Pierre Gonnord o la contemplación del origen

Los retratos fotográficos de Pierre Gonnord (Cholet, Francia, 1963) se adentran en un discurso estético de profundas implicaciones socioculturales . Su construcción retoma códigos pictóricos de la tradición barroca que son utilizados para subrayar la solemnidad humana de colectivos desplazados a los márgenes de nuestra sociedad. En su nueva individual en la galería Juana de Aizpuru , el artista ha incluido un único retrato: el de un hombre, ataviado con ropa ajada y de aspecto desaliñado, cuya biografía se encuentra vinculada a los parajes naturales que conforman el relato principal de la exposición.

Desde el año 2009, Gonnord ha incorporado el paisaje como una herramienta de desvío en el corazón del género del retrato. En sus trayectos en busca de aquellas gentes que viven lejos de las grandes metrópolis, ha logrado alcanzar lugares de difícil acceso y que mantienen hoy día el eco de lo primigenio; de este modo, rocas, grutas, litorales, ríos y bosques se establecen como zonas de indagación acerca de una naturaleza que se resiste a ser empujada por el hombre más allá de sus propios límites ecológicos.

La ruta que plantea Gonnord nos lleva a través de territorios baldíos derivados de incendios forestales, parques naturales en plena ebullición de vida y ámbitos rocosos sedimentados con el paso del tiempo. Esta amalgama encuentra su equilibrio a través de una mirada que se articula desde una cierta distancia, como si el artista hubiese tanteado el máximo de proximidad que permite que estos espacios deshabitados puedan transmitir la intensidad de la existencia.