Eduardo Mendoza, sobre Cataluña: «Están yendo hacia un camino perjudicial para todo el mundo, es un lío que va a acabar mal»

El escritor catalán, que ha recibido el premio José Luis Sampedro en el Festival Getafe Negro, reconoce que no quiere que «una parte de mis conciudadanos vivan una derrota»

El escritor Eduardo Mendoza después de recibir el premio José Luis Sampedro en el Festival Getafe Negro Ignacio Gil
Bruno Pardo Porto

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A Eduardo Mendoza el humor le sale por los poros, como un líquido inevitable que permea sus palabras (y sus gestos, y su razonamiento, y su saber estar en el mundo) y que le acompaña desde que descubrió bien joven los tebeos de Gordito Relleno o Eustaquio Morcillón. Hoy, durante el acto de entrega del premio José Luis Sampedro del Festival Getafe Negro , el escritor no pudo evitar cierta dosis ironía antes de adoptar un tono más grave y responder a la pregunta omnipresente: ¿Qué tal Cataluña? «Esta mañana he puesto varias velas para que no saliera el tema (...) Tengo dos respuestas. Una corta y otra larga. La corta es muy sencilla: mal, lo veo mal», sentenció antes de adentrarse en el asunto («algo que no debería haber pasado») y de señalar a los independentistas como culpables del embrollo. «Están yendo hacia un camino perjudicial para todo el mundo, es un lío que va a acabar mal. Ganen o pierdan. Quien crea una victoria crea también una derrota ».

A la hora de analizar el clima de crispación actual, el último premio Cervantes apuntó bien lejos del sentimiento identitario. «Hace poco, un periodista extranjero me preguntaba que cuál era la identidad de los catalanes. Le dije que era muy sencilla, como la de todo el mundo. La identidad de cada uno es su iPad», bromeó. De hecho, para explicar el fenómeno se refirió a la «desesperación de la gente joven», desencantada, esa que habita un mundo «poco estimulante para la realización personal». «Se apuntan a causas perdidas , románticas, de un romanticismo mal entendido, de " no tenemos nada que perder, vamos a armarla ". Es algo que pasa en Cataluña y en el resto del mundo», lamentó. Después, se mostró triste y molesto con la situación: «Lo teníamos todo para vivir bien: un buen clima, una ciudad bonita, un país estupendo, una comida cada día más buena y el Barça, que iba ganando campeonatos. Y, de repente, nos hemos convertido en un país triste y abocado a la división (...) No me apetece que una parte de mis conciudadanos vivan una derrota. Yo ya viví una de pequeño».

Durante su discurso tras recoger el galardón, que recibió con la alegría de siempre («si te toca el Gordo de Navidad y te vuelve a tocar el sorteo del Niño pues no te vas a enfadar»), Mendoza quiso explicar su distancia con el problema catalán, que poco tiene que ver con el hecho de que viva en Londres la mayor parte del año. «Yo creo que un escritor ha de estar un poco en las nubes , ha de vivir en un mundo fantástico porque esa es su forma de contribuir a la sociedad. Sin embargo, la figura de José Luis Sampedro nos recuerda que también hay ocasiones en las que ha de estar presente en la sociedad. Sobre todo en momentos difíciles como los días en lo que nos encontramos», aseveró. Su toma de postura es un imperativo moral, aunque rechazó que se le considere una «autoridad»: «Solo soy un ciudadano y, de alguna forma, un referente».

Lectura contra la zozobra

Ante la zozobra que nos sacude, el autor de « La verdad sobre el caso Savolta » elogió los libros como reductos últimos del sentido común y escudos contra el caos, como salvavidas en medio de la tormenta. «En momentos difíciles, en momentos penosos para los que los vivimos en primera persona, la lectura, incluso la lectura absolutamente lúdica, es muy reconfortante. Y no en la medida en la que nos permite evadirnos de la realidad y habitar un espacio donde no molesta la presencia de lo real, sino precisamente porque nos da una especie de serenidad interior, de una fuerza, no sé por qué, que nos permite afrontar la vida diaria de otra manera, una manera menos confusa», desgranó.

Antes de finalizar su intervención, el barcelonés recordó la mayor satisfacción de su oficio, ese al que ha dedicado toda su vida. « Siempre me sorprende, me conmueve y me gratifica cuando alguien me dice "gracias por haber escrito" . Gracias, por tanto, por este premio», concluyó.

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