Melendi, durante la entrevista
Melendi, durante la entrevista - óscar del pozo

Melendi: «La gente se pregunta si soy un cantante o un Pokémon»

En plena promoción de su séptimo disco, el cantante habla de su pasado, de los programas de cazatalentos y del devenir de la industria musical

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Mientras Melendi componía las canciones de su último disco se reía, lloraba y disfrutaba de cada tema. Según cuenta el asturiano, esa es la mejor forma de que un disco salga bien «cuando le puedes transmitir a la gente todo lo que has sentido componiendo». Doce años después de «Sin noticias de Holanda», un disco que reconoce no poder escuchar por «lo malo que es», el cantante ha lanzado «Un alumno más», con el que dará conciertos el próximo mes de mayo en Elche, Madrid y Logroño.

-Ha sacado todos sus discos con bastante regularidad. ¿Cual es su proceso creativo?

-Es continuo y caótico. Todos los días me pongo al piano y a la guitarra y saco canciones.

Cuando acabo una gira ya tengo un poco de material para el siguiente y estar entretenido. Aburrido soy muy peligroso. (Risas). Para que una canción sea perfecta tengo que modular con la letra la melodía. Si lo hago por separado no tiene el mismo efecto y yo valoro una canción por lo que siento cuando la hago.

-Hace un par de años comentó a este periódico que vivía su mejor momento. ¿Sigue siendo así?

-Yo creo que sí. Mi madre me dijo una vez que la mejor edad es de los 30 a los 35 años, y creo que es así. Porque todavía el cuerpo te acompaña, la cabeza está encima de los hombros y ya no tienes tantas fugas como tenía yo. Empiezo a disfrutar de muchas cosas que antes me perdí por vivir un poco deprisa y a saborear todo lo que te pasa. Por eso estoy en un momento muy bonito de mi vida.

-Ha participado en programas como «La Voz». ¿No cree que hay más voces bonitas que nuevos compositores?

-Traté de decirles a los chavales del programa que hay mucho más detrás de un artista y de una voz. Yo cantando soy un auténtico desastre, pero creo firmemente que componiendo tus propias canciones es la única manera de generar tu propia personalidad. Por eso siempre he insistido a los concursantes que no se ciñan a cantar, que toquen un instrumento y traten de expresar lo que ellos sienten. Porque cuando escribes y haces tu propia música es cuando sacas lo que realmente tienes dentro de ti. Por eso me empeñé en que todos empezasen a tocar un instrumento. Pero no siempre se consigue todo.

-Se ha hablado mucho del incidente que tuvo en el vuelo Madrid-México. Usted dice que le cambió la vida pero, ¿no se ha cansado de que todo el mundo se lo recuerde?

-Creo que está un poco desfasado. Nunca me he quejado del trato que me ha dado la prensa porque creo que ha sido justa conmigo casi siempre. Cuando lo he hecho mal se me ha criticado y cuando lo he hecho bien se me ha reconocido. Pero ahora mismo tengo un conflicto con un sector de la prensa, aquella que se empeña en hacerme parecer un mafioso y piensa que soy traficante. Es una cosa completamente ilógica y tratan de darle vueltas a noticias para hacerme parecer algo que en realidad no soy. Y casi siempre todo acaba desembocando en aquel fatídico vuelo. Pero bueno, son cosas que están ahí y que hay que aceptar.

-Su exmujer dijo algunos meses que ustedes habían sido «muy salvajes en la cama». ¿Qué se siente cuando su intimidad deja de depender de usted?

-(Risas). Éramos bestias, sí. Tanto ella como yo lo llevamos todo con mucha naturalidad. La verdad es que la prensa rosa nos ha respetado siempre. Nunca he vendido bodas, bautizos ni comuniones y entiendo que soy una persona pública y que me pueden hacer fotos que pueden despertar cierto interés.

-Ahora que usted es padre, ¿haría una campaña para legalizar el cannabis?

-No haría una campaña para legalizar ningún tipo de droga. De hecho haría campañas en contra de las drogas. Pero son cosas que van con la edad y uno cambia su manera de pensar, por eso he eliminado absolutamente todas las canciones que hablan de droga dura y que eran desenfadadas en ese aspecto.

