LIBROS

Los versos de la generación «millennial»

De las redes sociales, con miles de seguidores, y hasta de los concursos de televisión, ha salido una nueva hornada de poetas españoles. ABC Cultural reúne a algunos de los más destacados

En el sentido de las agujas del reloj: María Martínez Bautista, Holden Centeno, Irene G. Punto, Miguel Gane, Patricia Benito y César Brandon Reportaje gráfico: Ignacio Gil
Inés Martín Rodrigo

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Aunque no sean lectores habituales de poesía, ni siquiera ocasionales, seguro que les suenan esos versos en los que Bécquer responde con una declaración de amor a la eterna cuestión sobre el género lírico por excelencia. Sin ánimo de edulcorar conciencias, en los últimos tiempos he vuelto con frecuencia a este breve poema. Lo he hecho cada vez que, ante el poderío de lo que algunos se empeñan en definir como «nueva poesía» , se ha planteado el debate de si lo que hacen quienes integran este movimiento es, o no, poesía. Pues bien, poesía son ellos. Jóvenes, nativos digitales, «millennials»… Usen la etiqueta que gusten, pero reconozcan que lo que escriben, amparados en el vigor de las redes sociales, tiene tanta rima como potencia. La diferencia es que los versos que antes salían del papel, ahora saltan directos a las múltiples pantallas que nos rodean. ¿Calidad? En esta botica, también, hay de todo . Su espontaneidad, lejos de ser una rémora, es una ventaja que han sabido aprovechar, hasta colocarse en los primeros puestos de las listas de más vendidos. Por primera vez, la poesía no sólo se lee -como se ven los documentales de La 2-, sino que se compra. Y mucho. Su «audiencia» son aquellos jóvenes que comparten generación, intereses y preocupaciones con ellos. Las carpetas que los nacidos en los 80 forraban con imágenes de actores, ahora están repletas de versos sacados de Twitter, Instagram, Facebook…

Todo empezó en dos pequeñas editoriales , Friday y Ya lo dijo Casimiro Parker. De ahí salieron Marwan, Diego Ojeda, Defreds, Escandar Algeet, Irene X y muchos otros. Mientras ellos empezaban a vender y, noche tras noche, se reunían en Aleatorio , el bar que Algeet abrió con Marcus Versus y tres amigos más en Malasaña (Madrid), las grandes editoriales pusieron sus ojos en ellos . Surgieron así sellos como Espasa ESPASAesPOESÍA (Planeta) o Verso & Cuento (Penguin Random House), que comenzaron a fichar a estos «nuevos poetas». En Sant Jordi, César Brandon, que ganó la última edición de «Got Talent» recitando sus propios poemas y con su primer pomeario supera en ventas a María Dueñas y Pérez-Reverte, estuvo doce horas seguidas firmando. Él es uno de los integrantes, junto con Miguel Gane, Irene G. Punto, Patricia Benito, Holden Centeno y María Martínez Bautista , del pequeño grupo poético que ABC Cultural reunió en la librería La Semillera de Madrid. Ya era hora de que, además de voto, tuvieran voz.

¿Qué os parece que se defina como «nueva poesía» lo que hacéis? ¿Os sentís cómodos?

Miguel Gane : No es justo. Todo lo que escribo ya está escrito, salvo que no de las formas que nosotros hacemos. Todo esto lleva desde los años 20, 30, en España, el verso libre, el escribir lo que quieras, como quieras, darle cierta musicalidad. No somos la nueva poesía, simplemente hemos retomado lo que nos han dejado con el factor de las redes sociales.

«Dentro de cincuenta años, estaremos nosotros diciéndoles a los chavales: “Eso no es poesía”»

Irene G. P unto : Más que nueva poesía, habría que hablar de nuevos lectores, que son los que han posicionado a la poesía en los primeros puestos. Es una revolución de lectores que están volviendo a consumir poesía, que están llenando los sitios para escuchar poesía y que pagan por recitales.

