Los orígenes del «estilo Cela»

Publican «La forja de un escritor», una recopilación de los artículos de juventud del Nobel

MADRID Actualizado: Guardar
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Decía Camilo José Cela que para escribir bastaba con tener algo que decir. Su prosa fue exitosa como pocas, pero también tuvo un periodo joven, experimental y de supervivencia que aparece reflejado en «La forja de un escritor», una antología publicada por la Fundación Banco Santander que recoge medio centenar de artículos realizados por el Nobel entre los años 1943 y 1952. Aquel era un Cela en la treintena, que escribía con la única ambición de ganarse el pan y modelar un estilo que al final lo transportó a lo más alto de las letras.

«Hay que ser un poco de todo para poder ser escritor. La acción es el único antídoto conocido del tedio, y la inacción enmohece los goznes del alma y nos hace ordenancistas, acomodaticios, egoístas, fariseos y gubernamentales: el mal histórico del viejo Occidente», advirtió Cela en su artículo «Debut y pequeña experiencia de un actor novel».

Con escritos como este, el escritor estaba conociendo los pliegues de una profesión que apenas le daba para comer. Aquellos años, coinciden los expertos y el autor del libro, representaron el periodo de mayor creatividad de Cela, que a lo largo de esa década empotrada en la posguerra publicó «La familia de Pascual Duarte» (1942) y «La colmena» (1951), dos de sus novelas imprescindibles.

«Siempre escribió aquello que quería escribir y la prueba son estos artículos, que no tratan sobre aquellos temas que le podrían ser gratos al régimen», reflexionó Juan Manuel de Prada durante la presentación del libro. «La imagen que tenemos de Cela es la de un novelista, pero creo que ante todo fue un escritor de géneros, o un género en sí mismo».

De hacer la selección se ha encargado Adolfo Sotelo, catedrático y decano de la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona. Él ha dado forma a un libro de 247 páginas partiendo de una base formada por 600 artículos publicados sobre todo en los diarios «Arriba» y «La Vanguardia Española». Tal fue la vigencia de esos artículos, que algunos fueron recuperados por el propio Cela en la página que escribió en ABC entre los años 1993 y 2002.

«En realidad, si se leen atentamente –valora Sotelo–, una parte de ellos es la poética del escritor. Es decir, lo que piensa de la literatura, la función del escritor y su relación con la sociedad. Tienen toda la vigencia para entender su obra».

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