La importancia literaria de ABC

Los colaboradores y escritores de este diario representan su esencia más pura

MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando don Torcuato Luca de Tena fundó ABC, subrayó que las tres primeras letras habían de significar el poder del alfabeto entero. Y para conseguirlo no dudó en contratar a los mejores escritores de su época, sin importar su ideología, buscando siempre la excelencia allí donde estuviere. Una cosa iba a ser la ideología del periódico y otra la de sus colaboradores. Esto ha sido una especie de bandera de libertad que ha campeado brillantemente desde su nacimiento y que es como un timbre de gloria del liberalismo y del respeto al contrario. El primer gran fichaje fue el de Azorín, fervoroso republicano, proveniente del anarquismo literario al que, tal vez con cierta malicia, envío Don Torcuato a cubrir el viaje del joven Rey Alfonso XIII a París, lo que le permitió narrar el atentado sufrido en la capital gala por el monarca de un modo magistral.

Y aquí se quedó, abriendo la puerta a otros miles –más de veinte mil tenemos registrados en nuestro Archivo-.

ABC se ha convertido, a lo largo de sus ciento trece años de existencia, en el referente necesario de la Historia de España y del mundo, en una especie de «vicio nacional», como lo llamó don Gregorio Marañón, o el desayuno obligatorio de casi todos los españoles, en frase de José María Pemán. Los hermanos Goncourt dijeron que el periodismo son «unos pocos céntimos de historia envueltos en un cucurucho de papel». Tal vez para dignificar ese cucurucho, la atención a la creación literaria fue uno de los pilares de este periódico desde el principio, marcando un itinerario constante que abrió el vasto horizonte de la literatura en los periódicos, contribuyendo de manera destacada a la aparición de un nuevo género: el columnismo literario.

Wenceslao Fernández Flórez pensaba que incluir su firma en ABC era la oportunidad más codiciable para un cronista. Como en un salón recubierto de espejos, los prestigios acumulados en aquellas páginas recibían recíprocamente luz e importancia. A lo largo de un siglo, por ABC han pasado las mejores firmas de la literatura, de la ciencia y del periodismo de todo el mundo. La relación sería interminable, pues nadie que hubiera destacado por su pluma o la profundidad de sus ideas está ausente de nuestras páginas. Un complejísimo mundo literario y periodístico que sólo puede darse al calor de la liberalidad de un periódico como ABC.

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