NOVEDAD EDITORIAL

José Luis Ordóñez: «Las personas con prejuicios hacia la literatura juvenil tienen un criterio equivocado»

El escritor sevillano acaba de publicar su primera novela juvenil, «Junior y la carta fantasma» (Mr. Momo)

José Luis Ordóñez no oculta su pasión por el cine en sus obras literarias ABC

ANDRÉS GONZÁLEZ-BARBA

José Luis Ordóñez (Sevilla, 1973) es un novelista, dramaturgo y cineasta que acaba de publicar «Junior y la carta fantasma» (Mr. Momo), primera novela juvenil de este autor. La historia -plagada de aventuras, fantasía y misterio y con abundantes guiños hacia los años ochenta- comienza con un suceso extraordinario, ya que Junior, huérfano de padre, recibe una carta de su progenitor donde le revela un gran secreto sobre el faro de Bahamorto y le confía una misión que, según él, será «la mayor aventura de su vida».

―¿Cómo ha sido la incursión en el mundo de la novela juvenil después de escribir esta obra?

―Toda una aventura. Ha sido regresar a las lecturas que yo hacía cuando tenía la edad de los protagonistas , en torno a los doce años, y recuperar un sentido de la aventura y el misterio más luminoso, alejado de mi obra adulta. Esta es la segunda vez que escribo algo dirigido a los más jóvenes, tras el espectáculo teatral «Monstruos, una cena terrorífica» (LaMaraña Teatro), que se estrenó con éxito en Atalaya Centro TNT a finales de 2012, y donde recuperábamos una versión más inocente de alguno de los monstruos clásicos, como Drácula o la Momia.

―«Junior y la carta fantasma» tiene abundantes guiños al espíritu de los años ochenta, con homenajes a «Los Goonies» y «Stranger Things», sobre todo. ¿Por qué te atraía tanto retratar esa época?

―Es la época en la que yo crecí y, al mirar hacia atrás, cada vez me parece más fascinante. Steven Spielberg creó magia en esos años produciendo y dirigiendo películas como la citada «Los Goonies» o «E.T.». Aún no había llegado el universo de las redes sociales y quizá por eso el mundo de la aventura se veía más cercano. En mi novela he tratado de recuperar ese espíritu donde cualquier cosa parece posible y, al mismo tiempo, darle un toque personal, combinar los pequeños conflictos cotidianos que puede haber en un centro escolar con las arriesgadas aventuras fantásticas que pueden salvar nuestro mundo.

―Este libro está plagado de aventuras, fantasía y misterio, pero también prevalecen valores que son muy importantes para los jóvenes de hoy en día como la amistad y la lealtad.

―Al ser un libro orientado hacia los jóvenes, me pareció importante que ciertos valores positivos quedaran visibles sobre la trama de aventuras. Algo que, por otro lado, también hacen clásicos de la literatura como, por ejemplo, «Los tres mosqueteros» de Dumas.

―¿Qué resaltarías más del personaje de Junior?

―Es un chaval honesto, sincero y que se divierte leyendo libros de aventuras. Se siente cómodo con su pandilla, formada por la Pirata, el Rata y el Bola. Pero también tiene enemigos, como Eric el Pelirrojo.

―El libro es para lectores a partir de 12 años, pero tú también insistes en la idea de que se acerquen a su lectura los adultos. ¿Por qué crees que habitualmente parece que exista una distancia insalvable entre ambos públicos lectores?

―Es cierto que existe una literatura muy específica para niños de una determinada edad, pero también que hay otros libros capaces de atraer la atención de pequeños y mayores. Ese ha sido mi propósito con «Junior y la carta fantasma»: captar la atención de todo tipo de público lector en una historia de aventuras y misterio con giros y sorpresas .

―Muchas personas tienen prejuicios con respecto la literatura juvenil, cuando en este género hay auténticas obras maestras de autores tan destacados como Julio Verne, Robert Louis Stevenson, el mismo Bram Stoker, etc. ¿Por qué crees que pasa esto?

Cubierta de la novela ABC

―Pues son personas con un criterio equivocado. Todos los que nombras en la pregunta son maestros en el arte de contar historias. Añadamos además a otros como Alejandro Dumas o Emilio Salgari. No encuentro una literatura más apropiada que esa para los primeros años lectores de alguien. Y son novelas que, al mismo tiempo, atraen a los adultos. La buena literatura no tiene edad .

―¿Qué piensas sobre el hecho de que el nuevo sello Mr. Momo esté apostando por jóvenes autores andaluces que están publicando obras de literatura infantil y juvenil?

―Hay que apostar por la lectura a edades tempranas. Es cuando uno fija su pasión por la literatura y hace que cuando sea adulto ahonde en esa pasión. Que Mr. Momo lo haga y con autores de aquí es algo valiente y fantástico . Un libro siempre es un tesoro y la forma más barata y educativa de viajar. Por eso leer constituye uno de los mayores placeres que tenemos a nuestro alcance.

―Independientemente de que esta historia tenga un comienzo y un final, ¿piensas que continuará la saga de novelas de Junior?

―Podría ser. Tal vez haya más aventuras para Junior, la Pirata, el Rata y el Bola. Es posible que Bahamorto y su faro aún guarden otros secretos. Lo que es seguro es que continuará en la imaginación de los lectores que se acerquen a esta novela. Yo ya lo hago.

―¿En qué manera influye tu pasión por el cine y por sagas como la de la «Star Wars» a la hora de construir tus historias?

― Mi pasión por el cine influye desde el principio de mi carrera literaria, ya sea en narrativa o teatro . Es inevitable. En el libro de relatos «Manhattan por el retrovisor» había varias historias muy vinculadas a la obra de Woody Allen, Clint Eastwood o Quentin Tarantino. En mi obra de teatro «237» (Primer Premio en el XV Certamen Literario Universidad de Sevilla) el homenaje a «El Resplandor» de Stanley Kubrick se aprecia desde el título. Y en «Madera podrida con un clavo oxidado» (Finalista del II Certamen de Novela Negra Wilkie Collins) la trama tiene lugar en la época dorada de Hollywood, con la participación como ilustre secundario de la mítica estrella del cine Errol Flynn. Además, el próximo mes de marzo aparece mi nueva novela, «Los desertores de Oxford Street» (Algaida, 2018), que, en cierto modo, es un homenaje a los actores Christopher Lee y Peter Cushing y las películas de terror que hicieron para la productora británica Hammer.

Respecto a «Junior y la carta fantasma» la influencia es clara en un sentido: darle a la historia ese ritmo frenético que haga a los lectores pasar páginas y vivir las aventuras con personajes cuyo destino les preocupe . Y eso es, creo, lo que sucede en sagas como las de «Indiana Jones» o «Star Wars», de las que, por cierto, los lectores adultos encontrarán guiños bastante reconocibles desde, por ejemplo, la primera frase que se puede leer en la novela: «Hace algún tiempo… en un lugar no demasiado lejano…». Que es otra manera de decir que regresamos a los ochenta. Espero que disfruten, pequeños y mayores, de su lectura. Nos vemos en las librerías.

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