metherell. «La buhardilla en la que viven los bohemios es un lugar en el que se podría vivir de verdad, muy realista», apuntó.

Para Marc Piollet, esta popular ópera que no falta en el repertorio de ningún teatro es una muestra del genio teatral y musical de Puccini, quien, dice, «en poco más de dos horas ofrece el máximo de emoción e información, escribiendo su partitura de una manera muy concreta y concisa». La obra posee «melodías increíbles, pero también muchos diálogos cotidianos integrados de una manera muy natural» a la historia.

Eleonora Buratto debuta como Mimì y se ha preparado a fondo para afrontar el papel y, sobre todo, la muerte de su personaje –«le tengo miedo a la muerte», afirmó–, ahora con las ideas de Miller, quien fue médico y sabe bien de qué va ese momento planteando la escena según sus conocimientos y brindando gran realismo. Para Matthew Polenzani –también debutante en el rol de Rodolfo–, el genio de Puccini permite «alternar momentos de alegría durante toda la obra hasta llegar al dramático final».