Darán Que Hablar

Hasier Larretxea: «La escritura es mi antídoto contra el aislamiento»

El autor navarro, famoso por las «performances» de poesía que hace junto con sus padres, publica «El lenguaje de los bosques», su primer libro de narrativa en castellano, que pretende ser una hermosa brújula en la espesura de la naturaleza

Hasier Larretxea ABC
Inés Martín Rodrigo

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¿Cuáles son tus intereses como escritor?

La reconstrucción de un pasado a través de los hilos y los trazos familiares que configuran la identidad personal y cómo contemplar y percibir de esa manera los  hechos sociales o políticos que se escurren e irrumpen transformando esa historia particular, personal y privada. La fusión con la naturaleza y los antepasados rurales en esa búsqueda de símbolos y legados, todos los significados de la sabiduría popular que no hallamos en la vida moderna. Poder seguir ensanchando la visión de vida(s) y seguir profundizando siempre hacia esa amplitud que creo que se debe equilibrar entre escritura y vida, la(s) historia(s) y la persona en sí. Y el cuestionamiento, constante, que otorga este ejercicio libre.

¿Y como lector?

Ir descubriendo nuevas voces e historias que sigan conmoviéndome y con las que pueda seguir abriendo puertas y ventanas a partir de ellas. Soy un apasionado de los dietarios, de los libros autobiográficos y de publicaciones híbridas donde prima la elaboración y reconstrucción del lenguaje. Me atrae, más que la elaboración de una historia o de una trama en sí, las posibilidades que tiene la palabra y la escritura para estirar y jugar con el idioma. Los límites entre los géneros, sintiendo cierta predilección por lo fragmentario. Y por supuesto, y aunque tengo mis temporadas, me fascina poder descubrir nuevas voces poéticas frescas y sin tapujos.

¿Sobre qué temas sueles escribir?

Sobre la familia, la identidad, la memoria, la dignidad y honestidad rural, la libertad, y las raíces. Por otro lado y como persona sensible hacia el mundo y sus contradicciones, injusticias y barbaries, después de leer un reportaje o profundizar en un fotoperiodista siento la necesidad de escribir, por lo que realizo un recorrido entre lo local y lo global en relación a esas identidades, franjas y fronteras, que también habitan en ese ideario y sobre todo en ese cuestionamiento. Tiendo a escribir, también, sobre todas esas aspectos que nos limitan como seres humanos (desde el pensamiento hasta lo corporal). En los inicios la escritura suponía un desgarro para mí. En ese aliento que era solo un murmullo interno que debía de trabajar para exteriorizar todos los miedos, fantasmas y negaciones. En la actualidad y después de una conciliación interna y colectiva, simboliza un cruce de caminos donde el reencuentro con uno mismo y ese entorno simboliza un nuevo abrazo. La escritura ha supuesto una liberación y una aceptación. La expresión de un interior anteriormente castrado, que necesitaba encontrar herramientas para moldearse y exteriorizar.

¿Dónde has publicado hasta el momento?

La publicación de mi primer libro fue toda una aventura. Era un libro de poesía bilingüe (euskera-castellano) sobre la violencia y lo publicaron en una editorial sevillana, en Point de Lunettes. He ido publicando indistintamente en los dos idiomas. Mis libros en euskera se han publicado en Erein (de narrativa-prosa poética) y en Alberdania (de poesía). En castellano y hasta ahora he publicado libros de poesía en La Garúa, en El Gaviero Ediciones, en Stendhal Books, y en Harpo Libros , editoriales independientes que han cuidado con esmero cada libro. Estreno mi incorporación con el libro de narrativa «El lenguaje de los bosques» con Espasa.

¿Con cuáles de tus «criaturas» te quedas?

Aunque cada libro se merezca el mismo respeto y atención, le tengo un especial cariño a «Niebla fronteriza», libro que se publicó en 2014 con la extinguida El Gaviero Ediciones y donde, a partir del fallecimiento de la abuela materna vuelvo a recorrer los senderos del pueblo a través de la memoria colectiva y el diálogo con los antepasados rurales y la reconstrucción de la identidad a través del paisaje y de esos lugares comunes y compartidos. Ahí está la semilla del reencuentro entre mi padre y yo, en textos donde se trasluce un acercamiento y un comienzo del entendimiento mutuo que nos llevaría a actuar juntos en unas performances donde dialogan la palabra, el hacha, la sierra (junto a mi madre) y la piedra. Ese retorno que siempre fortalece y redondea las facciones curtidas entre pendientes cerradas por la neblina. Está previsto que este año la editorial Harpo Libros lo reedite. Me hace especial ilusión

Supiste que te dedicarías a esto desde el momento en que…

Concibo la escritura como algo natural y espontáneo que partió desde la necesidad de expresar en la adolescencia todo aquello que no podía con las palabras. Era una persona muy retraída y parca en palabras. La escritura ha sido mi mejor antídoto contra el aislamiento y para poder profundizar en mí y comenzar a liberar, poco a poco esos nudos internos que nos aprisionan y no nos dejan disfrutar de la vida ni ser felices. Es algo que me ha llevado, como una corriente, desde la absoluta naturalidad y sin ninguna planificación.

