«La endogamia destruyó a los Austrias y los convirtió en unos desgraciados»

César Cervera publica el libro «Los Austrias. El imperio de los chiflados» (La Esfera de los Libros), un análisis de la vida privada de esta dinastía

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hablar de la dinastía de los Austrias es hacerlo de personajes que -salvo excepciones- evocan valor, audacia y coraje. Una imagen que se ha forjado a lo largo de los siglos gracias a pintores como Tiziano, quien inmortalizó en uno de sus cuadros más famosos a Carlos I en la batalla de Mühlberg cabalgando, lanza en ristre, contra los enemigos del Sacro Imperio Romano Germánico.

Sin embargo, lo que pocos libros cuentan es que, aquel 24 de abril de 1547, el Emperador no estaba precisamente para desmembrar enemigos. Y es que, debido a un ataque de gota, apenas podía sostenerse sobre el lomo de su jamelgo. Las crónicas más habituales tampoco narran que Felipe II, el gran monarca que planeó la invasión de las Islas Británicas, era un maniático obsesionado con el papeleo que disfrutaba firmando decenas de informes y controlando absolutamente todo lo que sucedía a su alrededor.

Sin embargo, esta «otra» visión de la vida de los Austrias es la que ofrece César Cervera Moreno (periodista especializado en historia del diario ABC) en su «ópera prima»: « Los Austrias. El imperio de los chiflados». Una obra editada por «La esfera de los libros» cuyo objetivo es indagar en la faceta más oculta y privada de una dinastía que aterrizó en España en el siglo XVI de la mano de Juana «la Loca» y que perduró hasta el siglo XVIII, cuando Carlos II (más conocido como «el Hechizado») murió sin descendencia.

«Se suele dejar de lado la parte más humana de los reyes porque muchos autores la vinculan con el morbo y afirman que es parte de su vida privada. Pero que Felipe II tuviera problemas con el sexo o fuera un maniático son características de su personalidad que terminaron influyendo directamente en cómo gobernaba», explica Cervera a ABC.

En base a ello, este divulgador histórico ha elaborado un relato interesante, ágil y plagado de curiosidades históricas cuyo nexo es la chifladura de los Austrias. Locura que engloba desde las enfermedades mentales de miembros de la familia real como Don Carlos (el sádico hijo de Felipe II que disfrutaba dando «pescozones» a sus sirvientes y planeando cómo matar a su padre) hasta las extravagancias de Felipe IV (quien solía salir embozado por las calles de Madrid buscando mujeres con las que yacer).

Con todo, el texto une esta faceta más burlesca con la política de la época y las guerras casi continuas que se sucedieron entre los siglos XVI y XVIII. «Durante el reinado de los Austrias llegó a Europa un flujo constante de riquezas desde América. Dinero que fue utilizado para la guerra. Por eso, de esta época salieron personajes como el “virrey temerario”, Juan “sin miedo”, Juan de Austria, Ambrosio Spínola... Militares que, aunque no estuvieran chiflados, si eran curiosos», completa Cervera. El texto guarda, además, un hueco privilegiado para las mujeres que había tras los monarcas.

Ver los comentarios