Campamento de integrantes de la Marcha Verde en 1975
Campamento de integrantes de la Marcha Verde en 1975 - ABC
Cuarenta años de la Marcha Verde

El Sahara, una «herida abierta» todavía en la historia de España

«¿Por qué no quieren que se hable?», se queja el historiador José Luis Rodríguez Jiménez, autor de «Agonía, traición huida. El final del Sahara español»

Madrid, sin importar el color del gobierno, no muestra interés en el conflicto de la ex colonia, todo lo contrario que Rabat

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Se cumplen cuarenta años de la salida del Sahara Occidental en un momento en el que en España, más que nunca, se habla de unidad, de soberanía y de territorio. Qué contraste entre la férrea defensa que Madrid hace de Cataluña y la absoluta pasividad que sigue mostrando con la que fue su provincia hasta 1975 y su población. Nuestros políticos, nuestros gobernantes y nuestros diplomáticos huyen de este conflicto como de la peste. Alguien se sigue encargando de que la memoria no sea tan fácil de remover.

«¿Por qué no quieren que se hable?». El que se queja de esta forma no es otro que el historiador José Luis Rodríguez Jiménez, autor de «Agonía, traición y huida. El final del Sahara español» (Ed.

Crítica). Es el último que ha buceado en diversos archivos públicos, privados y hasta particulares. Y no siempre sin dificultades, a pesar de los años transcurridos. La obra recoge correspondencia entre Franco y Hasán II o entre Carlos Arias Navarro y Manuel Gutiérrez Mellado, que llega a solicitar abiertamente al presidente del Gobierno «una solución promarroquí y antiargelina» para el conflicto pocos meses antes de la muerte de Francisco Franco.

«Esto sigue siendo una herida abierta», señala el autor durante una entrevista con ABC. «Una herida abierta por cómo ha quedado España y su diplomacia ante el mundo. A la altura del betún. Las promesas a los saharauis de incumplieron de manera vergonzosa». «A los políticos y los diplomáticos les duele la palabra traición. Pero no solo se traicionó a los saharauis. También se traicionó a los intereses de España» en un momento «en el que el riesgo de guerra era múnimo por la superioridad aplastante de España», añade el historiador.

Pero el trabajo de investigación no es sencillo, deja entrever este profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, cuando se tienen entre manos asuntos del Sahara, Ceuta, Melilla, Ifni o Gibraltar. «Una recomendación, mejor no hablar de este tema, pues el gobierno español no quiere que se trate el mismo, puede molestar al de Marruecos», afirma Rodríguez en el libro. En efecto, el reino alauí es hoy aliado estratégico en asuntos diversos, entre ellos el espinoso terrorismo yihadista. Y el interés de Rabat en la cuestión de la ex colonia es inversamente proporcional al desinterés español.

Un lustro antes de organizar la Marcha Verde con el dictador Franco en el lecho de muerte, el rey Hasán II de Marruecos ya presionaba a Madrid para que saliera del Sahara sin hacer caso de las peticiones de la ONU para que organizase un referéndum de autodeterminación. En 1969 se monarca se presentó en la capital de España y los detalles de lo que habló con el Caudillo estaba recogido en la Real Academian de la Historia. Rodríguez Jiménez se apoya también en las cartas que se cruzaron en 1975 Franco y el soberano alauí. Las misivas se guardan en el archivo de la Fundación Franco. En el Archivo General Militar de Ávila se topó con «documentación muy interesante y completa de los servicios de inteligencia con, entre otros asuntos, referencias a las radios de diferentes países que iban escuchando».

De la Marcha Verde hasta hoy

El libro, nutrido de datos, citas y referencias de documentos sigue sin embargo sin llenar un vacío bibliográfico. ¿Qué ha ocurrido en la ex colonia española en estos cuarenta años? ¿Todo acabó con la Marcha Verde? ¿Qué ha cambiado en el territorio? ¿Cómo ha evolucionado el Frente Polisario? ¿Y los refugiados? ¿Y los saharauis que viven bajo la ocupación marroquí? ¿Y las Naciones Unidas?

Recordar que la administradora legal del Sahara sigue siendo, a falta de proceso descolonizador, España frente a la presencia de facto marroquí no está de moda. Seguramente sea una nueva casualidad del destino, pero mientras se escriben estas líneas el secretario General de la ONU, Ban Ki-Moonse encuentra en Madrid y el rey Mohamed VIhace las maletas para celebrar en El Aaiún que hace 40 años su padre se aprovechó del desinterés español para ocupar el Sahara Occidental. En efecto, la herida sigue abierta.

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