ARTE

«Cuestiones personales» de Soledad Lorenzo

Segunda muestra en el Reina Sofía de la colección personal de la galerista, una de las firmas españolas más solventes

«Made with USA. Standard» (2005), fotografía de Itziar Okariz

MIGUEL CERECEDA

En 2014, la ya retirada galerista Soledad Lorenzo alcanzó un acuerdo con el Museo Reina Sofía para realizar un depósito temporal de su colección privada en este centro, con la posibilidad de un legado definitivo. El conjunto consta de 392 piezas de 89 artistas y se ha presentado hasta ahora en dos exposiciones diferenciadas no tanto por su extraordinaria magnitud, sino más bien para permitir una lectura más ordenada de las piezas que la integran, así como para poder darles una mayor presencia temporal en el museo.

Pues lo cierto es que, con independencia de la importancia del legado , resulta difícil encajar un muestrario de estas características dentro del repertorio expositivo del propio museo, algunas de cuyas piezas se ha anunciado que se presentarán en un futuro en relación con la colección permanente que ya posee el Reina Sofía.

En esta segunda muestra, titulada Cuestiones personales , parece que se quisiera ofrecer al visitante del museo la obra de artistas más personalmente vinculados a la galerista , los que han sido decisivos en su trayectoria. Así, la exposición se abre con trabajos de los pintores Luis Gordillo y Alfonso Fraile , quienes estuvieron presentes en los inicios de la galerista, pero se continúa con creadores como Vicky Civera, George Condo o Juan Ugalde, algunas de sus apuestas más personales. Es interesante señalar que, por ejemplo, el título de la cita lo es también de un cuadro de Ugalde de 2004 que forma parte del legado.

¿Restos o descartes?

Con respecto a la colección de Soledad Lorenzo, ya la prensa ha señalado en muchas ocasiones que la galerista no compró nunca con vocación de coleccionar , apuntándose acaso con ello la idea de tratarse de una colección de restos de series o de saldos no vendidos. Bien es sabido que muchas de las obras quedaron en su casa como descartes de exposiciones; algunas estuvieron reservadas por coleccionistas que luego se echaban atrás. Las más íntimas las adquiría para estimular a los artistas de su galería cuando no había ido bien la temporada...

Es necesario declarar que se trata sin duda de una lectura malevolente. No son en absoluto saldos lo que aquí en Madrid se muestra ahora . Son piezas importantes de artistas significativos. No se trata, como sucede con otras colecciones, de piezas menores de artistas mayores. Tampoco de descartes de exposiciones o de obras que se hayan quedado en la galería sin vender. Trabajos como el políptico de 18 fotografías de Paul McCarthy titulado Hollywood Halloween o como la enorme escultura Blanquita, de Vicky Civera, son sin duda apuestas personales de Lorenzo, y botón de muestra de un compromiso activo con los autores en los que creyó y a los que apoyó. Sin duda apuestas personales, pero que constituyen no sólo una extraordinaria colección sino también un magnífico legado.

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