El escritor gallego Ramón Pernas
El escritor gallego Ramón Pernas - ABC

Ramón Pernas: «Cuando aprendí a leer, aprendí a soñar»

El escritor gallego firma una hermosa oda al paso del tiempo y a la perdurabilidad del amor en la novela «El libro de Jonás», segunda entrega de su «Trilogía de los adioses»

Madrid Actualizado: Guardar
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En toda la obra de Ramón Pernas (Viveiro, Lugo, 1952) se desliza la presencia, mágica y fantasmal, de Álvaro Cunqueiro (1911-1981). También en su última novela, «El libro de Jonás» (Espasa), una hermosa oda a la amistad y el amor, donde el paso del tiempo es la consecuencia, implacable, de una vida para la que no hay manual de instrucciones. Fantástica e intimista, como dicta el magisterio de su admirado Cunqueiro, «El libro de Jonás» narra las peripecias de varios amigos en Vilaponte, un pueblo costero que Pernas conoce bien.

Esa tierra gallega, que le vio nacer, es el anclaje al que el escritor amarra su ficción, convertida en territorio de su paisaje más íntimo y personal. «Yo necesito tener una mirada física sobre un lugar, y el lugar que mejor reivindico, que mejor conozco, del que tengo una memoria abstracta, es Vilaponte, mi origen y mi destino», asegura el escritor en conversación telefónica con ABC.

Segunda entrega de la «Trilogía de lo adioses» que arrancó con «Hotel Paradiso» (premio Azorín), «El libro de Jonás» es, sin duda, la novela más ambiciosa de Pernas, quien reconoce que Justo Pastor, Nicanor Corbelle y Humberto Rey, los protagonistas, «tienen más de mis amigos lejanos que de mí mismo». «Uno escribe de lo que ha leído, de lo que ha vivido y de lo que se imagina. Mis historias suelen ser retazos de la memoria colectiva que voy hilvanando poco a poco», confiesa el director de Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

Homenaje

La historia, en realidad, «es un homenaje a la generación que ya tiene 60 años, que nació en la década de los 50, y que es bastante silenciosa» y, por encima de todo, es una «reivindicación» del amor. En sus páginas, en ese mundo donde todo es posible, gracias a la virtud de hacer verosímil lo fantástico, descubrimos que es posible amar sin tiempo. «El amor todo lo redime, todo lo cura, es sanador, es lo mejor que nos pasa, ya sea pospuesto o mantenido, como principio o final, como alfa y omega», reflexiona Pernas.

Y en el filo, observando con cierta distancia, siempre imprudente, la muerte, que en «El libro de Jonás» está presente a través del breve cameo del diablo. «La muerte forma parte de la vida cotidiana, yo la veo como algo natural», asegura el escritor, quien considera que sus ocho novelas «son ocho capítulos de un libro que algún día se acabará, y será único».

Lo dice alguien que tiene «un compromiso real con los libros»: «En los libros está todo, está la vida, está la muerte. Cuando aprendí a leer, aprendí a soñar y ese aprendizaje se quedó muy arraigado. Le debo todo a los libros, y es una deuda que nunca podré pagar». Por eso, quizás, cuando llegue el momento de abandonar «este mundo real», de la mano de la parca, Ramón Pernas confía en que pasen delante de sus ojos, como fotogramas de una película inconclusa, las portadas de todos los libros que ha leído y que han conformado su forma de ser.

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