-Publicó «Sin noticias de Holanda» (su primer disco) hace doce años. ¿Cuánto ha crecido desde entonces?

-He crecido bastante en todos los aspectos, pero creo que tampoco era difícil porque era muy inmaduro tanto musical como vitalmente. La fama me atropelló y cometí muchos errores y en lo musical no tenía muy claro qué quería hacer. Me costó mucho encontrar una identidad con la que me sintiera cómodo. Yo no soy una persona que dijera de pequeño que quería ser artista, lo mio fue muy casual: de repente con 19 años hice seis canciones y vendí un millón de copias. Por eso esa evolución que tiene toda esa gente antes de llegar yo la tuve a la vista de todo el mundo. Por eso la gente se pregunta si Melendi es un cantante o un pokemon, porque he evolucionado mucho. Ahora por lo menos ya sé qué quiero hacer.

-La primera prueba que usted hizo realmente era para Pablo Moro. ¿La música es suerte o cree que usted triunfó por algo en concreto?

-Yo creo que es un compendio de cosas. El simple hecho de que yo grabase el primer disco fue suerte. Jamás hubiera mandado una maqueta a ningún sitio ni me hubiera planteado que yo podía vivir de la música. Tuve suerte, estaba en el momento acertado y en el sitio indicado. Me dejé la vida en cuanto vi que esto podía ser para mí. Estaba muy perdido en la vida y para mí aquello fue como una especie de salvavidas que me lanzaron y me volqué absolutamente.

-¿Continúa con la plataforma para jóvenes talentos que fundó?

-No, ya no lo tengo. Era un soporte para ayudar a músicos que acaban de empezar para que pudiesen grabar un disco y enseñarlo al consumidor final. Eso ha perdido un poco de sentido con todas las nuevas tecnologías y nos hemos dado cuenta, a base de darnos cabezazos contra la pared, de que las compañías de discos no tienen dinero ni afrontan sacar nuevos talentos. Es así de triste y así de cruel.

-Y si usted ahora tuviese que empezar, ¿cómo lo haría?

-Yo creo que Youtube es ahora mismo la plataforma ideal. Lo que pasa es que no creo que consiguiera nada porque tienes que ser extremadamente bueno y destacar muchísimo para salir adelante. Tienes que ser Pablo Alborán para que se viralice. Pero por lo menos es una salida para darte a conocer, algo que yo no tenía cuando empecé. Todo tiene sus pros y sus contras.

-¿Qué opina de todo el movimiento «indie» que hay ahora mismo?

-A mi me parece todo muy bien si se trata todo desde el respeto a la música. No me gusta esta vertiente nueva de lo anticomercial. Que no critiquen lo comercial si luego sacan un disco a la venta. Hay que ser un poco consecuente y tener algo de criterio. Yo he escuchado cosas indies y me parece que están haciendo las cosas muy bien, siempre y cuando dejen estar a los demás en su sitio y no critiquen. Porque evidentemente hacen un tipo de música diferente, pero no han inventado nada. Igual que ellos exigen respeto, nosotros también podemos exigirlo.

-¿Cómo lleva su hija Carlota lo de tener un padre cantante?

-Con nueve años toca el piano y canta. Tiene un par de canciones propias y ya no me gusta el cariz que está tomando la situación. Porque ella tiene que estudiar y la música le está gustando demasiado. (Risas).

-¿Dónde se ve dentro de cinco años?

-No muy alejado del momento en el que estoy. Quizá sí que me veo cada vez girando un poco menos y distanciando poco a poco los discos. Pero no me veo alejado de la música porque no sé hacer otra cosa.

-¿Qué se siente cuando doce años después hay gente que sigue cantando temas de su primer disco?

-Tengo una pelea con mi primer disco, no lo puedo escuchar. Me entran urticarias, suena muy mal. Canto muy mal, es horroroso. No se si le pasará a todos, pero para mí es una tortura mi primer disco. Entiendo que a lo mejor todo lo malo que había en la ejecución, lo tenía de fresco e ingenuo. Pero es que el sonido es muy malo y yo canto muy mal. No es que esté desfasado, es que es malo. Por eso decía antes que no era muy difícil crecer y evolucionar, porque era musicalmente una ameba. Yo ahora con mi ordenador y mi «protools» hago un disco muchísimo mejor que el primero.

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