Gloria Steinem
Gloria Steinem - AP/SETH WENIG
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Gloria Steinem: «Los hombres y las mujeres ya hemos sido iguales en la Historia, y volveremos a serlo»

A sus 82 años, sigue siendo la «feminista radical» que a comienzos de los 60 se echó a la carretera para luchar por los derechos de las mujeres. Hoy, logrado el equilibrio entre el hogar y el trabajo, ha decidido contarlo en sus memorias

Gloria Steinem, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades

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Según Gloria Steinem (Toledo, Ohio, 1934), todos los estadounidenses deberían hablar español y ser bilingües. Ella no lo habla y por eso pide disculpas al otro lado del hilo telefónico. Sorprende la humildad de la entrevistada, pero es un rasgo más de su personalidad. Sí, humildad. Y gratitud. La de quien lo ha vivido todo y, ahora, a sus 82 años, ha decidido contarlo en «Mi vida en la carretera» (Alpha Decay).

Me encanta el título: «Mi vida en la carretera»

Al principio se llamaba «America Is Everyone’s Matter» [«América es cosa de todos»], pero cuando empezó el movimiento de Black Lives Matter no quería restarle valor y utilicé el subtítulo.

De hecho, no ha dejado la carretera desde su infancia.

Sí, es verdad.

Pero al final ha logrado un equilibrio con ese hogar que, por fin, ha encontrado

Durante muchos años, pensaba que era poco probable que sentase la cabeza porque es lo que la sociedad me decía que hiciera, por lo que seguí aplazándolo. Tardé tiempo en darme cuenta de que no tienes que elegir, que puedes tener ambas cosas.

¿Y cómo se dio cuenta?

Tuve que crear un hogar, como los pájaros crean un nido, porque no lo había hecho. Vivía en el mismo apartamento, pero estaba lleno de cajas de cartón. No lo hice hasta que no tuve más de 50 años.

Estoy sorprendida.

¿Sorprendida? ¿Por qué?

Porque nunca me lo hubiese imaginado. Y siento gratitud por que haya sido posible.

¿Y cambiaría algo?

Sí, muchas cosas.

¿Qué tipo de cosas? ¿De su vida personal, profesional?

No cambiaría el matrimonio, ni los hijos. Estoy feliz con mis decisiones, pero ojalá no hubiese desperdiciado tanto el tiempo. Ojalá hubiese escrito más. Ojalá hubiese sido menos propensa a hacer lo que parecía necesario y hubiese hecho lo que me daba miedo.

¿Lamenta algo?

Desperdiciar el tiempo. Es lo que más lamento, porque el tiempo es todo lo que tenemos.

¿Y qué simbolizan sus 82 años?

El gran secreto de envejecer es que sigues siendo la misma persona.

¿Recuerda el momento en que se dio cuenta de que los derechos de las mujeres eran tan legítimos como el resto?

Creo que surgió del movimiento contra la guerra de Vietnam y por los derechos civiles. Son los dos movimientos que mi generación amaba y de los que formábamos parte. Incluso en esos movimientos, las mujeres desempeñábamos un papel tradicional.

¿Es posible liberarse de la opresión del género?

Sí. Tardaremos, pero si intentamos aceptar nuestra individualidad con independencia de la raza o del género, empezaremos a conseguirlo.

¿Las mujeres y los hombres serán iguales algún día? ¿Llegaremos a vivir en una sociedad igualitaria

Sí, porque ha sido así en la Historia humana y puede volver a serlo.

La palabra radical significa ir a las raíces. A veces se asocia con la violencia, pero no debería. Una feminista radical es alguien que considera que el derecho al control de la reproducción por parte de los hombres no era inevitable. Cuando piensas que un grupo ha nacido para ser superior a otro, entonces piensas que la clase también está bien, o la raza, u otras formas de jerarquía.

Entonces ¿por qué algunas mujeres se niegan a usar la expresión «feminista»?

No saben qué significa. La palabra se ha demonizado, y creen que implica ir en contra de los hombres. Si van al diccionario y ven que solo significa creer en la igualdad de hombres y mujeres pensarían de forma diferente. Sin embargo, si interiorizan el sistema de dominio del hombre, pueden pensar que la única manera de progresar es aceptar que las mujeres son secundarias. Puede que les dé miedo identificarse con otras mujeres.

El feminismo lucha por el derecho de la mujer a hacer lo que quiera con su cuerpo. Usted decidió no tener hijos

Durante mucho tiempo di por hecho que los tendría, porque daba por hecho que no tenía elección. Pero cuando nació el movimiento de las mujeres, me di cuenta de que no todo el mundo tenía que vivir de la misma manera y de que era feliz como era.

