LIBROS
«Juegos de poder», Gloria Lomana en las cloacas
Marcelo Russo es un empresario sin escrúpulos que aparece muerto. Tejemanejes y más en esta novela
Gloria Lomana (Madrid, 1959), es una conocida periodista que dirigió durante más de una década los servicios informativos de Antena 3 y que consiguió modernizar la imagen de éstos haciendo que desapareciera el cansino busto parlante. Renovó, así, la concepción misma de la noticia, algo que ya se estaba haciendo en las más prestigiosas cadenas de Estados Unidos y Europa. El dato no es baladí pues en esta su primera novela -Lomana ya había publicado un libro, «El ciclón socialista» , en 1987, una crónica sobre la primera legislatura de Felipe González-, la trama es una ajustada descripción de un poderoso empresario, Marcelo Russo, que no duda en llevar a cabo las prácticas más viles para perpetuarse en el poder y manejar a políticos y empresarios con chantajes sobre su vida privada a raíz de la investigación que, sobre sus prácticas, están llevando a cabo agentes del Centro Nacional de Inteligencia y que aparece muerto en un conocido, pero no por ello menos sórdido, hotel mientras jugaba al Tetris.
Muy cinematográfica
La novela está estructurada con todos los ingredientes canónicos del «thriller» y esa economía de medios propios de quien es periodista. El lenguaje, claro, es tan marcadamente cotidiano que llama la atención: «La llamada del presidente del Gobierno le sorprendió a las seis y media de la mañana, desperezándose entre las sábanas. Se incorporó con un rápido sobresalto para alcanzar el teléfono, que también dormía cada noche junto a él, en la mesilla contigua». Así comienza esta novela muy cinematográfica en su estructura y que se basa en esa economía de medios para el descubrimiento de las cloacas del poder.
También en la insistencia en ese lenguaje, a medio camino entre el reportaje y el diálogo popular, cifra todo su poder de convocatoria, amén de guiños a la actualidad política o social más evidente: «El tablero era el sistema de gobierno que los españoles se habían dado con la Constitución del setenta y ocho y que había proporcionado libertad, estabilidad y prosperidad al país. Y los manejos de Marcelo eran las palancas que estaban alterando la convivencia colectiva...».
La obra está estructurada con los ingredientes del «thriller» y los recursos de un periodista
«La llamada del jefe había cogido a Pilar Garrido en la ducha, planeando en su cabeza el viaje que iba a hacer a Cataluña para visitar a los mandos que trabajaban contra la secesión». «Matar al alcalde o a la aspirante, esa es la cuestión -siguió relatando Marcelo-. Tendremos que elegir bien la pieza que dejaremos viva, porque ese nos lo tendrá que agradecer toda la vida. Y con el constructor, ya veremos...». Y así páginas y páginas que parecen sacadas de un informativo de nuestros días trufado del frenético movimiento propio de una cámara de cine y una concepción de la narratividad basada en el suspense que deja la trama pendiente de un hilo cada poco número de páginas. Así consigue que el lector crea asistir a los entresijos mismos del poder mientras lee. Y sepa de esta manera lo que se cuece en las altas esferas mientras él trabaja en una gris empleo y lleva una vida carente de esos sobresaltos que, por el contrario, abundan en los thrillers.
Un arquetipo
El tal Marcelo Russo actúa a la manera de un arquetipo, y para conseguirlo, Gloria Lomana ha echado el resto de su privilegiada experiencia profesional, pero ella es consciente de que la profesión tiene mucho de «voyeurismo» y es por ello que, con inteligencia, ha creado un personaje muy verosímil.
Los entresijos del poder... al final, todos acabamos hablando de Fouché. Lomana también, pero lo hace al principio del libro, a modo de advertencia y citando largamente la biografía que de Fouché escribió Stefan Zweig. No hay mejor modo de introducirnos en el mundillo que se describe. Un buen «thriller» político.