Esos lectores son, además, jóvenes a los que, hasta ahora, no les interesaba la poesía.

Holden Centeno : Los poetas sevillanos del 2000 ya hacían versos cotidianos sin estructura. El cambio está en que la poesía se lee ahora. Y se vende. Creo que porque es honesta y la gente necesita ahora honestidad.

César Brandon : No tengo ningún problema con cómo lo llamen: nueva poesía, desestructurada, como la tortilla, deconstruida, qué más da, es poesía.

«Yo no publico libros para venderlos. No le voy a decir a nadie que compre mi libro como si fuese un tomate»

¿Y de dónde vienen las críticas? ¿A qué se deben?

I. G. P : Por la paradoja de que vende. La poesía estaba metida en un cajón y en una selección de gente más erudita o intelectual. Y, de repente, baja a tierra, a una poesía popular que todo el mundo entiende. No nos ha hecho falta recurrir a grandes palabras ni disfrazarla, ni ponerle metáforas imposibles. Es una poesía urbana, sincera, que ha salido de los libros para colarse en camisetas, en las aceras, en los escaparates.

César Brandon

C. B. : También tiene que ver con el sentido de apropiación. Cuando tú crees que algo es tuyo y te lo cambian, tienes un problema. La poesía es poesía.

Y, sobre todo, ¿quién define lo que es poesía?

Patricia Benito : Cualquier cosa que tiene que ver con arte es muy difícil de etiquetar y, sobre todo, decir qué es bueno o malo. No me parece justo decir que es bueno o que es malo, que es lo que hace alguna gente.

H. D. : De todas formas, vivimos en el mundo de las redes sociales y es muy fácil que la peña se ponga a criticarte desde su casa. Quizás antes llegaba desde un sector más purista, pero ahora todo el mundo se une en cuestión de un tuit.

«Me legitima que haya unos miles leyéndome. Fin. Eso es lo único que me puede hacer mínimamente respetable»

Pero da la sensación de que estáis unidos, todos a una.

M. G. : Hay grupos que nos llevamos bien. A César le acabo de conocer hoy, pero me ha caído de puta madre. Muchas veces me he encontrado con que la gente que me critica y me insulta por redes sociales no son señores que han dicho que la poesía es elitista. Son gente de mi edad, que escribe poesía.

I. G. P. : Pero quitando eso, que puede estar en todas las profesiones, sí hay sentimiento de generación y unidad, de que venimos cada uno de nuestro padre y de nuestra madre y, de repente, nos ha unido una palabra común, que es poesía, donde de repente hemos conectado.

C. B. : Yo tengo como dos emociones encontradas. Al salir en la tele, me decía: «Se va a crear un sesgo brutal. Me van a decir que no soy como los otros, que he ido a la tele a hacer poesía». Pero me ha pasado algo increíble. Ha habido un par de personas, pero por lo general no.

«La poesía es dueña de algunos que han decidido lo que es y hacia donde tiene que ir. Si la poesía es libre, dejémosla»

¿No te has sentido juzgado?

C. B. : Para nada. Llevo escribiendo desde el 2013, no soy un chico de la tele.

Irene G. Punto

¿Qué problema hay si sales en la tele? ¿Qué problema hay con la palabra negocio?

C. B. : No me gusta.

Pero todo el que publica un libro lo quiere vender.

I. G. P. : Sin duda.

P. B . : Yo no.

M. G. : Yo no publico libros para venderlos. No le voy a decir a nadie que compre mi libro, no voy a intentar venderte mi libro como si fuese un tomate. Yo lo escribo, y si te gusta y lo quieres comprar, perfecto. Pero mi objetivo nunca va a ser escribir para vender libros.

C. B . : Ya, pero directamente lo haces todos los días promocionando.

M. G. : Obviamente.

C. B . : Entiendo muy bien lo que dices. Por ejemplo, ahora con la editorial, están todo el día hablando de números, y es que a mí no me interesa. Y se lo digo todo el rato. Antes iba regalando mi libro en la calle.