¿Cree que hay mujeres jóvenes que no se dan cuenta de que gracias a su lucha están en la posición que están?

Viene bien conocer nuestra Historia, pero es más importante que actuemos en el presente. Me preocupa más el hecho de que esas mujeres se estén volviendo locas por la desigualdad que sufren.

¿Se siente decepcionada por algunas de las decisiones que toman esas mujeres?

Sí, por todo tipo de razones. El ejemplo más extremo es que una mujer dirija la campaña de Donald Trump. Eso es un autocastigo muy grande.

Cincuenta años después, ¿cree que la lucha ha acabado?

La lucha está lejos de haber acabado. Cuando las mujeres puedan decidir la suerte de su propio cuerpo y estar seguras, y cuando los hombres críen a los hijos tanto como las mujeres, seremos libres para ser seres únicos.

¿Qué les diría a los jóvenes que no creen en el activismo?

Si no hablas por ti, nadie lo hará, porque solo tú sabes lo que quieres, lo que necesitas y cuál es tu talento.

Acaba de mencionar a Donald Trump. Usted lleva participando en campañas políticas desde 1968. ¿Qué piensa de la actual campaña en EE.UU.?

Es la evidencia de la reacción violenta en contra del cambio. No es una reacción mayoritaria, pero es peligrosa, porque está muy furiosa y es muy poderosa. Y si la mayoría no sale a votar, podría ganar.

¿Se imagina a Donald Trump como presidente?

Me resulta muy difícil, no creo que gane. Espero que le venzamos con margen suficiente.

Se lo pregunto porque desde fuera pensamos que Estados Unidos es un país más liberal de lo que es en realidad.

Recuerde que fuimos un país colonial. Los europeos mataron, con sus guerras y sus enfermedades, al 90 por ciento de la gente que vivía aquí, y nunca se enfrentaron al hecho de que esas culturas eran más avanzadas. También tuvimos la esclavitud y no hemos eliminado la filosofía del racismo. Estas creencias todavía existen y le dan a mucha gente su sentido de la identidad, su posición en la jerarquía. Ahora se están rebelando contra una nueva mayoría.

En 2008 la apoyé, aunque nunca creí que pudiera ganar. Entonces dije que necesitábamos ocho años de Obama y ocho de Hillary, sin importar el orden. Ella logró mayor experiencia internacional, como secretaria de Estado, y fue senadora. Quizás sea la presidenta más preparada que este país haya tenido nunca. La derecha está atacando sus puntos fuertes: su honestidad, su fiabilidad y su eficacia. El problema es que repitiendo acusaciones simples la gente empieza a creérselo.

¿Hillary va a ser la próxima presidenta?

Sí, lo creo.

¿Lo cree o lo espera?

Lo creo, porque Trump es el candidato del odio, del racismo y de la división. La pregunta es quién va a votar. El proceso de votación da un poco de miedo, porque son las primeras elecciones en 50 años sin la Ley del Derecho al Voto, que daba al Gobierno federal el derecho a supervisar las elecciones para que fuesen justas. Vamos a tener que trabajar más, pero creo que ganará.

Usted empezó siendo columnista y fundó la revista «Ms». ¿Qué piensa del periodismo?

Me preocupa el hecho de que haya más gente trabajando como relaciones públicas que como periodista, porque los relaciones públicas no se dedican necesariamente a decir la verdad. Los proyectos periodísticos a largo plazo necesitan dinero y apoyo. Por otra parte, es verdad que la gente puede publicar información sin el apoyo de la publicidad o de los editores gracias a internet. Diría que la respuesta está volando en el viento [ríe].

Por último, si le pidiera una lista con los cinco temas más importantes para las mujeres, ¿qué incluiría?

La violencia, doméstica, sexual o verbal; la falta de capacidad para controlar su futuro, en términos de tener hijos; la capacidad de usar sus cerebros. La mayoría de analfabetos en el mundo son mujeres. Me preocupa lo que están diciendo: pueden estar liberadas pero ¿qué están diciendo?

Prefiero no pensarlo...

Y no olvide que las mujeres se convierten en personas plenas siendo activas fuera del hogar. Del mismo modo que los hombres se convierten en personas plenas siendo activos en el hogar, desarrollando esas cualidades llamadas erróneamente «femeninas». Es fundamental que hagamos posible que los hombres críen a sus hijos tanto como lo hacen las mujeres.

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