«Red Alerta», una canción para cumplir con la ayuda prometida

A falta de un mes para que se cumpla el plazo de los acuerdos de la Unión Europea (UE) para dar acogida a las personas refugiadas, solo se ha cumplido un escaso 20 por ciento del compromiso total, mientras que España apenas alcanza un 7’5 por ciento. Por eso, varios artistas han decidido unir fuerzas para exigir que se cumpla lo prometido y así paliar la tragedia que se vive en el Mediterráneo, donde en 2016 se superó el récord de fallecidos. En 2017 vamos camino de volver a batirlo y ya son más de 40.000 personas muertas en lo que va de siglo, que sólo trataban de alcanzar nuestras costas huyendo del terror.

Ellos son Macaco, ToteKing, Aziza Brahim, Green Valley y la periodista egipcia Shahira Amin, cuatro músicos y una reportera unidos por una causa, que han lanzado una canción-videoclip llamada «Red Alerta» que se puede descargar gratuitamente en la página web de CEAR ( www.cear.es

), y cuyos beneficios en otras plataformas digitales irán destinados a mejorar la vida de las personas refugiadas apoyando la labor de esta ONG. El propio Macaco nos cuenta cómo va la iniciativa.

Seguro que le habían dado vueltas mucho tiempo a una idea así, pero ¿cuál fue el principal desencadenante «final» que les hizo organizar esta campaña?

Dar continuidad a las acciones que llevamos realizando con diferentes organizaciones, conciertos, entrevistas..., lo que está ocurriendo en ningún caso debe ser una noticia enclaustrada en un solo día, hacen faltan acciones continuadas entre todos.

¿Qué es CEAR y en qué consiste su trabajo?

CEAR es una organización de ayuda al refugiado, ofrece centros de acogida, ayudas legales y vitales para las personas refugiadas, realmente su trabajo es excelente y con muy pocos medios.

¿Hubo algún tipo «tormenta de ideas» entre ustedes para ver qué hacían exactamente? ¿Cómo fue el proceso creativo? ¿Cómo se decidió el espíritu de la canción, su ritmo y atmósfera?

Bueno, yo tenía la música, el estribillo y mi estrofa, quería un tema afilado, con elementos mediterráneos como las mandolas, palmas, pero mezclado con sonidos de dub, hiphop y regage. A los demás colaboradores les encantó y escribieron sus partes, también quería que fuera en primera persona, con el mensaje de que todos somos refugiados, de que tenemos muy mala memoria histórica y ya no nos acordamos de nuestro abuelos cuando tuvieron que huir de la guerra civil, o de los millones de Europeos repartidos por el mundo (muchos en América Latina) durante la segunda guerra mundial.

¿Cómo fue la grabación del tema en sí? ¿Se hizo a distancia o se juntaron en el estudio?

Tote King y Green Valley grabaron a distancia (por sus giras y grabaciones, aunque hablábamos continuamente), tuvimos la suerte de grabar con Aziza Brahim en persona, una mujer increíble. La periodista Shahira Amin de la CNN también grabó desde su país.

¿Se les podrá ver interpretando este tema alguna vez todos juntos en directo?

Hay ideas, ojalá podamos coincidir, sería muy especial para todos.

¿Cómo y dónde se rodó el videoclip? El final es realmente amargo…

Sí, muchas ONGs nos cedían imágenes (muy duras, la realidad supera a la ficción), algunas de ellas se han retransmitido en televisión. Sentimos que la gente está anestesiada ante ellas, así que decidimos rodar esta pequeña historia circular: las personas refugiadas se quedan sin puerta de entrada ni puerta de salida, en tierra de nadie, una amalgama sin puente, un falso suelo…, es realmente angustiosa su situación, quisimos realzar esa situación, la persecución y la vuelta al principio en forma de bucle.

¿Alguno de ustedes ha visitado uno de los campos de refugiados habilitados en los últimos años?

Yo he estado tocando en los campamentos de refugiados Saharauis, en el desierto de Argelia, un lugar inhóspito, el patio trasero del infierno. Si vieras la actitud de esa gente, es increíble. Y sí, hay idea de ir a más campamentos.

¿Qué significa para ustedes que sea la ciudadanía la que tenga que reaccionar ante la pasividad de las autoridades?

La hipocresía de los gobiernos es terrible, el nuestro no solo no cumple el acuerdo de la Unión Europea, sino que pide «rebajas» en el número de refugiados para acoger como si se tratara de unos grandes almacenes.

¿Qué piensan del funcionamiento de los centros de acogida e internamiento de inmigrantes en nuestro país?

Hacen todo lo que pueden, es un trabajo muy duro, y repito con muy pocos medios, lo peor de todo es que ahora nuestro gobierno pretende criminalizarlos, un auténtico delirio.

Desde Dylan o Guthrie hasta hoy, viendo el estado actual del mundo, a veces da la impresión de que la música poco puede hacer para cambiar las cosas en realidad… Quizá por eso hay que cristalizar ese cambio en proyectos concretos como este, y no solo dejarlo en letras reivindicativas, ¿no creen?

Hay una parte de la sociedad muy escéptica con los artistas que nos involucramos en este tipo de cuestiones, pero te aseguro que se pueden conseguir muchísimas cosas. Lo he vivido en varías ocasiones, no siempre da resultado pero en ocasiones sí. Con acciones medioambientales se lograron parar las prospecciones en las Islas Baleares, en Canarias se logró parar unas construcciones que se saltaban las leyes de costas. En América Latina conseguimos ayudas para organizaciones medioambientales. La canción «Seguiremos», desde que salió y se convirtió en una bola de nieve, recaudó mucho a través de donaciones para la investigación del cáncer infantil, dinero que no tenían por los recortes en sanidad pública del gobierno... Y hay más ejemplos, lo cuento simplemente porque espero convencer a más gente para que se movilice, si nos quedamos quietos seguro no pasa nada.

¿Qué otras acciones acompañarán a este lanzamiento? Red Alerta tendrá continuidad?

Esperemos que muchas, Red Alerta es un altavoz entre muchos.

¿Qué puede hacer la gente para apoyar la campaña, aparte de comprando el tema? ¿Qué otros colectivos, acciones o campañas recomendáis para los que quieran entrar más a fondo en el tema?

Hay muchísimos colectivos, hablar del tema, el boca-oído... son fuerzas aparentemente pequeñas pero que pueden mover mucho.