Daniel Barenboim, durante la presentación del concierto en Madrid
Daniel Barenboim, durante la presentación del concierto en Madrid - ignacio gil

Daniel Barenboim «Estados Unidos ha perdido hegemonía y credibilidad en el mundo»

El músico argentino dirige este sábado al West-Eastern Divan en Madrid en el concierto «Música por la paz», organizado en colaboración con la Obra Social «la Caixa»

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«Hablamos mucho de tolerancia, pero yo no busco la tolerancia». Así de tajante se mostró ayer Daniel Barenboim, fundador, junto a Edward Said, del West-Eastern Divan en 1999. Un proyecto que se ha considerado un ejemplo de convivencia entre distintas culturas y religiones. «Esta es una palabra que hoy no tiene nada que ver con lo que significaba antes, como la empleaba Goethe: la tolerancia es solo un paso para entender y querer convivir».

«Si un israelí no siente compasión por un palestino, no tiene sitio en esta orquesta»

El objetivo que persigue esta formación, integrada por músicos árabes y judíos, es, según el pianista y director de orquesta argentino-israelí, otro. «No busco un consenso político en la orquesta, pero sí la aceptación del otro, del discurso del otro.

No podemos esperar que haya simpatías de un lado hacia el otro, pero aceptación sí. La simpatía tiene una calidad emotiva, y no podemos ordenar a nadie que le caiga simpático a otro, pero sí que sienta compasión, porque esta tiene una calidad moral. Yo siempre les he dicho a los músicos que si hay un israelí que no siente compasión por el destino de los palestinos no tiene nada que buscar en este proyecto, y viceversa», subrayó Barenboim durante la presentación del concierto «Música por la paz», organizado por la Obra Social de «la Caixa», y para el que ya se han agotado las entradas, que ofrecerá el Divan el sábado en Madrid.

Romper clichés

De esta manera Barenboim quiso romper algunos clichés que han perseguido durante tres lustros a esta formación. «Se habla del Divan como un proyecto para la paz y eso es una idea falsa. La música es importantísima, y es necesario que exista en las escuelas. Su falta pone en peligro el futuro de la música clásica. Pero la música no puede traer la paz. En Oriente Medio hay que hacer muchas cosas antes para que llegue la paz. La música no puede dar justicia a los palestinos ni seguridad a Israel».

«La música no puede traer la paz a Oriente Medio»

Dos pueblos que viven en conflicto desde 1948 y cuya situación «ha ido a mucho peor» en los últimos años. Pero entre tanto pesimismo, Barenboim destacó el gesto realizado recientemente por el Papa Francisco -de quien se confiesa gran admirador-, en su viaje a Tierra Santa. «Dijo cosas nada agradables en Palestina y también en Tel Aviv, demostrando un coraje excepcional. Algo que no tienen los políticos que viajan allí». También se refirió a la invitación que el Pontífice ofreció, tanto al presidente Shimon Pérez como a Hamud Abbas, para rezar en el Vaticano. «Sabemos todos que no irán para rezar pero creo que lo que el Papa quiso transmitir con ese gesto es que todo lo que se ha hecho hasta ahora en Oriente Medio no funciona. Y que hay que buscar otro camino. La prueba es que el conflicto es cada vez más duro, con menos comprensión de las necesidades del otro».

La celebración de este concierto tiene lugar en un momento de gran tensión internacional por esa falta de tolerancia y aceptación, como ha demostrado la masacre en París, tragedia presente en la rueda de prensa. Preguntado sobre si suscribía el lema «Je suis Charlie», Barenboim se mostró cauto. «No entremos en ese tema, porque es muy complejo», atajó en un primer momento. «Se trata de hablar en primer lugar de libertad de prensa, de opinión..., que es absolutamente esencial. Y del hecho de que uno que no esté de acuerdo con eso no tiene ningún derecho de ir a matar a otra gente. De eso no hay duda. Pero tenemos que ver cómo se desarrolla todo. Lo más importante es que se tenga una idea clara de qué representa realmente la libertad de prensa, la libertad de pensamiento, y cuáles son las consecuencias». Sobre dónde acaba esta libertad, Barenboim afirmó que el único límite es «el del buen gusto».

Declaración antisemita

En cuanto a la casi ausencia de Estados Unidos en la multitudinaria manifestación celebrada en París el pasado domingo, encabezada por medio centenar de líderes políticos, consideró «inadmisible que no haya venido un representante de alto grado de su gobierno. Esto es una señal del papel que juega Estados Unidos en el mundo, mucho menor que antes. Y no es una crítica personal al presidente -matizó-. Es una reflexión de cómo les ve el mundo ahora. La hegemonía de Estados Unidos ha bajado enormemente debido a errores muy importantes de diferentes gobiernos, y ha perdido credibilidad. Hasta hace veinte años tenían una autoridad moral en el mundo gracias a lo que hicieron después de la II Guerra Mundial -el Plan Marshall...-. ¿Qué han hecho después? Los americanos no ven los cambios que se están produciendo en el mundo».

«Las palabras de Netanyahu tienen un paralelismo con una declaración antisemita»

Y se mostró muy crítico con las declaraciones de Netanyahu afirmando que le parecía inaceptable que la comunidad judía viva con miedo en Occidente. «No creo que sea deber del primer ministro israelí decir que todo el mundo tiene que irse de Europa. En el momento que se dice que hay que dejar Alemania, como sucedió antes, o Francia, nosotros, los judíos, mostramos que no podemos vivir con personas de otras creencias o de otra manera de pensar. Es un paralelismo a una declaración antisemita. Creo que lo que han hecho los franceses después del atentado, protegiendo las escuelas judías, es mucho más positivo. Tanto el Gobierno como el pueblo francés reconocen la importacia del pueblo judío en Francia».

Tras ver «lo que ha pasado en París», el músico abogó por buscar soluciones a través de países «donde hay grandes comunidades judías y musulmanas que sí viven en paz y cooperan. Esos países son Francia, Argentina, así como otros de América Latina, como Chile, Brasil... De ahí puede venir una solución. Mucho más que de una solución impuesta por gobiernos extranjeros».

El programa que interpretará el West-Eastern Divan el sábado en Madrid (y que repetirán dos días después en París) está integrado por obras de Debussy y Ravel, «dos compositores clásicos porque ya están aceptados»; y una tercera contemporánea, muy poco frecuentada, «Dérive II», escrita por Pierre Boulez. «Es una partitura importantísima, compuesta para once instrumentos, con la que comenzamos los actos de homenaje por su 90 cumpleaños, que será en marzo», señaló Barenboim.

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