Tommy Thayer y Paul Stanley, en un concierto de KISS
Tommy Thayer y Paul Stanley, en un concierto de KISS - AFP

Tommy Thayer: «Las buenas canciones son la verdadera grandeza de KISS»

El guitarrista de la banda lucirá su flamante modelo personalizado Epiphone Ltd Tommy Thayer White Lightning esta noche en su concierto en el Barclaycard Center de Madrid

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Aunque no llenen estadios de fútbol también son otra de las grandes bandas de la historia del rock’n’roll. El 40 aniversario que vienen a celebrar (anoche en Barcelona, hoy en el Barclaycard Center de Madrid) así lo demuestra. Porque en este negocio no hay mejor prueba del algodón que la longevidad.

—¿Tenían ganas de esta visita? España siempre ha sido uno de sus cuarteles generales en Europa.

—¡Oh, yeah! España siempre se ha vuelto loca con KISS, siempre han mostrado mucha pasión y amor por nosotros. Sois fantásticos.

—¿Qué sorpresas traen esta vez?

—Traemos cosas que jamás habíais visto. Hacia la mitad del show, durante mi solo de guitarra, doy a un botón y el instrumento empieza a disparar cohetes que salen del escenario y explotan sobre el público.

Y esa es solo una de las emocionantes sorpresas que os guardamos. Nuestro show siempre tiene que estar a la altura de la leyenda de KISS, y por eso traemos uno de los mayores espectáculos del mundo, con una producción colosal. En el circuito de rock’n’roll en directo, no hay nadie que haga explotar más cosas que nosotros, nadie tiene más pirotecnia que nosotros. Los efectos de luces y de vídeo, los músicos volando por encima del público colgados del techo del pabellón, los instrumentos estallando en pedazos, Gene escupiendo sangre...

—Y las canciones, no se olvide de las canciones.

—Por supuesto, bien visto (risas). Al final, por mucha logística que haya detrás del espectáculo, si no hay buenas canciones no sirve para nada. Las canciones son la verdadera grandeza de KISS, sin ellas no hay pirotecnia que valga.

—¿Se preparan físicamente antes de subir al escenario? ¿Hacen algún ritual previo?

—Nos preparamos durante meses antes de salir de gira. En cuanto sabemos que volvemos a la carretera, los cuatro entrenamos muy duro para estar en buena forma física. Antes de salir a tocar, nos pasamos más de tres horas maquillándonos, vistiéndonos... El traje de Gene, por ejemplo, es complicado de poner porque pesa 50 libras (unos 22 kilos). Todo eso forma parte de nuestra transformación de seres humanos en los personajes de KISS (Tommy es el «Spaceman»), y creo que el proceso es bastante parecido a un ritual, ¿no cree? (risas).

—A los niños les encanta KISS, y de hecho muchos padres rockeros inician a sus hijos con ustedes. Pero suelen tenerlo complicado para entrar a un concierto. ¿Le parece mal?

—Es un error, claramente. ¿Desde cuándo la música y la fantasía han sido algo nocivo para los niños? Espero que eso cambie algún día. Nosotros somos una banda para todas las edades, razas y creencias religiosas.

—Una clave de su éxito es que Gene y Paul han sido muy, muy hábiles en lo relativo al negocio, ¿no es así?

—Completamente cierto. Nunca quedaron atrapados en las drogas ni el alcohol, y además son unos tipos listísimos en todo lo que tiene que ver con merchandising, contratos, acuerdos publicitarios. Son unos genios.

—Cuando usted entró, muchos fans se indignaron por la marcha de su adorado Ace Frehley. ¿Le han perdonado ya?

—Sí, hace ya tiempo que asumieron el cambio. Pero entiendo su reacción. En realidad, es bonito que la gente se enamore de un músico hasta esos extremos. Pero ya me los he ganado.

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