El dramaturgo y director de escena Ramon Fontserè en el Teatro María Guerrero de Madrid
El dramaturgo y director de escena Ramon Fontserè en el Teatro María Guerrero de Madrid - ISABEL PERMUY
TEATRO

Ramon Fontserè: «El teatro cumple una función higiénica»

Sube a las tablas del madrileño Teatro María Guerrero «Zenit», un nuevo espéctaculo de Joglars, dirigida la compañía y este montaje por Ramon Fontserè. Ahora el punto de mira es el periodismo. Y, como siempre, desde la sátira y lo políticamente incorrecto

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A finales de 2012, Ramon Fontserè (Torelló, Barcelona, 1956) tomó el testigo de la compañía Els Joglars, fundada hace cincuenta y cinco años por Albert Boadella. El grupo tiene en su haber montajes míticos como «El Nacional» (1993), «Ubú president» (1995), o «Daaalí (2001)», con no menos míticas interpretaciones de Fontserè como protagonista de las piezas. Al asumir la dirección de la compañía, Fontserè mantuvo el mismo espíritu irreverente y polémico, con la sátira como principal seña de identidad de una concepción del teatro que pone el dedo en la llaga en cuestiones candentes. Como ocurría en « VIP», donde, ya bajo la batuta de Fontserè, se abordaba la educación actual con el problema de los pequeños tiranos.

Ahora, Joglars se adentra en el mundo del periodismo en «Zenit.

La realidad a su medida». Dirigida y protagonizada por Ramon Fontserè, autor también de la dramaturgia, junto a Martina Cabanas, e interpretada por Juan Pablo Mazorra, Julián Ortega -recién incorporados a Joglars, como, recalca Fontserè, «savia nueva»-, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu y Xevi Vilà, permanecerá en cartel en el María Guerrrero hasta el 9 de abril. En el mismo espacio, el 27 de marzo -Día Mundial del Teatro-, se ha visto -con entrada gratuita hasta completar aforo-, el documental «La zarza de Moisés» que, dirigido por Arantxa Aguirre, nos acerca al proceso de trabajo de Joglars en La Cúpula, su santuario de creación ubicado en Pruït, a cien kilómetros de Barcelona.

¿La sátira es la mejor forma para ello? ¿Un teatro que, como titula usted su libro sobre su experiencia en las tablas, busca tres pies al gato?

El teatro descubre una realidad distinta a la oficial. Ilumina esa parte que todos intuimos, pero que por distintas razones se deja de lado. Cumple una función higiénica. Boadella decía que al teatro debía ampararlo el Ministerio de Sanidad. Y la sátira es un modo privilegiado para esa misión. No propone, ni nosotros en nuestros espectáculos, una «moraleja» simplista, pero sí encierra una voluntad de corregir. Desacralizar las cosas con humor es muy saludable. No hemos inventado nada, ahí están Aristófanes, Molière...

«El periodismo parece hoy un negocio del entretenimiento, que, con prisa, busca audiencias como sea»

«Zenit» es el nombre de un diario, y en su redacción se desarrolla buena parte de la pieza. ¿Por qué elegir un periódico?

La crítica se dirige a todos los medios de comunicación, al circo mediático que se ha montado, pero nos pareció que la deriva queda más patente en los diarios, que son el origen, y donde el impacto de la lucha por el clic en internet es brutal.

Su personaje, Martín, es un periodista de la vieja escuela, que entra en conflicto conla dirección y con otros colegas. ¿Kapuscinski, Pla, Gaziel, Chaves Nogales, Camba como referentes?

Me fascinan todos ellos. Eran fantásticos, y debe reivindicarse su enseñanza y herencia. Mi personaje, no obstante, no está concebido como un héroe romántico. Tampoco es trigo limpio. Es un hombre que está a medio camino entre dos épocas, que cuestiona la voracidad, que pide calma.

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