¿Cómo te mueves en redes sociales?

Reconozco que soy un poco zoquete con las nuevas tecnologías, aunque es cierto que es un escaparate donde poder estar al tanto de lo que se está haciendo y poder descubrir gente y creadores interesantísimos. La comunicación que se establece a veces es dada desde unas férreas trincheras con una incandescencia que a veces me asusta. Yo que no soy nada futbolero, cada vez se parece más a un partido de fútbol y con sus hinchas enfrentados.

¿Qué perfiles tienes?

Tengo una cuenta reciente de Facebook (voy y vengo), de Instagram y de Twitter donde no soy muy activo. Lo utilizo más para informarme, leer, descubrir… No soy muy dado a las sentencias, al lapidarismo ni a formar parte de ninguna tribu.

¿Cuentas con un blog personal?

Tengo una página web donde iré subiendo lo más representativo, como son las performances que hago con mi madre y mi padre: www.hasierlarretxea.com

¿Qué otras actividades relacionadas con la literatura practicas?

Ninguna. Tiendo a ser esquivo y reacio hacia el aparato. Lo vivo muy en mi intimidad.

¿Formas parte de algún colectivo/asociación/club?

Hace años que formo parte de Euskal Idazleen Elkartea (Asociación de Escritores Vascos) y soy socio de ACNUR y de Cruz Roja, aunque no soy muy dado a las colectividades.

¿En qué estás trabajando justamente ahora?

Estoy puliendo y reescribiendo unos poemas en euskera que he estado escribiendo aleatoriamente en este último año. Me ha interesado trabajar una voz infantil con su mirada hacia todo lo que le rodea y no llega a comprender y ubicar con la infancia en el epicentro de ese tablero sociopolítico de la guerra de Siria, de la ocupación del territorio palestino, o de la persecución a los disidentes de cualquier sistema totalitario. Hay cierta previsión para que vean la luz a finales de año. Me hace especial ilusión después de publicar los últimos libros en castellano.

¿Cuáles son tus referentes?

Mi madre, mi padre y mi marido. Son y siguen siendo las personas con las que más he aprendido y gracias a su paciencia y apoyo estoy aquí. Soy lo que soy. Y sobre todo después de que de manera imprevisible conociera a mi marido hace 12 años y nos fuéramos a vivir juntos a Madrid. Eso fue toda una aventura y un reto. Hemos crecido mucho desde entonces. Hemos tenido que sacarnos las castañas del fuego. No quiero olvidarme de esas personas que han luchado para ser libres. Que se han esforzado en buscar la felicidad. Las personas libres de prejuicios. Quienes saben valorar a las personas y la creación más allá de las siglas y de los postulados políticos que tanto comprimen y minimizan. Joxan Artze, Mikel Laboa, Adam Zagajewski, Christian Bobin, Francisco Javier Irazoki, Herta Müller, Svetlana Alexievich, entre otros. Y la música para mí es aliento e inspiración: Max Richter, Agnes Obel, Mogwai, Nils Frahm, Fever Ray, Oláfur Arnalds, Amorante, Johánn Jóhannsson.

¿Y a qué otros colegas de generación (o no) destacarías?

En lugar de hacer una lista de nombres pienso en las editoriales que están impulsando y apoyando las voces más jóvenes como son Caballo de Troya, Kriller71 ediciones, Harpo Libros, Ya lo dijo Casimiro Parker, Salto de Página, La Bella Varsovia, Candaya, Stendhal Books, Apiario…

¿Qué es lo que aportas de nuevo a un ámbito tan saturado como el literario?

A estas alturas, nada nuevo. Quizá un poco de honestidad y humildad.

¿Qué es lo más raro que ha tenido que hacer como escritor para sobrevivir?

Hasta ahora, nada. Siempre he priorizado (y por necesidad) mi trabajo que no tiene nada que ver con la literatura (aunque puede ser, en ocasiones, muy poético). Aunque las situaciones más rocambolescas y surrealistas las he vivido relacionadas con la literatura (lecturas, presentaciones, gestión de algún editor…).

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