Fotografía de Stanley G. Payne
Fotografía de Stanley G. Payne - ABC
Stanley G. Payne:

«Antes del asesinato de Calvo Sotelo había muy pocos militares dispuestos a rebelarse»

El hispanista publica «El Camino al 18 de julio: La erosión de la democracia en España» (Espasa) sobre el proceso de descomposición del Estado republicano que condujo a la Guerra Civil

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No es otro libro de la Guerra Civil, advierten los editores. No puede serlo. Stanley G. Payne ha explorado el conflicto, sus consecuencias y sus orígenes en una veintena de libros sobre la Historia de España y Europa contemporánea. Sus juicios sobre la Guerra Civil nunca resultan indiferentes. El célebre hispanista aborda en «El camino al 18 de julio» (Espasa) los meses finales de una república que se descompuso legalmente más rápido que ningún otro estado en tiempos de paz. Como si se tratara de un juego por desenmascarar al asesino y el lugar del crimen, la Historia se pregunta: ¿Quién asesinó a la Segunda República?

–¿Si el gobierno hubiera perseguido a los asesinos de Calvo Sotelo se hubiera podido evitar el conflicto?

–El Gobierno no persiguió a los asesinos porque pensaba que sería fácil aplastar la rebelión militar. Como mucho duraría tres o cuatro días. Azaña calculaba que al apagar con éxito la débil rebelión podría no tener que dejar paso a los revolucionarios. Era un cálculo muy complicado con el riesgo de quedarse entre dos fuegos. No buscaba ningún proceso revolucionario, al contrario. Pero eso es precisamente lo que ocurrió. Tuvo que entregar el poder a los revolucionarios para que lucharan contra los militares.

–Francisco Franco fue uno de esos militares que cambió de postura con la muerte de Calvo Sotelo.

Franco decidió unirse en cuanto supo del magnicidio, cuando solo un día antes había enviado mensajes diciendo que no podía comprometerse

–Antes del asesinato de Calvo Sotelo, Franco había evitado comprometerse porque creía que un levantamiento militar sería contraproducente y el Ejército no podrían actuar con una sola voz. Solo un día antes había enviado mensajes diciendo que era indeseable esta medida. No obstante, al conocer el magnicidio decidió unirse. Franco identificó en el asesinato el desastre nacional que había señalado como única línea que le podía llevar a participar en la insurrección.

–¿Encuentra alguna similitud entre el proceso de descomposición de la Segunda República y el deterioro de la democracia en España en la actualidad?

–No muchas. Hay que preguntarse si lo que pasa en España es una crisis del sistema o más bien de la estructura de los partidos, que no es lo mismo. Yo creo que la inmensa mayoría de españoles no quieren otro sistema, que está funcionando a pesar de la incertidumbre política, lo que quieren es reformar el actual. Quieren un sistema más honrado y menos corrupto. No estamos en una crisis del sistema todavía.

Ver los comentarios