P. B. : Tampoco es malo que lo quieran vender. Sería perfecto que pudiésemos vivir de esto.

María Martínez Bautista

¿Sois conscientes de que formáis parte de una industria y de que tiene que tener unos beneficios para funcionar?

P. B. : Yo nunca pensé en vender. Lógicamente, ahora estás en el mercado, en una editorial que quiere vender y te alegras cuando te llega una edición nueva. Pero no porque voy a tener más pasta. Me alegro porque hay mucha gente que lee mi libro, que me escribe. Lógicamente, todos queremos comer.

Y vendiendo libros poca gente se hace rica en España...

H. C. : Vive poca gente.

I. G. P. : Y el autor se lleva lo mínimo de cada libro.

María Martínez Bautista : Pero es que las editoriales grandes están haciendo una especie de monopolio del mercado. Lo que antes era una estantería en la que cabían muchas editoriales chiquititas independientes, ahora es una estantería en la que caben tres editoriales, como mucho. Que vosotros vendáis libros, a mí como autora no me afecta, afecta a las editoriales pequeñas, Ahí rompo un lanza a favor de esos editores independientes que hacen un trabajo distinto, centrado en una edición más artesanal, más a la antigua, de trabajo con los autores.

H. C. : El otro día leía unas declaraciones en prensa de un editor de poesía de toda la vida que decía que nunca había vendido tanto libro de poesía. Entonces, yo me pregunto: ¿por qué nos ha dado tanta caña? Si es que no te he hecho nada malo. Al contrario.

Holden Centeno

¿Quizás es gente que siente simplemente que se le está comiendo su parte del pastel?

M. G. : Pero qué pastel, si no había pastel.

P. B. : Es un público distinto.

M. M. B : Yo no veo trasvase de público.

Lectores, vamos a utilizar la palabra lectores.

M. M. B . : No veo trasvase de lectores. Pocos lectores de ciertas editoriales van a otras. Y viceversa. Yo no voy a ellas. Me quedo en La bella Varsovia, me quedo en Kriller71, me quedo en editoriales pequeñas.

¿Y no estaría bien que hubiera ese trasvase?

M. M. B. : Supongo, pero al final uno se mueve en su mundo.

I. G. P. : De verdad que depende de cada caso. No se puede generalizar. Yo vengo de las pequeñitas y cuando saco mi primer libro en 2013 no tengo ni redes sociales. Hice mi poemario, lo entregué a diferentes editoriales y me llamó Torremozas. Lo publicaron sin saber si tenía seguidores, ni quién era.

Patricia Benito

Al final, todos compartís una pasión, que es la poesía. Si un poeta puede escribir un verso en una servilleta ¿por qué no en un tuit, en Instagram o en un post de Facebook.

M. G . : Ahí entra otro factor, que es la calidad Ahí está la gran verdad. A mí es donde más cera me dan, en la calidad, no en el formato en el que lo ofrezco.

C. B. : Anteayer fue poner un tuit, y un tío me dijo: «¿Ahora te crees que esto es poesía por ponerlo en forma digital?».

Bueno, todos sabemos que Twitter está lleno de «haters»...

I. G. P. : Hay faltas de respeto que van más allá de tu escritura, se meten con otras cosas.

H. C. : A mí por escribir me han deseado la muerte, me han llamado hijo de puta, de todo.

«Al final, una red social es un altavoz y se puede utilizar para lo bueno y para lo malo»

Eso es lo que no entiendo.

M. G. : Yo tampoco.

I. G. P.: Al final, una red social es un altavoz y se puede utilizar para lo bueno y para lo malo. Tiene voz gente maravillosa, con la que coincides, y gente que es cafre y que también habla. Esa es la dualidad que tienen las redes sociales. Hablando del éxito, un día estaba hablando con Benjamín Prado de este tema. Y él me dijo una frase que se me quedó muy grabada: «El verdadero éxito no es vender ahora ocho, nueve ediciones de un primer libro, sino que dentro de 10 años alguien vaya y compre tu libro».

