Kertész en la presentación en Madrid, el 9 de marzo de 2004, de su novela «Liquidación»
Kertész en la presentación en Madrid, el 9 de marzo de 2004, de su novela «Liquidación» - Daniel G. López
LIBROS

El feroz legado de Imre Kertész

La publicación del último libro del premio Nobel 2002, «La última posada», ha coincidido con su muerte, el pasado 31 de marzo

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En su último libro aparecido en vida, Imre Kertész se pregunta: ¿Cuál sería el «último albergue» para un escritor? Quizá lo es, a cada momento, la literatura, de la que, a pesar de los sombríos presagios que se ciernen sobre ella, no puede prescindir, con una rara y exaltada embriaguez diaria, con una obsesión «que rige mi vida», como declara. Pero también puede ser la muerte, «una idea» sobre la que dice estar perfectamente preparado y que incluso desea («si me preguntaran que deseo para el próximo año, diría una cosa tan sólo: una muerte rápida e indolora»).

Mezcla del diario de un escritor célebre, internacionalmente conocido gracias al premio Nobel de Literatura, y novela al mismo tiempo de un personaje que planea una novela sobre la que alberga inmensas dudas («¿es necesaria esta novela? ¿los 11 años empleados en ella son la prueba? »), Imre Kertész aparece en «La última posada» dejando más que nunca unas huellas descarnadas, brutalmente autobiográficas, sin muy pocas «autocensuras», sobre sí mismo y sus pensamientos y opiniones no pocas veces polémicos.

Una condena

También sobre la vida agotadora, dada su celebridad, que lleva a cabo a diario «como una condena», como algo «sin sentido» que lo aleja de lo que más le interesa: la escritura. Una condena que acompaña la recepción de sus libros conforme van siendo traducidos en distintas lenguas y países. A todo ello, se unen comentarios sobre sus lecturas y sus contemporáneos, ya sea de forma ácida (como en el caso de Kundera) o de forma admirativa (el húngaro Péter Nádas, o bien Kafka, Thomas Bernhard y Sebald). Ya sea para los iniciados, o bien para los que acceden por vez primera a la obra de este gran escritor nacido en 1929 en el seno de una familia de la pequeña burguesía de Budapest y deportado a los 15 años a Auschwitz, experiencia que impregna por completo toda su obra, este diario actual -que viene a unirse a otros de su producción como «Yo, otro. Crónica del cambio» o «Diario de la galera»- puede actuar perfectamente como un diccionario o compendio de algunos de sus temas y obsesiones más recurrentes. Temas que él, siempre, brillante e incisivamente, aleja de lo que llama con ironía el «Jardín de las Trivialidades». Un jardín en el que encuentran refugio la mayor parte de los lugares comunes y actos «superfluos» de un mundo «desprovisto de metafísica», en el que tan sólo reina «la miseria material y espiritual».

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