Vista de la sala dedicada a los originales de la serie «Nós»
Vista de la sala dedicada a los originales de la serie «Nós»
ARTE

La recuperación integral de Castelao

El Museo de Pontevedra continúa con una serie de exposiciones que pretenden recuperar todas las facetas de la obra del pintor, dibujante, escritor y político gallego, más allá de interpretaciones reduccionistas

Pontevedra Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Guerra Civil Española se llevó por delante no sólo un número insoportable de vidas humanas, sino incluso la memoria de muchos personajes que quedarían fatalmente trastocados por la significación que quiso adjudicárseles desde los discursos contendientes en aquel conflicto. Entre los vencedores, la biografía de José Antonio Primo de Rivera se iría adaptando a los contornos políticos del régimen franquista, así como la de otros «caídos» notables; entre los vencidos, a la apropiación post mortem de Federico García Lorca –servida en bandeja por los asesinos del escritor granadino una oscura noche de agosto de 1936– se unirían las impostadas exégesis en torno a celebridades como Antonio Machado o Miguel Hernández, sobre cuya literatura se cerniría una densa bruma ideológica, tendente a convertir la práctica totalidad de su producción en inequívoca manifestación política.

Toda causa, bien lo sabemos, necesita de sus mártires (versión laica), de esos seres que, en detrimento de su complejidad existencial, pasan a convertirse en figuras unidimensionales al servicio de una determinada creencia. Tal es el caso del rianxeiro Alfonso Daniel Rodríguez Castelao (1886-1950), hombre profundamente comprometido con el galleguismo desde las múltiples actividades que llevó a cabo y cuya biografía ha padecido la embestida de la simplificación mixtificadora hasta reducirlo al papel de un enardecido propagandista del separatismo filocomunista (especie contradictoria donde las haya). Una suerte de caricatura (de signo bien distinto a las que magistralmente él realizara) que ha contribuido en buena medida a hurtarle la consideración universal que la calidad de su amplia obra reclama, lastrando el alcance humano e intelectual de ésta en aras de un localismo interesado y simplista. Cabe recordar aquello que clamaba Nietzsche por boca de Zaratustra: «¡cuidad que no os aplaste una estatua!», dicho con recelo ante la previsible falsificación de su doctrina por parte de quienes se creían sus discípulos.

Etapa fundamental

A la recuperación integral, en todos los sentidos, que merecen los trabajos de este polifacético autor gallego va a contribuir sin duda el programa de exposiciones que el Museo de Pontevedra viene desarrollando desde el mes de abril este año, en el que se conmemora el centenario de su llegada a esa ciudad. En la primera de ellas (« Castelao artista. Os fundamentos do seu estilo. 1905-1920»), comisariada por Xosé Carlos Valle, director de este museo –el cual atesora la más representativa colección de trabajos de Castelao–, se mostraban sus iniciales escarceos con el dibujo y la pintura, todos ellos muy vinculados al entorno sociocultural del momento. Un Castelao, básicamente, en busca de su propia personalidad plástica, en el que ya se advierte una gran capacidad para la estampa humorística y la caricatura, que se convertirían, con el tiempo, en su faceta más reconocida, y en una de sus mejores y más eficaces armas políticas. De este periodo llaman asimismo la atención sus óleos costumbristas, entre los que destaca la magnífica serie dedicada a los ciegos; tema que sería dolorosamente próximo al artista, pues tuvo serios problemas de visión. Una labor pictórica que nunca volvería a retomar con tal intensidad, centrándose en la gráfica –a pesar del evidente interés que Castelao puso en ella y de la influencia que ejerció en el desarrollo de la plástica gallega, como señalaron en su día José Francés o Alejandro Barreiro–.

Ver los comentarios