El día que Cristina Cifuentes eclipsó al Cervantes

En el cóctel posterior a la entrega del galardón, todos los ojos se centraron en la presidenta madrileña

Cristina Cifuentes y Mariano Rajoy, en el patio de los Filósofos de la Universidad de Alcalá de Henares DE SAN BERNARO
Inés Martín Rodrigo

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En esta ocasión, Cristina Cifuentes no titubeó a la hora de confirmar su presencia en la entrega del premio Cervantes. Minutos antes de su llegada a la Universidad de Alcalá, la prensa esperaba, con expectación, para captar la que, a juicio de muchos, sería la foto de la jornada: la de Mariano Rajoy y la presidenta de la Comunidad de Madrid. De chaqué él, como mandan los cánones cervantinos, y con un ajustadísimo traje de chaqueta azul ella. El protocolo es poco amigo de los canutazos, por lo que hubo que esperar hasta el tradicional cóctel que se sirve, en el patio de los Filósofos, tras la entrega del galardón para ver los gestos de unos y otros.

Llegaron, primero, los Reyes, junto con el premiado y su numerosa familia: esposa, tres hijos y ocho nietos. Posaron para que los gráficos captaran la tradicional foto de familia y, al romperse el grupo, Doña Letizia, muy cariñosa, se interesó por una de las nietas de Sergio Ramírez, que llevaba un brazo escayolado. El grupúsculo «político» hizo acto de presencia y se hicieron dos corrillos, que no bandos. En el primero, Rajoy departió, durante largos minutos, con la exministra Carmen Calvo y Víctor García de la Concha. Y en el segundo, Cifuentes hizo lo propio con José Vicente Saz, rector de la Universidad de Alcalá (qué irónico es el destino de los actos institucionales), Jaime Miguel de los Santos González, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, y el director de la RAE, Darío Villanueva.

Se siente «perseguida»

De qué hablaron unos y otros sólo podría atreverse a aventurarlo un experto en lectura labial, aunque parece que la palabra máster no fue pronunciada. Entretanto, Don Felipe y Doña Letizia seguían departiendo con la familia Ramírez, las escritoras Gioconda Belli y Nélida Piñón, la editora Pilar Reyes... De repente, el presidente del Gobierno se dirigió a la presidenta madrileña, y todos los ojos se centraron en la pareja. Charlaron breves pero animados minutos, hasta que una «espontánea» quiso hacerse una foto... con Cifuentes. Aquel momento fue aprovechado por la prensa para acercarse a ella, grabadora en mano, ante la mirada sorprendida del Rey.

Aseguró sentirse «perseguida» y confesó que el otro día una informadora la siguió hasta el baño. También dijo que «estos días» no está leyendo la prensa y que se han publicado informaciones «que no son verdad» sobre «reuniones que no han ocurrido». Cifuentes añadió que lo que tenía que hablar con el presidente del Gobierno referente al máster «está todo dicho», que la moción de censura es «un mecanismo legítimo», que «todo está judicializado» y que ella seguirá trabajando. No es extraño que, cuando los Reyes se despidieron de los periodistas, Don Felipe comentara, con una sonrisa: «Habéis tenido contenido».

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