Justo una de las preguntas que os quería plantear es dónde os veis dentro de diez años.

C. B. : No sé dónde estaré en cinco minutos...

P. B. : No hago planes, mido mi tiempo en medias cervezas, y no hago planes a más de cerveza y media. Ya no hago planes.

H. C. : No sé cómo estaré dentro de diez años. Quizás muerto, nunca se sabe. Pero creo que dentro de diez años quizás sí se nos valore.

I. G. P. : A las generaciones se las suele valorar con el tiempo, o muertos ya.

Aquí siempre es así: alguien se tiene que morir para decir «qué bueno era».

C. B. : Dentro de cincuenta años, estaremos nosotros diciendo a los chavales: «Eso no es poesía».

M. G . : Esa es otra, que hay mucha gente que ha sufrido las críticas de la poesía en los años 80, los años 70, y es curioso, es esa gente la que nos da cera.

Es curioso, porque las redes sociales han cambiado el modo en que nos comunicamos, en que nos relacionamos. Pero, ¿también han cambiado el modo en que escribimos?

H. C.: Sí, puede ser. Es más impulsivo ¿no? A mí se me ocurre algo y lo escribo. No lo maduro.

P. B . : A veces ni te molestas en meditarlo: mañana me lo vuelvo a leer...

M. M. B. : El libro que he sacado ahora en La bella Varsovia lo he estado escribiendo desde el 2008. Tenía 17 años.

M. G : No confundamos escribir un tuit con escribir poesía. Mis libros no son tuits.

Miguel Gane

¿La manera de «legitimar» vuestra obra es a través del libro en papel?

P. B. : Es distinto. A mí me gusta lo que escribo en Instagram.

H. C . : Me legitima que haya unos miles leyéndome. Fin. No el hecho de tener algo físico. Eso es lo único que me puede hacer mínimamente respetable.

Para poder escribir poesía, antes hay que leerla. ¿A quiénes leíais vosotros?

H. C. : Miguel D’Ors, Andrés Trapiello, Luis Alberto de Cuenca, Karmelo Iribarren, Bukowski...

I. G. P. : Yo, que escribo poesía desde chiquitita, es porque Gloria Fuertes lleva en mi vida desde pequeña. Lorca, Cernuda, José Hierro, Ángel González...

M. G. : Ángel González era uno de los primeros que leía, pero también a Neruda, a Benedetti. Whitman es mi poeta favorito.

C. B . : Voy a quedar fatal... No he leído a ninguno. Simplemente los del instituto, me sé de memoria el poema de «La vida es sueño». Pero poesía leo bastante poco. Leo investigación, todo el rato, muchísimo.

Entonces, ¿cómo llegas a escribir poesía?

C. B. : No lo sé. La escribo y ya está. Quedo fatal, lo sé.

M. G . : Nosotros no te vamos a juzgar. Luego en Twitter ya...

P. B . : Leo novela negra. Casi todo los que estoy descubriendo es a raíz de esto.

M. M. B. : Yo empecé de muy pequeña a leer el «Romancero Viejo». Entré de cabeza a Gante y a la lírica del Siglo de Oro. Safo, Rilke... Y ahora, Elena Medel, Sara Torres, María Sánchez...

Para terminar, os voy a pedir una declaración, que no un tuit, para la posteridad.

M. G . : Que seamos más permisivos todos, que no estamos haciendo nada malo. Que se pierdan prejuicios. Que vengan a hablar con nosotros algún día a nuestros recitales.

P. B. : Que haya más empatía.

I. G. P . : La poesía es dueña de algunos que han decidido lo que es, lo que no es, hacia dónde tiene ir y hacia dónde no. Si somos honestos y la poesía es libre, pues dejémosla.

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